In my life (The Beatles)

CAPITULO 34

Volví a preguntar. El chico tomó aire y luego me miró directamente a los ojos.

- nos iremos de vacaciones.

- genial, tú con Mo y Ringo, son una pareja realmente divertida.

- no, no, no solo yo y ellos... También irá Jane.

Alcé una ceja.

- ¿Jane?

Asintió. ¿Acaso lo que pasó anoche no significó nada para él? Las ganas de cuestionarlo rodaron por mi mente ¿Pero como iba a hacerlo? Al fin y al cabo, yo era la otra.

- Bien, excelente.

Dije fingiendo una sonrisa, intentando no demostrar lo roto que estaba mi corazón. El bajista me miraba desconcertado por mi respuesta, quizás esperaba algún escándalo o que llamara a John para golpearlo, pero no había sido así.

- está bien, Paul, ella es tú novia.

- Ann, realmente yo no...

- McCartney, dije que está bien.

Volteé dispuesta a subir a mi habitación.

- Annie...

Tomó mi mano, haciendo que volteara.

- siempre seremos dos chicos que se quieren mucho, se cuidan entre ellos...

- pero que no podrán estar juntos, lo sé.

Lo interrumpí.

- la puerta de salida está allá.

No podía evitarlo, era parte de mi genética ponerme a la defensiva en momentos como estos, solo bastaba con mirar a John, él actuaba igual.

Caminé escaleras arriba. Nadie te prepara para lo que te deparaba el destino, simplemente tenías que asumirlo, aún así algo en mi interior me decía que tarde o temprano eso pasaría. Mis lágrimas no tardaron en aparecer cuando me encontraba completamente sola, bueno, o eso creía, el pequeño Julian dibujaba en el suelo de mi habitación, a veces olvidaba que podía caminar, limpié rápidamente mis lágrimas intentando que el niño no las notara.

- ¿Estás triste?

Me interrogó el pequeño de 2 años.

- son cosas de grandes, Jules.

- yo soy grande y estoy contigo, no deberías estar triste.

Dijo como si nada mientras seguía dibujando en alguno de mis cuadernos. No pude evitar que mis lágrimas volvieran a salir, está vez producto de mi sobrino.

- Hey Ann, no lo hagas mal, toma una canción triste y mejorala.

Canturrió la melodía que había creado para él cuando era un bebé.

- ¿Desde cuándo eres tan listo?

Pregunté sentándome junto a él, simplemente alzó los hombros y me extendió el dibujo que estaba haciendo.

- esa eres tú y ese soy yo.

Una sonrisa apareció en mi rostro, pese a que el dibujo estaba sobre unos papeles importantes de la galería.

- eres todo un artista.

...

Si antes era Paul el que me evitaba, ahora era alrevés. Había reducido mi vida a dedicarme plenamente a la galería, haciendo exposiciones importantes de diversos artistas, eventos, etc. Era realmente impresionante como mi actitud cambio completamente, comenzaba a parecerme a Brian.

- Robert ¿Los papeles están listos? Dile a Emma que se encargue de eso... Bien ¿Y los pasajes de avión? Excelente, bien... Si...  Bien adiós.

Corté el teléfono. Llevaba meses planeando una exposición muy importante para mí, y si todo salía bien, podría exponerla en muchos países de Europa, incluso en Estados Unidos. Alcé la vista encontrándome con los cuatro Beatles sentados en el salón ¿Cuanto tiempo llevaban escuchando mi conversación?

- con ese atuendo envejeciste 10 años.

Bromeó John.

- recuerdame quitarte las llaves de mi casa ¿Qué hacen aquí?

- ¿No podemos saludarte?

Entrecerré los ojos intentando averiguar que planeaban.

- No.

El teléfono volvió a sonar, impidiendo que siguiéramos teniendo esa conversación.

- ¿Hola?

Dije respondiendo el teléfono.

- ajá, solo elijan el naranja ¿Qué harán cuando no esté? Cynthia se puede ocupar de eso, bien, perfecto, adiós.

La vista de los chicos seguía clavada en mí.

- ¿Siguen aquí?

Tomé mi libreta y comencé a escribir un par de cosas.

- jamás imaginé ver a Annie así.

Dijo George, por lo que dejé de lado lo que estaba haciendo y me senté frente a ellos.

- lo siento tengo que dejar todo listo antes de irme.

- ¿Irte?

Cuestionó Paul, sin embargo no le preste atención.

- ¿Cómo que te irás?

Esta vez fue John quién intervino.

- tengo negocios que hacer, Johnny.

- ¿Negocios? Estamos en Londres ¿Te irás justo cuando estamos aquí?

Guarde silencio fingiendo pensar lo que acababa de decir.

- si.

Dije sin más, levantandome y tomando nuevamente mi libreta.

- por lo menos puedes decirme a dónde irás.

- Alemania, creo que están familiarizados con Hamburgo ¿No?