9° Digna de confianza

Start from the beginning
                                    

La azabache bajó la mirada, viendo la cajita. Ante la atención que recibía de los presentes, ella lo abrió, encontrando adentro un anillo con una esmeralda. Levantó una ceja, aún más confundida.

-Muchas gracias.- le sonrió de todas formas-. Ha sido muy considerado, es precioso.

Mark, desde la derecha de Voldemort, le asintió, aprobando su respuesta.

-Y cuéntame.- continuó, ignorando totalmente a todas las personas que estaban ahí y centrando su atención en la chica-. ¿Te ha tratado bien Hogwarts? ¿Hiciste amigos?

-Es mejor colegio que Beauxbatons.- le lanzó una mirada a su madre que negó instintivamente en desacuerdo-. Me parece entretenido y las enseñanzas son más adecuadas para un mago. He hecho algunos amigos en mi casa...- se detuvo un momento, recordando con quien estaba hablando-. Aunque pocos, debido a que hay escasos magos de sangre pura.

Su padre y otras personas que vió asintieron en acuerdo con la niña. Bien, se había salvado de aquella.

-¿Y ellos son?- preguntó el hombre-.

-Ah, Potter y Black.- dijo como si nada, tratando de dar naturalidad al tema-. Han sido muy amigables.

-Con que Black.- dijo, dando una mirada en diagonal, Anna no supo para quien iba-. Y Potter. Buenas familia, tienen mucho potencial.

Ella calló, no sabía que más decir que no fuera que ambos eran unos estúpidos para hacer pociones y explotaban todo lo que tocaran. No iba a ser cortés.

-Anna, ¿te gustaría que te dé un trabajo? Es algo pequeño.

Sus padres fruncieron el ceño, mirándose confundidos. Ella hizo la misma mueca pero rápidamente se estabilizó, asintiendo sin saber muy bien por qué lo hacía. No creía en el ni su filosofía, pero si era algo pequeño...

-Nos falta sangre fresca.- comentó, hablando ahora en un tono de voz alto-. No somos nada sin la juventud. Por eso mismo, quiero pedirte, señorita Jordan, que busques en Hogwarts chicos calificados para formar parte de nuestro selecto grupo. Podrían ser tus amigos, se ven ideales para hacerlo.

Anna frunció el ceño, confundida. ¿Para qué quería a sus amigos? Sonaba ridículo. Volvió a asentir inconscientemente.

-Estupendo.- sonrió-. Puedes retirarte. Te prometo que solo estaremos aquí unos minutos más y tendrás tu festejo.

La joven de ojos verdes asintió, saliendo con rapidez de ahí. Temblaba un poco, sin entender bien por qué o qué había pasado ahí. Solo sabía que llevaba en su mano un regalo del Señor Tenebroso y la promesa de que "reclutaría" a sus amigos para que fueran del lado oscuro de la fuerza.

Entró a su cuatro, cerrando con llave. Se lanzó a su cama, dándose cuenta que en la ventana habían dos lechuzas que la observaban.

-Una buena noticia.- rogó, sacando las cartas y paquetes que llevaban-.

Antes de abrir les dió agua, buscando un abre cartas en su escritorio.

La primera era de James.

Ann:
Espero que la estés pasando bien, ¡feliz cumpleaños, Leeon! espero que te guste el regalo, casi me lo quedo para mi.

¿Vendrías a mi casa a quedarte lo que queda de vacaciones? Si quieres mándame una lechuza, si no también hazlo. De cualquier manera quiero tener más información de cómo la estás pasando.

Te quiere, James

P/D: Lily te manda saludos y dice que cuando vayan a Hogwarts te dará tu regalo. Sirius se niega a hacerlo, dice que aumentará tu ego.

Se rió al leer lo de Sirius, pero la azabache levantó una ceja, preguntándose desde cuánto su amigo hablaba con la pelirroja por cartas. Abrió el paquete de Cornamenta, sonriendo al encontrar un libro de las mejores jugadas de Quidditch, edición mejorada.

La siguiente fue de Remus. Ni siquiera tuvo que abrirla para saber que era el. La carta y el paquete olían a un intenso chocolate. La abrió, viendo su delicada y esmerada letra.

Querida Anna:
Espero que tengas un cumpleaños decente. Deseo que nos volvamos a ver pronto, ya extraño tus tontas referencias de libros que leo. Espero que mi regalo te sirva y vuelvas a humillar a Canuto, fue un día para la memoria.

Mándame más cartas, he estado preocupado.

Con amor, Remus Lupin.

Sonrió al leer la carta, abriendo el paquete. Un libro de defensa avanzada. Se rió, hojeandolo un poco.

Al final, guardó sus escasos regalos en uno de los cajones de sus estantes. Dejó solo a la vista el anillo de Voldemort para que sus padres no se enfadaran, pero su mano picaba por lanzarlo al fondo de su closet donde nunca lo encontrara.

Es Igual A Mi...- Sirius BlackWhere stories live. Discover now