·Capítulo 4: El intento de Sugino.·

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Me desperté temprano para tenerlo todo bien preparado; mochila, libros, apuntes, etc. Desayuné en silencio con mi madre puesto que mi hermano se marchó bien entrada la madrugada y, para que no sospechase, le dijimos que iríamos en horarios distintos para que se sintiese aliviada.

Tras finalizar, salí de mi casa, siempre salgo con tiempo así que no llegaría tarde a clase.

Comencé a subir la pequeña montaña que había para llegar a mi clase, pero antes de llegar vi a Nagisa y a Sugino entre los arbustos. Me acerqué a ellos sigilosamente aunque ya se percataron de mi presencia.

Intenté saludarles pero me mandaron callar y señalaron a Koro-sensei.

-¿Qué intentáis chicos?- conseguí musitar.

Sugino me miró y susurró que intentarían matar a Koro-sensei con una pelota de béisbol llena de la munición que se necesitaba, puesto que Nagisa estaba estudiando todos y cada uno de los puntos débiles de nuestro profesor.

Me coloqué al lado de Nagisa para que Sugino tuviese más libertad al tirar la bola; se posicionó y la lanzó con todas sus fuerzas, pero cuando nos quisimos dar cuenta, él estaba detrás de nosotros.

-¡Buenos días!- saludó Koro-sensei con su alegría contagiosa.

-Buenos días Koro-sensei- saludamos los tres sorprendidos.

Felicitó a Sugino por su idea de matarle con una pelota, pero iba tan lenta que le dio tiempo a ir a por un guante de béisbol y cogerla. Los tres lo miramos entre confusos y sorprendidos y su cara mostró unas rayas verdes que significaban confianza en sí mismo.

Las campanas del colegio empezaron a retumbar, dando a entender que la clase comenzaba. Miré a Sugino y una clara tristeza inundó su rostro.

-Mierda, supongo que jamás llegaré a alcanzarlo.

Le abracé con todas mis fuerzas y se lo negué.

-Claro que lo conseguirás Sugino, ¡uno de nosotros tres lo conseguirá pequeño!

Su rostro se tornó algo molesto pero llegué a apreciar una pequeña sonrisa en su rostro, aunque sabía que no iba a ser tan fácil volver a ponerle bien.

****

El tiempo transcurría más rápido que en la clase A, aunque a veces llegaban a ser tediosas; no obstante Koro-sensei era un gran profesor, sinceramente no quería matarlo, si hubiese sido humano la cosa sería distinta.

Por otra parte Sugino seguía sumido en la tristeza, odiaba verlo así, no se lo merecía y menos cuando Koro-sensei le acababa de felicitar.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por un profesor moviéndose a Mach 20; cogió el cuaderno de Sugaya y le hizo unos arreglos al dibujo que le había hecho, lo cual hizo que todos nos riésemos.

Al acabar las clases se fue a Nueva York a ver un partido y empezamos a discutir sobre si debería traernos algo o no. Al rato entro Karasuma-sensei para preguntarnos si habíamos conseguido algo de información, a lo que una chica contestó que no, que éramos la clase E y Sugino se puso aún más triste, ¿tan baja era la confianza en esta clase sobre ellos mismos?

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⏰ Última atualização: Oct 17, 2019 ⏰

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«Su sonrisa era mi felicidad» (Karma x tu)Onde histórias criam vida. Descubra agora