Confundidos (II) [Resubido]

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Abrí los ojos, sintiendo que cada rayo de luz que se colaba por ellos era como un martillazo en mi cabeza. La cabeza me daba vueltas y dolía un montón... También tenía unas horribles ganas de vomitar, por lo que pronto terminé en el baño, contra el retrete.

―Ay, dios mío... ―me dieron arcadas, pero ya sentía que había botado mi estómago y riñones dentro y nada quedaba para expulsar. Tiré la cadena y apoyé la mejilla contra la fría porcelana de la tapa cerrada del w.c.

A todo esto, ¿dónde estaba? Esto parecía mi baño, así que probablemente estaba en casa. ¿Pero cómo había llegado hasta allí? Anoche estaba tan borracha que ahora no recordaba absolutamente nada. Bueno, algo, pero era una tontería, y además un sueño...

Estaba durmiendo plácidamente, tendida sobre un montón de almohadas. Lentamente abrí los ojos, y ahí estaba él.

―¿Qué haces aquí? ―pregunté en un susurro.

―Nada.

Volví a cerrar los ojos, y estaba a punto de quedarme dormida de nuevo cuando sentí algo presionar contra mis labios. Era suave, y, extrañamente, sabía a Vodka con soda...

Por supuesto, eso había sido un sueño. Aunque en su momento realmente sentí el sabor a vodka con soda...

Me relamí los resecos labios y tuve que reprimir otra arcada al notar que sabían a vómito. ¡Qué asco!

Luego de cepillarme los dientes adecuadamente, me tendí boca abajo sobre la cama, pero al minuto en que mi cabeza tocó la almohada, alguien abrió la puerta.

―Joder, estás hecha un asco. ―Josh me sonrió desde el umbral.

―Aghjadasas... ―mascullé. El idiota se echó a reír y sin ningún esfuerzo me dio la vuelta y me cubrió hasta la barbilla con las sábanas.

―Mucho mejor, bebé. ―volvió a sonreír. Oh, qué genial; él tan fresco como lechuga mientras yo estoy hecha mierda.

Sin embargo, ya ni fuerzas para ponerme de mal humor tenía, así que me limité a balbucear como un bebé:

―Me duele la cabeza... ―mi voz sonó suplicante y suave. Josh sonrió con ternura y depositó un beso sobre mi frente con suavidad. Increíblemente, olía al jabón de chocolate que mamá había puesto en todos los baños, y de repente me di cuenta de que traía ropa de Derek―. ¿Qué... qué haces aquí, Josh?

―Te traje. ―respondió con tranquilidad, aún inclinado sobre mí, aunque a ninguno nos molestaba la cercanía.

―¿Cuándo? ―pregunté como una idiota.

―Anoche.

―¿Y... ejem, podrías explicarme porqué coño estoy en ROPA INTERIOR?

Josh se sonrojó avergonzado ―¿estaba mal que pensara que se veía adorable pese a la situación?― y luego esbozó una sonrisilla.

―Es que estabas empapada...

―¿Qué mierda sucedió anoche? ―me incorporé tan rápidamente que sentí que me mareaba y me puse pálida, así que Josh me acomodó los almohadones para que quedara recostada.

―Eh... Mejor te lo cuento luego de una aspirina y leche.

Minutos después, sintiéndome infinitamente mejor, Josh se recostó a mi lado mientras yo mordisqueaba una tostada ya sin tener ganas de vomitar. Comenzó a jugar distraídamente con un mechón de mi cabello y carraspeó.

―Anoche te emborrachaste. ―comenzó, y yo rodé los ojos porque eso ya era obvio―. Y... te estaba llevando al auto cuando nos tiraste a la piscina de Gigi; acabamos empapados, y te saqué de allí lo más pronto posible. Te traje a casa, te desvestí y te acosté. Y luego me quedé dormido en tu sillón. Por cierto, espero que no te moleste que haya tomado prestada ropa de tu hermano, la mía estaba empapada. La puse en la secadora.

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