Cena especial

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Acabo de enterarme de la peor manera que mi esposo me es infiel, así que quiero preparar una cena especial.
Estaba caminando por el centro cuando lo vi pasar con esa mujer, rubia, piernas largas, un cuerpo digno de modelo y, al parecer, mucho más joven que yo.
Decidí hacer una cena, una cena especial para tratar de arreglar nuestro matrimonio.
Ella estaba tan entusiasmada por está cena, pensaba que de verdad iba a volver el amor que su esposo le tenía. Mientras que él era ignorante de lo que planeaba su esposa.
Le llegó un mensaje de la que en algún momento fue su amada; diciéndole que está noche le tenía una sorpresa, y casi rogándole que llegué temprano. Él primero le avisó a su amante que está noche no se iban a ver, aunque no recibió respuesta alguna, y canceló las reuniones que tenía pendientes en el trabajo.
Pensaba que está noche era la ocasión perfecta para decirle de su amorío y explicarle que hace mucho tiempo dejó de sentir amor por ella.
Así que estaban los dos bastante ansiosos por que llegué la noche.
Ella había preparado una carne asada con una exquisita ensalada.
Él se había puesto el mejor traje que tenía, pues quería “dejarla con estilo”.
Ella se había puesto el vestido que más le resaltaba las curvas, después de todo era una muy hermosa mujer.
Él había llegado temprano, como lo había prometido. Había llegado en su hermoso auto.
Ella estaba sacando la carne del horno cuando escucho abrirse la puerta, puso su más reluciente sonrisa y fue a saludarlo.
Él estaba nervioso, sabía que no era seguro estar en una relación seria con su amante, pero quería intentarlo sin tener que estar ocultándose de su mujer. Y tenía muchísimo miedo a la soledad, pero tampoco quería hacerle mucho más daño, del ya hecho, a aquella mujer que él pensaba que iba a ser el amor de su vida.
Se sentaron, aún sin probar la comida, y ella habló:
- Antes de empezar quiero decir que sé de tu aventura- él se atragantó con el vino, pero ella continuó- No te voy a negar que me dolió, y me sigue doliendo, pero quiero proponerte algo, vamos a intentar hacer que el amor vuelva, vamos a seguir como pareja, voy a hacer que te vuelvas a enamorar de mí.  Pero, por favor, no me dejes. Te amo demasiado, no puedo dejarte ir así como si nada con una veinteañera. ¿Quieres, por favor, decirme que sí?

-Lo siento. Siento de verdad haberte echo eso, no fue mi intención hacerte daño, pero surgió, no sé cuando, sólo sé que eso me hizo dar cuenta que no siento lo mismo por ti. No estoy tratando de lastimarte ni hacerte mucho más daño, pero no creo que lo nuestro vuelva a funcionar. Sin embargo, gracias por estos 15 años, gracias por hacerme feliz durante ese tiempo, gracias por seguir conmigo a pesar de no poder darte lo que más quieres en la vida; hijos. Gracias por seguir conmigo a pesar de todo, pero creo que si lo volvemos a intentar no va a ser sano para ninguno de los dos. Espero que me entiendas y terminemos bien.

- Oh, claro. Entiendo. - No quería demostrarse débil, quería guardar un poco de dignidad. Aunque por dentro se esté derrumbando, por dentro estaba destrozada y esperaba que su plan sirviera- ¿Quieres comer? Por los viejos tiempos…
- Sí, está bien. ¿Te acuerdas que siempre le inventabas un nombre a cada plato que hacías? - Ella asiente con la cabeza mientras sirve la carne en ambos platos- ¿Cómo lo llamarás está vez?
- Pues… La verdad no lo pensé – Hace una pausa cuando él mastica y halaga que siempre fue una buena cocinera-  ¿Cómo se llama la mujer con la que estas empezando algo?
- Natalie.
- Bonito nombre
Después de que aquel hombre terminará de comer, dejando el plato vacío, habla.
- Me encanto, te luciste está vez.
- No es nada, pero creo que ya sé como se puede llamar…
- ¿Cómo?- Su noto fue más bien desinteresado ya que estaba pensando en lo raro que era que Natalie no le contestará
- Natasada
- ¿Qué? ¿Por qué? - Su tono de voz no es molesto, sino más bien curioso, de alguna manera le pareció familiar
- Por Natalie y asada, es una combinación, en realidad.
- ¿Por qué Natalie?
- Querido mío, lo que acabas de comer era Natalie. Ahora, podrás estar conmigo, aunque claro, también vas a tener una parte de ella siempre.

Escritos de un psicópataWhere stories live. Discover now