Capitulo 3. Oscura soledad

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 Abro los ojos y no reconozco el lugar en donde me encuentro, me duele el cuerpo entero. No sé qué pensar, no sé qué hacer, las lágrimas se desbordan de mis ojos, no merezco esto he sido una buena persona durante toda mi vida; ¿qué hago?, ¿qué está pasando?, me pregunto una y otra vez. De repente siento que tengo atadas las manos; ahora me doy cuenta de que me han secuestrado. He perdido completamente la noción del tiempo, no sé si tengo medio o un día en este oscuro lugar, pero lo único que no se aparta de mis pensamientos es la mejor persona que conozco, mi mejor amiga, Meredith, mi hermana. Sé que ella vendrá, es la única que no me falla, pero ¿en dónde está?, se está demorando demasiado. Las lágrimas no paran de salir de mis ojos, avisto un movimiento a lo lejos, no puedo distinguir que o quien es.

-hora de partir pequeña-se escucha un voz, un hombre alto y de cabello negro como la oscuridad de la noche se acerca a mí y a la fuerza me levanta, yo intento resistir pero soy débil, mi fuerza mayormente proviene de mi hermana pero ella no se encuentra aquí; el hombre me sube a una camioneta, la misma en la que me he desmayado anteriormente, mi corazón está palpitando, lo hace tan rápido que siento que saldrá disparado de mi pecho, trato de soltar mis manos atadas, pero cuando lo intento lo único que logro es que el hombre me golpee, la sangre comienza a brotar de mi ojo izquierdo, entonces, mis lagrimas ya no son transparentes, son rojas. El hombre estaciona la camioneta y comienza a buscar algo en su mochila, lo busca desesperadamente, una sonrisa se dibuja en sus labios cuando saca una banda, con una tijera la corta a la mitad, me cubre los ojos y me amarra la boca con mucha fuerza, me saca de la camioneta y me da un fuertísimo empujón hasta llegar al suelo, son piedras y hierba sobre lo que he caído; me duele todo, no puedo levantarme, de repente siento como dos manos se deslizan sobre mi cadera, quiero gritar, pero la voz no me sale, unos labios chocan con mi cuello y no paran de besarme, se están aprovechando de mi y yo no puedo hacer nada para defenderme. El hombre se detiene por un momento y se aparta de mi joven cuerpo, vuelve a mi rompiéndome la blusa hasta quitármela por completo, no sé cómo lo logro, pero le lanzo una patada en su estómago, me pongo de pie lo más rápido que puedo y comienzo a correr ¿a dónde? No lo sé, tengo los ojos tapados que no logro distinguir el camino, mi esfuerzo es inútil, una piedra me hace tropezar y nuevamente me encuentro en el suelo, el hombre llega hacia mí y me devuelve la patada, incluso más fuerte, apunta hacia mi estómago vacío y comienza a golpearme la cara y los pies, tanta violencia me hace desmayar y todo otra vez era oscuro.

Estoy despierta, pero no quiero abrir los ojos, no me siento bien y quiero que todo lo que ha sucedido hasta ahora sea una pesadilla, pero sé que no lo es así que los abro y me encuentro en una habitación color rosa acostada en una cama; intento moverme, pero me doy cuenta de que no tengo ropa, ni si quiera ropa interior. Ahora me doy cuenta de que todo lo que he logrado desde que nací hasta la actualidad, mis grandes y excelentes calificaciones, mi hermosa niñez e incluso mi vida se han derrumbado en tan solo un momento, me han violado; mis planes de vida y mis metas se destrozan como una frágil hoja de papel y comienzo otra vez a llorar. ¿por qué me pasa esto a mí?, se supone que la vida debe ser hermosa pero la mía se está destruyendo.

Mis pensamientos desaparecen de mi mente, y una mujer entra a la habitación rosada, tiene en la mano un vestido negro, corto y straple junto con dos zapatos de tacón de punta

-póntelo-me dijo con una voz de mando

- ¿A dónde me llevarán? -pregunto con la voz más débil que puede existir

-ya verás querida-agrega la mujer. Inmediatamente se retira.

Yo tímidamente tomo el vestido junto con los zapatos y me los pongo. Tres horas después decido salir del cuarto, examino el exterior y la misma mujer que me dio el vestido se acerca a mí, me toma de la mano muy fuerte y me dirige hacia un callejón oscuro que no logro distinguir el camino, lentamente me suelta y mi cuerpo pasa a otras manos, pero estas son más grandes, estas acarician mi espalda y mi cadera, yo intento arrebatarme y lo logro, comienzo a correr, pero lamentablemente choco con un hombre, el mismo que me había quitado las esperanzas de tener mi primera vez con el amor de mi vida, este me toma muy fuerte y comienza a golpearme. Mientras los golpes aterrizan sobre mi pobre cuerpo caigo al suelo y mil pensamientos comienzan a pasar por mi cabeza.

Una vez cuando jugaba con mi hermana Meredith encontramos una cámara en el patio trasero, la hicimos nuestra y ahí guardamos los mejores momentos de nuestra infancia, hay como amo a mi hermana. Recuerdo que siempre que me dirigía a la primaria, mamá salía a despedirme gritándome "adiós mi hija, te amo mucho" hay como extraño a mi madre. Hace nueve años mi padre me compro una bicicleta de color naranja, mi favorito, me dijo que siempre me amaría, hay como extraño a mi papá. Aún recuerdo el primer picnic familiar, tenía cinco años, fue en el patio trasero, todos nos abrazamos y nos dijimos cuanto nos queríamos. Hay como amo y extraño a mi familia.

Recuerdo mi maravillosa vida y me doy cuenta en lo que se ha convertido. He recibido demasiados golpes que ya no me duelen, comienzo a cerrar los ojos y todo se vuelve negro.

La luz tenue que está sobre mí me impide abrir los ojos por completo, no se como pero me doy cuenta de que estoy conectada a muchos aparatos, talvez unos diez u once, pero mi mente tiene en cuenta que no puedo ni siquiera respirar por mi propia cuenta, en un lado avisto a Meredith la veo llorar, está destrozada, sus ojos se cristalizan y su alma se ve destruida, quiero llamarla pero la voz simplemente no me sale, no puedo ni agitar mis manos, pero no es necesario, mi hermana se percata de que he despertado, camina hacia mí como si su vida dependiera de llegar hacia mi camilla y comienza a hablar

-estás débil, te hicieron daño hermanita, te encontraron a orillas de un rio golpeada, perdóname, debí cuidarte-un sollozo brota de sus labios, quiero decirle que no llore, que no es su culpa pero continúa hablando; aquello me rompe el corazón, pero creo que será lo mejor- los médicos dicen que no hay solución-niega repentinamente-pero yo sé que sí la hay se aferran demasiado a tal idea, pero no es momento de lamentos, descansa hermosa-su llanto parece interminable, y mi mirada desprende un grito desesperado por saber qué es lo que los médicos dicen de mi salud, mi hermana capta esos ojos implorando sus palabras y por fin habla rompiendo el silencio de las miradas

-eres como una pequeña flor Iris, tan hermosa y tan indefensa, en el centro de un ambiente campestre rodeado de abedules recién plantados, cierra los ojos-dijo con calma, su voz me hacía estar segura, así que opté por hacerle caso y cerré ese par-ahora piensa que en verdad eres esa pequeña flor salvaje, la más bella, aromática y preciosa de aquel lugar, siente la mirada de todos sobre ti, y como suspiros se crean por poder tener un día en sus manos a aquella flor amarrilla, ahora, un pequeño niño, se posa a lado de la salvaje flor, la mira con determinación, la toma con sus tan cálidas manos- se acerca a mí y toma mi rostro con delicadeza, pronuncia cada palabra con amor y a la vez con tristeza-y la arranca de raíz, su brillo comienza a apagarse, pero su aroma sigue intacto, toma cada pétalo y con suavidad los arrebata de su tallo, el viento sopla y lleva consigo aquella ropa que cubría a la hermosa flor, la recordaran como la más preciosa, y su presencia siempre estará intacta en el corazón; siempre te recordaré Iris, los médico dicen que la eutanasia es lo único que calmará tu agobiado corazón- su rostro se había convertido en un mar de lágrimas-yo no lo permitiré pequeña, cuidaré de ti hasta el último suspiro-con tanto en la cabeza ya no sabía a qué se refería con el último suspiro, al de ella, o, ¿al mío?-dejaré de llorar-dijo limpiándose aquel rio de agua que brotaba de sus hermosos ojos azules-solo mírame, ¿estás dispuesta a descansar pequeña flor salvaje?-no sé cómo es que lo logró, pero parece que Meredith a entendido mi asentimiento con la mirada, parece sorprendida, pero de nuevo suelta el llanto.

Me duele todo, ella tenía razón, estoy débil, siento como mi cuerpo en cualquier momento dejará de funcionar, miro al techo y me despido, lo hago de mi hermana, la que siempre estuvo ahí y la que se la pasará llorando los siguientes meses por mi ausencia -te amo Meredith- es lo único que pienso y puedo ver que ella ha captado mi mirada de amor. Después de unos minutos mis ojos sean cerrado para siempre.

Me duele todo, ella tenía razón, estoy débil, siento como mi cuerpo en cualquier momento dejará de funcionar, miro al techo y me despido, lo hago de mi hermana, la que siempre estuvo ahí y la que se la pasará llorando los siguientes meses por mi ausencia -te amo Meredith- es lo único que pienso y puedo ver que ella ha captado mi mirada de amor. Después de unos minutos mis ojos sean cerrado para siempre.

Al otro lado del dolorWhere stories live. Discover now