CAPÍTULO II: LA NOTICIA

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Hubo un fin de semana largo debido a que el viernes y el lunes eran días festivos. Susana y Jhonny decidieron ir a la playa y le pidieron a Ana que les permitiera llevar con ellos a Alejandro; a lo que Ana accedió con ánimo decaído le dijo a su hermana:

-Susana, gracias de verdad, porque Augusto y yo estamos discutiendo demasiado, no sé hasta qué punto podré aguantarme lo que tengo adentro... Y no quiero que Ale nos vea riñendo como perros y gatos; o en este caso como perro y gata.

Ése último comentario le causó mucha risa a Susana, y le respondió:

-¡Ay Ana, dejen esa peleadera sin sentido! Vayan a terapia, busquen un psicólogo, un psiquiatra, un sacerdote, un exorcista, al señor este que nombran mucho "Mandraque el mago", algo... pero no dejen que se termine su relación así nada más.

Ana: -Tú no me vas a entender, tengo una cantidad enorme de desencuentros acumulados, mejor dicho atravesados aquí en mi garganta y te lo firmo, me saco esa espina porque me la saco.

Susana: -¿Ana, qué manera de hablar es esa? Te llamo a la paz y a la conciliación y ¿Tú me sales con venganza? Hasta aquí dejamos el tema, no vayas tú a amargarme el fin de semana.

Ana que tenía cara de molestia, reaccionó y se disculpó diciendo:

-Hermana, tienes razón perdóname. Mejor cambiamos el tema

Susana: -Mejor así, dile a Alejandro que mañana a las 06:30 pasaremos por él. Métele en su maleta los trajes de baño, su ropa interior, shorts, franelas, una ropita casual, protector solar, en fin; ese tipo de cosas Ana.

Continuaron hablando de otros temas en la cocina. Jhonny estaba en la sala, viendo el partido de fútbol de la Liga de Campeones así que, no estaba muy interesado en la conversación de su esposa y su cuñada; los niños estaban en el jardín jugando con Bernardo. Las madres llamaron a los niños, estos, al llegar a la cocina estaban sudados: Ana los vio y les dijo:

-¡Niños están bañados en sudor, tienen que bañarse huelen mal! (tapándose con los dedos su nariz)

Alejandro y Antonio se rieron por lo que dijo Ana. En seguida Toño le respondió:

-¡Debe ser Bernardo tía porque yo me bañé!

Esa respuesta les causó gracia y todos rieron. Ana agregó:

-Alejandro, mañana te vas con tus tíos a la playa, pero te bañas porque así con ese mal olor no puedes estar.

Ambos niños a una sola voz dijeron: -"Yupi". Y luego Antonio le dijo a Alejandro:

-¡Viste primo que ibas a ir con nosotros!

Ana, con la ayuda de su hermana forzó a su hijo y a su sobrino a ducharse; Alejandro le prestó ropa a su primo. Los niños siempre se divierten; los adultos pasan por alto esos placeres. Las dos hermanas disfrutaron bañando a sus hijos. Luego prepararon comida; degustaron de la cena. Era miércoles, la particularidad de ese día fue que Augusto no había llegado a casa, ni se había comunicado con Ana (quien tampoco se preocupaba porque lo hiciese).

Llegó la mañana del siguiente día, los tíos llegaron a la hora convenida, Alejandro estaba preparado (se había dormido temprano para que amaneciera más rápido, al menos eso creía él). Ana usó parte de la noche anterior preparando la maleta de Alejandro, con cuidado de no dejar afuera nada importante; antes de que despertara su hijo ya le tenía preparado su desayuno. Susana fue la encargada de entrar a la casa de Ana y buscar a Alejandro. Ahora todo estaba dispuesto para que juntos emprendieran su viaje playero.

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