Testarudo.

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Rusia estaba en posición fetal afuera de una sala de emergencias, llevaba casi una media hora ahí y esperaba por noticias del mexicano.

Señor...— sintió un toque en su hombro, giro rápidamente encontrando al doctor.
¿Está bien? ¿Está vivo? ¿Puedo ayudar? ¿C-

—¡Está bien!— gritó el doctor desesperado por las constantes preguntas, Rusia se callo instantáneamente.
Solo hay un problema...— estaba a punto de preguntar cuando escuchó el sonido de un jarrón rompiéndose.

¡Que te quites a la chingada!— cuando entro a la sala, encontró al mexicano con el torso medio desnudo y con vendas en ella peleando con una enfermera.

¡México!— exclamó el ruso llamando la atención del latino.
¿¡Y tú qué!? ¡¿Quieres un putazo también tu!? ¡Que se armen los pinshis chingadazos!— le lanzó una bara de metal que contenía un líquido transparente, el ruso ni siquiera se movió.

Y, de la nada, se detuvo, simplemente tomo su traje y se lo coloco bajo la atenta mirada de todos ahí.

¿Que me ven putos? Me voy a la chingada.— salió de la sala aunque el doctor insistía en que se quedara.
Espere un momento.— Rusia salió disparado en busca del tricolor.

Lo encontró en la salida y después de salir lo tomo del brazo.
¡M-México espera!— el latino lo apartó bruscamente.

Tienes que volver, estás herido de gravedad y necesitas desca-

—¿Y ti que te importa? Oye, yo no quiero tu ayuda.— le miró con desprecio e intento volver a irse pero el eslavo lo detuvo de nuevo.

Me importa mucho, por favor México, tienes que volver.—

—¡Déjame! No quiero, no puedes obligarme.— intento soltarse de nuevo pero Rusia puso más fuerza.
T-tu me ayudaste, déjame devolverte el favor.—

—¿Ah? ¿Enserio? No quiero tu ayuda, ¿Entendiste? Quiero que te alejes de mi, quiero que toda tu asquerosa existencia se quede a mil metros de distancia de mi.— escupió con furia todas sus palabras.

Ese favor que te hice, olvídalo, tu... No podrás hacer lo mismo...— su voz se quebró, sus lágrimas comenzaron a caer.
P-pero... ¿Por qué?— dijo el ruso con los ojos cristalinos.

Porque todos los sentimientos tristes, de furia y de nervios de cada país... Lo tome yo... ¡Tomé cada sentimiento! Y... Alguien como tú.— lo barrio con su mirada.

No podrá cambiarlo.— se fue corriendo con sus lágrimas escurriendo en sus mejillas.

Rusia se quedó ahí, las lágrimas también salían sin control, aún así, soltó una pequeña risa y comenzó a secar sus lágrimas.
Q-que pena México...— observó por donde el latino se había ido.

Soy un testarudo de primera...—

Colores ★RusMex★Where stories live. Discover now