Mocoso Smith

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Un mocoso de cinco años, es lo que dejaron, maldición... Si esos bastardos no hubieran sido tan calenturientos, no tendríamos que estar aquí ahora. El escuincle no tiene idea de lo que le está diciendo Hange, no entiende que ya no tiene padres, de que ellos murieron… no puede procesar que ya no volverán y que con los años, él inevitablemente llegará a olvidar los detalles de sus rostros y como sonaban sus voces, pero yo no… nunca podría olvidar aquella sonrisa adorable de (Tn) y su  risa extrañamente contagiosa.

Maldición

Mi mejor amigo y la mujer que amaba murieron en un ataque suicida, éste mocoso… es lo más cercano a ellos que queda en éste asqueroso lugar.
Mis puños están apretados y mi entrecejo más fruncido

No soy bueno con las palabras, por lo que Hange habló con la madre (Tn) para darle la noticia, la reacción de la mujer fue obvia

— abuela, abuela no llores… no estés triste, te daré un abrazo — el mocoso es muy inocente... chasqueé la lengua en un siseo para desviar la mirada. No puedo llorar, cuando sé que ellos tomaron su decisión. Se amaban tanto que decidieron morir juntos, yo mismo escuché como (Tn) decía entre lágrimas y desesperación, que no toleraría vivir sin él, que el mocoso estaría bien con su abuela, que ellos se sacrificaban para que su hijo no viviera en una jaula amurallada... vi como ella se lanzó justo a tiempo para cubrir a Erwin, siendo ella la que murió primero... mierda  ¿Ni siquiera uno podía quedarse?

Una vez oí que la abuela del mocoso, le pintaba a sus padres como héroes que luchaban por libertad, espero que lo siga haciendo…

El mocoso, con esos brillantes ojos grandes y azules, me miró hasta que cerré la puerta principal, para él... nosotros debemos ser extraños o quizás nos tiene miedo.

Los días pasan, hasta que Hange me obligó a ir nuevamente a la casa dónde vive el último Smith, planeaba ir pero no tan pronto.... llevamos algo de comida, ya que supongo que los ingresos venían de Erwin y (Tn). La tres ojos abrió la puerta torpemente, después de golpear y no recibir respuesta, a los ojos de los demás parece como que si ella, ya lo hubiera superado, pero sé que por ahora ella muestra su actitud de siempre para parecer fuerte, además de que ahora que es comandante... la primera noche, Hange se derrumbó en llanto frente a mí, después de todo, (Tn) era como su mejor amiga y a Erwin lo conocía de años. Lo único que se me ocurrió aquella noche... fue abrazarla, disimulando mi necesidad de también sentir contención. Ahora también actúa como siempre para alegrar el ambiente en ésta casa sucia... Dejamos la comida en la mesa, para buscar al mocoso y a su responsable... hasta que lo vi… sentado en el suelo, con lágrimas y una mirada que empresaba temor.

— mi abuela… no quiere despertar… — decía apenas, mis ojos se abrieron más, al igual que mi boca, en mi mente se reflejaba la escena de mi propia madre. No lo pensé dos veces y cargué al niño, mientras él me abrazaba con sus débiles fuerzas, mojando mi ropa con sus amargas lágrimas... en ese momento volvió a mi un sentimiento: la empatía.

Ahora si lo perdió todo...

— vamos, Hange… no hay nada que hacer aquí — caminé hacia la salida.

No fue fácil arreglarmelas para cuidar del niño, sin darme cuenta… le tomé afecto y llegué a criarlo como si fuera mi propio hijo, la comandante decía que era muy protector y estricto, sólo puedo estar de acuerdo con el segundo comentario. Tampoco fue fácil hacer que Hange, no le pegue su locura, lo bueno fue que ella le ayudaba a estudiar en sus tiempos libres y  afortunadamente sólo le pegó la pasión por la investigación, pero de una manera más… normal. El mocoso es de aquellos que aprenden rápido, Hange también llegó a tenerle mucho cariño, lo abrazaba hasta casi desmayarlo y jugaba con sus mejillas hasta dejarlas rojas, admito que eso me ponía un poco celoso.
Él nunca me llamó "papá" y estaba bien con eso, ya que no planeaba reemplazar a Erwin. Siempre le recordé a sus padres, poniéndolos en un gran pedestal.
No me di cuenta de que sonreía cada vez que le hablaba de su hermosa madre, hasta que él lo mencionó, decía que me veía muy felíz pero no le iba a decir que amaba a su madre, con el paso de los años, él mismo se dio cuenta cuando se convirtió en un mocoso con más vellos y altura que yo.

— Levi ¿Te gustaba mamá? ¿No? — creo que mi expresión fue una respuesta suficiente para él

— sí… la amaba…—  respondí de todos modos — lo siento

— no tiene porque disculparse, mamá era muy hermosa y buena… ¿Alguna vez se lo dijiste?

— sí, cuando me confesé… Erwin estaba escuchando, me percaté cuando salió de las sombras, para ese entonces ellos ya estaban saliendo y no me había dado cuenta...

Hoy me decidí a que le mostraría la tumba de sus padres… no sé si era bueno para él, sólo le dije que me acompañara y no hice ningún comentario hasta que estuvimos frente al lugar, a pesar de que cuestionó una vez a donde nos dirigiamos. Supe que lo entendió de inmediato, en cuanto me vio con los mismos ojos de Erwin. Yo le asentí con la cabeza, para ver como se arrodillaba y tocaba ambas lápidas con delicadeza, como si tuviera miedo a que fueran a romperse.

— mamá… papá… gracias — dijo, inconscientemente me moví un poco para ver su expresión, él estaba sonriendo con una mirada calmada — el tío Levi me cuidó muy bien, al principio me dio miedo... — era la primera vez que me llamaba así, puede que haya mostrado sorpresa — pero a pesar de su rostro enojado, es alguien muy bueno, espero que donde quieran que estén... estén bien y que se sientan orgullosos de mí. La tía Hange también me cuida y es muy graciosa... mamá, papá, los amo. Volveré, lo prometo… — quitó lentamente sus manos, volteó a verme con algunas lágrimas, se acercó hasta mi para abrazarme, yo correspondí — gracias, por todo… — mi mano se elevó hasta su cabeza para acariciar suavemente su cabello rubio — te quiero, tío Levi — sentí como ejercía más fuerza.

— yo también, mocoso Smith — dije. Después de separarnos, saqué de mi bolsillo el collar que le pertenecía a Erwin, se lo coloqué y lo contempló mientras lo acariciaba, no dejó de hacerlo hasta que volvimos a casa. También le dio un abrazo a Hange y le expresó su gratitud. Hange, al ver que portaba el collar de su padre, no dudó en acomodar con sus dedos, los cabellos​ del mocoso como los de Erwin, simplemente era idéntico, sólo que un rostro más expresivo. Desde entonces, veo como va a visitar a sus padres, llevando ramos de flores.

FIN

El Mocoso Smith - One ShotWhere stories live. Discover now