14. I'M SHOCKED

3.6K 540 35
                                    

Hoy dejo el mensaje aquí!!

He visto que leen esta historia como unas 100 personas (más o menos) y me siento un poco triste al ver que la mayoría de ella no da a 'me gusta' en cada capítulo... Podéis hacer lo que queráis, pero no cuesta nada y a mí me ayudaría a que mí historia llegara a más personas, así que, os lo agradecería un montón 🖤

Ahora... Dentro capítulo!! JJajajajjaa


El móvil empieza a sonar por toda la habitación... Yo bostezo antes de cogerlo, perezosa. No he dormido apenas y no porque yo no quisiera sino porque Un... Ayerdi no me ha dejado.

–¿Sí? –Respondo somnolienta.

–¡¿Se puede saber dónde cojones estás, Lola?! ¡Te he mandado 15 mensajes! ¡Te estamos esperando para hacer el pase técnico desde hace más de una hora! ¡Ven ya!

Miro el reloj que tengo encima de la mesa y abro los ojos de par en par al ver la hora. Es tarde. Muy tarde.

–¡Me cachis en la mar! –Grito corriendo a mi armario para coger la ropa lo antes posible.

–Se dice 'me cago en todo', preciosa. –Dice Ayerdi tumbado en la cama, con sus vergüenzas al aire.

–¡Tápate, desvergonzado!

Él se empieza a reír por detrás observando mis movimientos pero sin hacerme ni pajolero caso. Yo salgo corriendo a la ducha... Jose me va a matar, lo sé.

Dejo el agua caer en mí fría, haciendo que me despierte un poco a pesar de estar muerta de sueño. Rememoro la noche de ayer... De firma inconsciente me muerdo el labio... Fue increíble. Odio admitirlo pero tener sexo con Ayerdi ha sido un descubrimiento... La forma en la que se movía, en la que me mordía despacio... Vuelvo a caer en el mundo real al darme cuenta de que me he quedado pensando en algo que no debería. Salgo de la ducha y me desenredo el pelo lo más rápido que puedo. Voy a morir en brazos de Jose y no voy a poder hacer nada para remediarlo.

Salgo del baño y Ayerdi está delante de la puerta, apoyado en la pared y solo con los pantalones puestos.

–Pensaba que me ibas a invitar a la ducha. –Dice mordiéndose el labio y cogiendo mi brazo para pegarme a él. Su boca viaja hasta mi cuello donde deposita un pequeño mordisco.

–No, para. –Lo corto tajante. –Te dije que iba a ser solo una noche y ahora estamos de día por no hablar de que llego tarde a mi trabajo.

–Ya llegas tarde, ¿qué más da llegar unos diez minutos más?

–Creo que te lo dejé muy claro, Ayerdi. Lo que pasó anoche, fue algo efímero. Solo tendrás el recuerdo porque no va a volver a pasar.

–¿Por qué?

Comienzo a andar hacia la salida, cogiendo una chaqueta en la entrada y las llaves, sin responder a su pregunta. Escucho los pasos de Ayerdi detrás de mí.

–Responde.

–Porque no quiero. Porque no me gustas. Porque estoy enamorada de mi ex novio. Porque acostarme contigo solo me traería problemas.

Los ojos claros de Ayerdi se quedan fijos, mirándome. Noto como su mandíbula se tensa, como él se tensa de pronto, callado. Suelta el aire que ha estado conteniendo y segundos después, aparta sus ojos de mí. 

–Espero que todos se queden boquiabiertos contigo, María Dolores, si lo haces igual que ayer seguro que se ponen en pie a aplaudirte. 

Se da la vuelta y se pierde en mi habitación, seguramente para vestirse. No me suele gustar dejar a las personas en mi casa pero hoy s un día diferente porque:

1) Tengo prisa

2) No creo que Ayerdi vaya a destrozarme la casa; es policía y sé donde vive, aunque bueno, cosas peores se han visto, ¿no?

El metro, como siempre, intenta fastidiarme más de lo que estoy y el siguiente tarda 7 minutos en venir. Sentada en unos bancos comienzo a rememorar todo lo que pasó desde que Ayerdi entró en mi casa... Y recuerdo que alguien llamó a la puerta. Seguramente sería Sofía, mi vecina, queriendo contarme sus aventuras como suele hacer cuando tiene un rato libre. Durante estos años en los que mi único apoyo era Raúl, Sofía ha sido lo más parecido a una amiga que he tenido, siempre tan alegre y dispuesta a ayudarme cuando tenía un problema... he sido como una hermana mayor para ella, vino a Madrid a estudiar porque en Ávila no tenían lo que ella quería hacer pero se ha pasado más tiempo en mi casa, invadiendo mi nevera y robándome ropa para salir de fiesta que yendo a clase,. 

Cojo mi móvil para ver si tengo algún mensaje suyo, por si era importante... Abro los ojos de par en par al ver que no es de Sofía precisamente de quien tengo el mensaje, sino de... Raúl. Noto como mi corazón se salta un latido y como empiezan a temblarme las manos por los nervios. Me meto en la conversación sin pensarlo dos veces, ansiosa por ver lo que pone...

Hola, Lola. 

Ayer no estabas en casa... pero fui. no sé dónde estarías pero espero que al menos estuvieras bien. Quizás no te interese y quizás hayas rehecho tu vida al lado de otra persona y eso estaría bien porque, al fin y al cabo, yo me he comportado como un gilipollas y es lo que me merecería pero te echo de menos... Quiero volver a despertarme contigo todos los días y hacerte enfadar por beber a morro de las botellas o por dejarme la ropa sucia en el baño. Eres el amor de mi vida, siempre lo he sabido y puede que no queramos lo mismo pero podemos hablar las cosas, ¿qué te parece quedar en Sol y entrar a la Mayorquina a por esas napolitanas que tanto te gustan? 

Espero tu respuesta. Aunque sea un mensaje mandándome a la porra. 

No sé qué cara tendré ahora mismo pero de mi color seguro que no. Siento que mi cuerpo está acelerado, que no sé pensar y que todo me pesa más. Casi pierdo el metro que va hacia mi teatro por la impresión del mensaje, ando como perdida pero aún así subo en el metro, chocándome con todos los que van saliendo. 

Al llegar al teatro, veo a Jose avanzar enrabietado hasta mí pero se para, supongo que por la cara que llevo...

–¿Lola?

Me tiro en una de las butacas, todavía sin decir nada y es entonces cuando comienzo a llorar. Todos se me quedan mirando, sin entender nada pero ni siquiera yo lo entiendo, ¿por qué lloro? ¿Porque la persona a la que amo me ha mandado un mensaje? Siento que todas las emociones que hay en mí sale a través de mis ojos; el morirme de ganas de volver con Raúl, el dolor que me ha causado ese mensaje y la culpabilidad de haberme acostado con otro que no fuese él, ¿qué me va a decir cuando se lo cuente? 

–Oye, pareces el fantasma de la Ópera, ¿te traemos un cafecito?

–Sí. 

Es todo lo que digo. Miro a mi alrededor, empezando a dejar de estar en shock, todos con la ropa para la obra, para hacer el ensaye técnico y yo... Yo entorpenciendo su trabajo. Me levanto de la butaca y levanto la cabeza orgullosa. 

–Vamos a romper el escenario esta noche. Lo siento por haber llegado tarde, anoche estuve... Ocupada, pero no volverá a pasar.

Y con ese 'no volverá a pasar' no me refiero solo a llegar tarde...

Tiene Derecho A Quitarme La RopaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora