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Saliste de tu cuarto, para dirigirte a la sala de juntas. En donde te dirían cual era tu nueva misión. Y por lo que te dijo Nath y por el tipo de ropa que llevas, sería una misión encubierta. Corriste, con tus tacones en manos. Y en unos minutos llegaste a la sala. Entraste y le sonreiste a todos. Todos se quedaban viendo, un poco raro. Tenían amplias sonrisas en sus rostros. Algunos te miraban pícaros.
- ¿sucede algo? -preguntaste y en eso Steve entró. Con una vestimenta diferente a la que solía uzar.
- ¡felicitaciones señor y señora Adams! -Tony les entrego a cada uno un legajo con la información de su misión.
- ¿no me digas que....? - Todos movieron su cabeza en señal de sí.
- bien, señora Adams hay que irnos -Steve habló aún con la vista en el legajo. Tus mejillas ardían.
- mi nombre es Daniela, Daniela Rodríguez -corregiste al capitán con nerviosismo.
- me temo, que serás mi esposa por una semana -Steve cerró el legajo y te miro. - y tu nombre es... -lo interrumpiste.
- Angela, ya se Cariño -le guiñaste un ojo, todos en la sala los miraban emocionados. Esto era lo que ambos necesitaban para dejar florecer su amor. Todos sabían tus sentimientos por Steve. A excepción de él, y por el contrario Steve se había encargado de decirle a todos los hombres del complejo. Tus sentimientos y que si alguien se acercará a ti. Sufriría consecuencias.
- ¿nos vamos nena? -Steve te extendió tu brazo. Y lo aceptaste y ambos caminaron hacia la salida.
-tenemos que espiarlos en la misión -Nath habló, tomando la atención de todos.
- ¿cómo? -Sam preguntó.
- con los poderes de Wanda, ella verá atravez de sus cabezas -Wanda asintió maliciosa.
*
Ambos bajaron del auto que Shield se había encargado de conseguirles. Entraron al hotel, dejando sus maletas en la cama. Steve se dirigió a la cocina por algo de comida, mientras que tu leías tu perfil, tu nombre y cosas que eran esenciales para la misión.
Steve regresó con sandwiches en un plato. Le agradeciste y tomaste uno.
- amas los girasoles, los perros y mi sonrisa -Steve hablo mientras leía el legajo.
- y tu amas el fútbol, lo bien que cocino y.... -pausaste, a tu lectura.
- ¿tan vergonzoso es? -Steve se levantó y te miró.
- bueno, digamos que si -reíste.
- bueno, si quiero que los de Hydra me crean, debo saberlo -Steve hablo con una sonrisa, tímida.
