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─ Hey, por fin os encuentro ─exclamó Yohan, entrando a una de las clases de la segunda planta, a la cual no había ido todavía─. Pero... ¡me cago en las cabras...!

Tras decir eso, se pudo escuchar la voz de Monokuma anunciando un nuevo cadáver.

─ Nos hemos quedado igual al verlo ─pronunció Eunsang, estando justo delante de Donghyun, quien parecía estar ocultándose incluso por temor a un muerto─. No pensé que sería el siguiente en ser asesinado.

Allí, ante ellos, tirado en el suelo justo al lado de la pared, donde había una llave de la luz desmantelada, sin disyuntor y con todos los cables rotos y suelos, se encontraba Tony, con una increíble expresión de dolor en el rostro y todo el cuerpo rígido. Viendo la escena, se podría decir con facilidad que había muerto por electrocución.

─ Estaría mal decir que se ha quedado tieso, literalmente. ¿No?

El escritor comenzó a reírse por lo que acababa de decir, argumentando que era un genio, para después salir de allí, seguido por el florista, el cual no se despegaba de él ni un segundo.
Yohan salió tras ellos. No quería quedarse solo con un cadáver por nada del mundo. Y no era por culpa del muerto en sí, sino de la posibilidad de que el asesino aún estuviese allí y le atacase. Algo estúpido se si pensaba fríamente, pero no era imposible.

De repente, se escuchó un grito que parecía provenir de la cafetería, por lo que se dirigieron hacia allí lo más rápido que pudieron, esperando que no fuese nada malo.

Una vez allí, tan solo vieron a Dongpyo encorvado, sujetándose a una mesa.

─ ¿Estás bien? ─preguntó Yohan, acercándose a él─ ¿Has sido tú el que ha gritado?

Pero el patinador solo estaba aguantándose las ganas de ponerse a llorar, por lo que no pudo responder.

─ Yohan, nosotros iremos a intentar averiguar algo sobre el asesinato, tú quédate con él.

Sin más, Eunsang y Donghyun se marcharon de allí, dejándolos solos. Fue extraño el hecho de que no pasó casi nadie por la cafetería, aún siendo un lugar muy transcurrido en la academia.
Tras un rato, Dongpyo se tranquilizó algo y quiso explicarle a Yohan lo ocurrido.

─ Es que me ha parecido ver una cosa rara en el suelo de la cocina, he salido corriendo del miedo y me he dado en el meñique del pie contra la pata de la mesa.

─ ¿Por eso has gritado? ─solo asintió─, ¿qué cosa rara has visto en la cocina?

─ ¡No lo sé exactamente! Estaba en el suelo, detrás de la nevera, pero se veía más o menos bien.

Yohan le dijo que se quedase allí para ir a ver qué era aquello de lo que hablaba. La cocina estaba totalmente vacía, pero aunque hubiese habido alguien, eso de lo que hablaba Dongpyo se veía a la perfección.

Detrás de la nevera, efectivamente, se encontraba aquel supuesto objeto del que hablaba el patinador. Se podía apreciar con claridad su forma, aunque era algo complicado distinguir lo que era, así que optó por acercarse a ver.

Halló un destornillador negro junto al disyuntor desaparecido de aquella llave de la luz.
Sin duda, la muerte de Tony no había sido accidental. Alguien quería matarlo y tenía un buen plan preparado. Lo único que no veía por allí era el tornillo que sujetaba el disyuntor, aunque eso no era lo más importante en aquel momento.

Decidió salir de allí e ir en busca de Eunsang, o incluso de Jungmo, quien no lo había visto en todo el día.
Por suerte, en cuanto puso el pie de vuelta en la cafetería, se pudo percatar de que el criminólogo acababa de llegar.

─ ¿Has visto ya el cadáver?

─ Sí ─respondió, fijándose en lo que Yohan traía en la mano─. ¿Dónde has encontrado eso?

─ Dongpyo fue el primero en encontrarlo, estaba detrás de la nevera. Toma ─le tendió aquellas pruebas que podrían resultar cruciales para el juicio─. Y... ¿Tienes alguna sospecha ya de quién puede ser el culpable?

─ Tengo mis teorías, viendo la estúpida forma en la que ha muerto. Tony era alguien muy inteligente, dudo que pusiese porque sí su manaza encima de cables rotos, sabiendo que tenía una alta posibilidad de electrocutarse.

─ Quizá no se dio cuenta.

─ Quizá fue engañado. ¿Tú qué opinas, Dongpyo?

El menor levantó la cabeza, sobresaltado, ya que no se esperaba que fuese a preguntarle tal cosa. Él, en realidad, solo estaba en esa conversación de adorno, no quería participar en ella.

─ Bueno... ─comenzó, sin saber bien qué responder─ No sé qué decirte.

Jungmo le sonrió, cosa que le desconcertó bastante, ya que aquel criminólogo era bastante serio, y más en situaciones como esa.

─ En ese caso, intentaré recopilar más información sobre el caso antes de que llegue el juicio, no podemos permitirnos un fallo.

Se marchó de allí llevándose consigo el disyuntor y el destornillador. Yohan se sentía realmente inútil por no poder ayudar en algo, puesto que no sabía hacer nada especial. La suerte podría ser útil en ciertos casos, pero ver a aquel variopinto grupo con aquellos talentos le hacía querer uno también.

─ Oye, Yohan.

El recién mencionado se giró hacia Dongpyo, quien se había sentado en una de las sillas de allí, con una pose de lo más extraña, con un brazo sobre el respaldo y medio tumbado, intentando parecer "guay".

─ Dime.

─ ¿Y si el asesino ha sido Jungmo?

─ ¿Por qué crees eso?

─ Porque este caso es extraño y se ve bien preparado. Además, ¿por qué se ha llevado las pruebas para él solo? ¿Quién se cree que es? Técnicamente, las has encontrado tú, pero ni siquiera ha tenido la decencia de decirte: "oye, ¿por qué no me ayudas con el caso?". Seguro que ahora irá a deshacerse de las demás pruebas que puedan haber.

─ No lo sé, Dongpyo. No creo que sea él el asesino. No lo veo capaz.

─ ¡No ves capaz a nadie!

─ ¡Ya lo sé! Pero es que es cierto, si no estuviésemos en esta situación, a nadie se le habría pasado por la cabeza matar a otra persona.

No recibió respuesta alguna tras decir eso, tan solo hubo un incómodo silencio bastante largo, el cual, de vez en cuando, se veía interrumpido por alguien que pasaba por allí y los saludaba. Dongpyo aún no quería andar porque según él, le dolía el pie todavía, algo bastante exagerado, ya que había pasado un largo rato desde el golpe, pero Yohan no le iba a discutir al respecto, se quedaría allí haciéndole compañía y punto.

Quizá el patinador tenía razón y nadie le pedía ayuda porque no servía para nada, por lo que decidió demostrar que sí valía para algo. Probablemente, en ese caso ya no le daría tiempo, mas, en el siguiente si había, planeaba esforzarse para sacar la verdad a la luz.

Todos sus pensamientos heróicos se vieron interrumpidos por la molesta voz de Monokuma, quien avisaba de que el juicio iba a comenzar.

⌗ REBIRTH OF DESPAIR ♡̷̷%՞˖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora