Capítulo 1: Al diablo, es verano

556 37 33
                                    

Nunca tuve suerte con las chicas...

Me tomó demasiado tiempo darme cuenta de ello, pero después de años, logré asimilarlo. Tampoco fui popular en la escuela, aunque eso es algo obvio, pues no salía de fiesta ni bebía alcohol como todos los demás.

Pero tranquilos, no es algo de lo que esté acomplejado, de hecho, podría decir que esa racha negativa está esfumándose lentamente: Tengo una novia sexy que me quiere, amigos populares y de vez en cuando voy a alguna fiesta.

Es raro, porque en unos cuantos meses, mi vida dio un giro por completo, y no, no hablo de lo que sucedió con Martín, sino el hecho de que todo aquello que nombré. todo eso que yo no era, que no tenía, apareció por arte de magia.

Y es genial.

Lanzo una carcajada por alguna razón y miro al cielo.

Las gotas heladas de la piscina chocan contra mi torso descubierto, un chico que no conozco acaba de lanzarse de bomba frente a mí. No digo nada, solo río en el momento que sale de debajo del agua gritando eufórico.

Después de todo, es verano, y nada importa en verdad.

Lean On suena a través de los parlantes dispersos por todo el patio trasero de la casa de... Bueno, de la casa de alguien, rio de nuevo. Está es la décima noche que venimos a la fiesta de un desconocido; al principio me parecía inapropiado, y en ocasiones llegué a sentirme incómodo, pero ahora ya me acostumbré, y debo decir que venir a este tipo de fiestas, en los que no conoces a nadie, es absolutamente genial.

Me pongo de pie, sintiendo un inesperado máreo y lanzo el quinto vaso vacío de cerveza que tengo en mi mano hacia alguna parte, el chico que me mojó salta y baila junto a mí, y no tengo más opciones que hacer lo mismo.

Sonrío como imbécil rodeado de personas desconocidas.

—¡Tienes estilo! —Exclama el castaño, sus ojos marrones me miran y sonríe dejando ver unos frenos brillantes en sus dientes. —Soy Sam —Se presenta, extendiendo su mano mojada.

—Max —Respondo tomando su mano.

—No te he visto nunca por aquí, ¿Eres algún tipo de pariente de Brendan? —Su ceja se arquea.

—Yo, eh...

—¡Uf! —Se relaja. —Genial, porque no tengo permitido interesarme por familiares de mis amigos...

Mis ojos se abren por completo, mierda, este chico está...

—Rayos, amo esa canción —Pronuncia, dando un paso adelante, quedando muy cerca de mí.

Okey, Max, tienes dos opciones: Terminar con esto de la forma más amable posible o, por otro lado, tener tu primer beso con un chico desconocido al que jamás volverás a ver.

Al diablo, es verano.

Me acerco un poco más, chocando contra su malla húmeda y sintiendo su piel cálida rosar mi pecho. Sus manos van directo a mi cintura, y mierda, esto es demasiado extraño, no sé de qué otra forma describirlo, no molesta, pero tampoco es algo que esté disfrutando al cien por ciento.

—¿Max? —Una voz familiar pronuncia mi nombre, giro mi cabeza, solo para darme cuenta que Sam estaba a punto de besarme.

Toso un poco de forma falsa, provocando que él se separe unos centímetros, giro la cabeza nervioso, topándome con el ceño fruncido de Lara. El castaño se aleja por completo, y sin dejarme decir nada, se pierde entre la multitud.

—¿Estaban a punto de...?

—Gracias Lara —La interrumpo. —Acabas de arruinar mi primer beso homoerótico con un desconocido.

Sombras en la oscuridad © [1.5]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum