Colores ★RusMex★

Camino

Rusia mantenía su mirada en el techo.

¿Que debería hacer justo ahora?

Había un debate mental en su cabeza, pues no quería admitir que la manera en que México logro darle color fue...

Enamorarlo...

—Maldita sea.— cubrió su cara con sus grandes y ásperas manos.

Se suponía que estaba él aquí para ayudar al latino, pero tenerlo cerca parece ser cada vez más difícil.

¿Quien mierda no quiere darle un beso en sus carnosos labios y apretar esas mejillas tan rechonchas que tiene?

Además que con esa actitud de joputa que tiene, al ruso se le hace más tierno.
—Joder... Solo mantenme por favor— susurro al aire.

—¡Yo lo hago cabrón!— sintió un peso de la nada en su regazo, cabe mencionar que estaba acostado en su cama, y como una almohada se situaba en su cara, impidiéndole respirar.
—¡Mfhh!— se movía desesperado mientras que el mexicano se estaba muriendo de la risa.

Y, después de un rato, ya no se movió.

Lentamente, México retiro el objeto y sonrió con malicia.
—A la madre, si lo mate, ¡Soy libre hijos de su pinche madre!— dio un salto de la cama y comenzó a burlarse cínicamente.

—Solo me falta el otro puto...— sintió como su cintura era rodeada y después era alzado en el aire.
—¡Su puta madre!— dio un grito algo alto y después fue lanzado a la cama.

—¡No mames cabrón! ¿¡Además de un puto poste eres inmortal!?— intento soltarse de su agarre.
—¿Eh?— miró una de sus manos donde tenía agarrado las muñecas de este.

—¡Maldita sea México!— exclamó cuando un líquido carmesí caía de estas, rápidamente lo tomo como un costal de papas y lo llevo al baño, donde el botiquín de primeros auxilios estaba.

—¡¡¡USA!!!— gritó lo bastante fuerte alertando al otro norteamericano.

[...]

El camino era tenso, México miraba la ventana, el camino ya de por sí era largo, con este silencio lo era aún más.

—¿Por qué lo hiciste?—

—Tu puta madre.—

El auto quedó incluso peor que antes, la desagradable actitud del mexicano confunde a los dos countrys.
A veces suele estar enojado todo el día, otros, llora sin cesar y lo peor es que cambian a cada segundo.

—Diras que es raro lo que me paso~— comenzó a cantar el mexicano, suave y sin ningún ápice de burla, además, un sonido de guitarra le acompaño.
—Parece que anoche, te encontré en mis sueños~—

USA apagó el radio mientras que Rusia ponía atención a la letra y también a la extraordinaria voz del mexicano.
—Las palabras que dije, se volvieron canción~

Versos que tuyos son y el recuerdo nos dió~—  la guitarra se escuchó en un ágil movimiento.
—Una melodía bella ~

Que el alma tocó ~

Con el ritmo que vibra ~

En nuestro interior~— su tono de vos se hizo más alegre.

—Amor verdadero nos une por siempre ~

En el latido de mi corazón ~

Amor verdadero nos une por siempre ~

En el latido de mi corazón~

Ay, mi familia ~

Oiga mi gente ~

Canten a coro nuestra canción~

Amor verdadero, nos une por siempre ~

En el latido de mi corazón~

Ay, mi familia ~

Oiga mi gente ~

Canten a coro nuestra canción~

Amor verdadero nos une por siempre ~

En el latido de mi corazón~— termino justo antes de llegar a su destino.

Canadá.