Nuevos Recuerdos [#1] - Link x Apaya - TLOZ Breath Of The Wild +18

31. El dilema [Parte 1]

Llegó un momento en donde pude identificar de dónde provenían los gritos, venían del otro lado del rio Hylia; específicamente de la laguna Ursego.

Justo cuando escuché un grito más fuerte y claro, fue cuando me decidí por tirarme al agua y nadar hasta el otro lado. No iba muy rápido debido a que llevaba la armadura Zora, pero con mi estamina era suficiente como para no ser arrastrado por la corriente.

A medida que me acercaba, los gritos eran cada vez más claros.

—¡¡¡Auxilio!!!— gritaba alguien.

Intenté acelerar mi nado a todo lo posible y en poco tiempo logré llegar a la otra orilla. Una vez ahí, me adentré en el pequeño bosque que rodeaba la laguna buscando al origen de la voz, pero al llegar a la laguna en sí, me di cuenta de que los gritos provenían de dentro del bosque.

Di cuarto de vuelta y me adentré en el bosque siguiendo los llamados de auxilio y conforme avanzaba, comenzaba a notar manchas de sangre en la hierba del suelo; ese era un claro aviso que me hizo preparar mi espada y mi escudo, listos para el combate.

Llegó un punto en donde las cosas estaban más que claras, dos reclutas del clan Yiga atacando a un viajero apoyado sobre un tronco en el suelo; los dos con espadas demoníacas. Rápidamente me apoyé sobre uno de los árboles, di un salto y saqué mi arco para apuntarles a ambos y dispararles con mi alta velocidad.

Ambos cayeron al suelo muy confundidos, les acerté justo en la espalda, pero se levantaron rápidamente y se prepararon para atacar. Volví a tomar mi espada y corrí rápido para proteger al viajero, poniéndome entre ellos y él. Entonces me di cuenta de que ese sujeto, tan lleno de cortes, golpes, sangre y una soga en las manos, era el mismísimo Agen.

—¡¿Tú?!— exclamé.

—¡¿T-tú?!— siguió él.

No hubo tiempo para charlar, los reclutas del clan Yiga se me abalanzaron para atacar; mientras uno daba un corte con su espada, el otro esperaba a mi contrataque para aprovechar mi guardia baja y atacar por mi costado derecho. El ritmo no fue perfecto y no logré protegerme de al menos cinco cortes; no podía dejarlos avanzar, debía proteger a Agen.

Esperé el ataque de uno para golpearlo con el escudo y entonces aproveché su confusión para atacarlo con mi velocidad, a tiempo como para que el otro no pudiera atacarme. Dejé fuera de combate al otro, clavándole el estoque de la espada maestra en su espalda, el otro quedó extrañamente confundido por cómo quedó su amigo y me aproveché de su distracción para darle un corte con mi espada aprovechando la posición que resultó de la estocada; el corte resultó dar en la cabeza del recluta, el corte fue tan duro que incluso le arranqué la máscara. Ambos estaban ya fuera de combate.

Ninguno estaba muerto, pero no podían levantarse. Me giré para con Agen, él estaba muy lastimado, estaba sangrando de varias partes de su cuerpo y apoyaba sus manos atadas sobre una de sus heridas en su pecho. Yo saqué una de mis hadas de mi alforja y me acerqué para dársela.

—No, no, ¡No! ¡Alto! ¡No te acerques!— exclamó Agen muy asustado.

—¿Qué? ¿Cómo?— dije confundido.

—¡Que no te acerques! ¡Atrás!— siguió él mientras intentaba alejarse, pero el tronco se lo impedía.

Agen estaba muy asustado, fruncía el seño del dolor y por su respiración entrecortada, dejando ver sus dientes llenos de sangre. Aun así, yo me le acerqué e hice que el hada lo curara. Aun estaba lleno de moretes y manchado de sangre, pero estaba mejor.

—Ya está...

—¡¡¡He dicho que atrás!!!— dijo para luego empujarme hacia atrás.

—¡Solo trato de ayudarte!

—¡¡Mentiras!! ¡¿Por qué ayudarías a alguien que está en contra de tu reina?!— dijo jadeante.

¿"Reina"? Era curioso, pero no se me había pasado por la cabeza el pensar en Zelda así, como una reina.

—¡Esto no tiene nada que ver! Déjame ayudarte...

—¿"Nada que ver"? ¡¿"Nada que ver"?! ¡¡¿Aun cuando tu reina intentó matarme?!!— dijo señalándome con el dedo.

Yo me quedé pasmado en ese momento.

—¿Cómo...?— dije muy confundido.

—¡¡Sí!! ¡Matarme! ¡¿No me digas que no lo sabes?!— preguntó con cierta extrañeza en su voz.

—No... no sé a qué te refieres.

—¡A un ataque! ¡¡Un intento de asesinato!!

—¡Nadie iría a atacarte! ¡Y mucho menos Zelda!

Agen se quedó muy sorprendido por mis palabras.

—¿De verás me estás diciendo que no lo sabes?— preguntó ahora ya muy sorprendido.

—¡¿Saber qué?!— dije ya algo harto.

De pronto, Agen miró al cuerpo de uno de reclutas del clan Yiga a mí lado en el suelo.

—Mira con atención a ese recluta del clan Yiga, en especial a ese al que le rompiste la máscara... míralo con atención.— dijo mientras lo señalaba.

Yo miré muy confundido al recluta, el cual se estaba arrastrando por el suelo, intentando alejarse de nosotros. Me le acerqué con algo de incredulidad, saqué mi espada y le clavé el estoque en uno de sus brazos, entonces lo tomé del hombro y le di la vuelta. Vi su rostro, pero no me era familiar, no lo conocía de nada; intenté buscar algo que me hiciera recordarlo, pero no lo conseguí, hasta que mis ojos llegaron a su cuello.

Entonces retrocedí con mucho miedo, no podía creer lo que veía, no era posible, definitivamente debía tratarse de una coincidencia.

—El clan Yiga no ataca a nadie que esté en contra de tu reina. Su devoción al cataclismo solo los hace atacar a los que son como tú... Por eso supe de parte de quién venían.— me dijo muy seriamente.

De verdad que no podía creer lo que veía, esa marca en ese cuello, esa cicatriz aun enrojecida; era la marca del corte que todos los exmiembros del clan Yiga se hicieron ante Zelda; el corte de una rebanadora, hecha por su propia mano.

No era verdad, no podía serlo... Zelda no había mandado estos soldados Sheikahs disfrazados de miembros del clan Yiga a matar a Agen... Debieron actuar solos. No pudo ser ella...

Continuará...

...

Uff amigos, debo decir una cosa y es que este capitulo lo logré escribir con un buen horario, así que espero no haber cometido tantos errores de ortografía. 
Ustedes me dirán ;)

Díganme lo que opinan y/o dejen sus comentarios.

Hasta la próxima semana ;)

-GMI-