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Capitulo 10 – La Batalla de la Aldea Goblin

La familia ‘Colmillo de Lobo’.
Los gobernantes de las llanuras orientales.
La causa de muchos dolores de cabeza entre los comerciantes del Imperio Oriental y otros países que bordean el Bosque de Jura.
Cada uno es un monstruo de rango C, y podrían devorar fácilmente a un aventurero
imprudente.
Además, ellos son más temidos en grupos.
Cuando se juntan, se mueven como una sola entidad capaz de un ataque organizado.
Y, como un grupo… a menudo son evaluados como rango B.
Las llanuras orientales se encuentran adyacentes a los campos de trigo del Imperio.
Como es fuente de alimento principal del Imperio, alardean de una impenetrable defensa.
Aunque los Fang Wolves son astutos y poseen excelentes habilidades, sería sumamente difícil para ellos romper esa defensa.
Además, incluso si lograran pasar a través, ellos solo ganarían la ira del Imperio, y probablemente serían cazados hasta la extinción.
El líder de la manada entiende eso a la perfección.
Muchas décadas gastaron peleando y aprendiendo del cada vez mayor Imperio en
expansión, inculcando esa siniestra premonición en ellos.
Como cazan únicamente a los comerciantes de poca monta, el Imperio no podía tomarlos en serio.
Incluso si una vez decidieran meterse en los campos de trigo, el Imperio expondría sus colmillos.
Como resultado, él había impedido que muchos percances se vuelvan verdaderos
incidentes.
Esos eran los pensamientos que llenaban la cabeza del líder de la manada.
Aún así, sus instintos como demonios gritaban, en este estado era capaz de entender
que su evolución era interrumpida por su propia decisión.
Actualmente, el grupo no carecía de suministros.
Si las personas eran atacadas y devoradas, no serían más que un bocadillo.
Eso es porque los seres humanos no nacen con una gran cantidad de energía mágica.
Para los Fang Wolves, una comida no era más que la absorción de energía mágica.
Luchar contra monstruos fuertes o sacrificar muchos seres humanos, y evolucionar en
un monstruo de clase calamidad.
Pero tal como están las cosas, ningún método parecía plausible.
El imperio era simplemente demasiado fuerte.
No obstante, en caso de seguir simplemente atacando comerciantes, su objetivo no
sería más que un sueño dentro de un sueño.
Pero han oído hablar de un paraíso para los monstruos poderosos─ un bosque de
tierras benditas lejos en el sur.
Sin embargo, para llegar a esas tierras, tendrían que atravesar el Bosque Jura.
Del cual sus habitantes no son nada especial.
Las muchas veces que cazaban a los que se aventuraban en las llanuras probaron este punto.
En ese caso, ¿por qué no habían invadido el bosque todavía?
─El Dragón Tormenta Veldora─
La existencia de ese dragón es la razón.
Incluso mientras esta sellado, la siniestra energía que emanaba era suficiente para asustarlos.
Estaban convencidos de que los habitantes del bosque recibieron protección de Veldora.
Y es por eso que ellos pueden vivir dentro de esa aura diabólica.
Si se pensaba lo contrario, seguramente se volverían locos.
Hasta ahora, vivían con estos pensamientos vergonzosos, y contuvieron sus ganas de
invadir… ¡Sí! ¡Hasta ahora!
Los líderes del grupo examinan el bosque con sus afilados ojos rojo sangre.
La presencia de ese despreciable dragón… ha desaparecido.
¡Ahora, podrían devastar libremente el bosque, y convertirse en el gobernante
supremo! Ahh, la sola idea les abre el apetito.
Y así, ¡aulló ordenando avanzar!

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Habiéndome convertido en el guardián, pensé en el siguiente paso.
Personalmente, incluso con ese título, creo que su trato hacia mí es demasiado grandioso.
En cualquier caso, me reuní y analicé a los goblins combatientes.
…Están prácticamente cayéndose a pedazos.
No parece que pueda depender de ellos durante el combate.
Además, los goblins restantes, niños y ancianos, vinieron para observar nuestra preparación.
Sin refuerzo de otras tribus, tampoco.
Tal como están las cosas, es un pequeño milagro que el jefe no haya perdido la cabeza todavía.
Porque incluso si escapan, ellos morirán de hambre o sed…
Y, los goblins que reuní me están mirando como si fuera una deidad…
Qué pesada carga que asumí.
Me siento especialmente así desde que sólo quería llevar una vida sin preocupaciones
lejos de toda responsabilidad.