Viernes 13

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"Maldito Viernes 13"

Oh, sí, eso era lo único en que pensaba mientras me congelaba, sentada en las gradas del campo de fútbol de la escuela, viendo a mi falso novio jugar fútbol. La fuerte llovizna que amenazaba con transformarse en agua nieve me tenía calada hasta los huesos, y yo había salido sin ningún puto paraguas. Maldición. Lo único que traía era un bonito abrigo verde que, desgraciadamente, no lograba mantenerme ni a dos grados. Me estaba congelando, ¡congelando! Y todo por culpa del maldito de Josh Brennan.

Tener que fingir ser su novia tenía sus pros y contras:

Pros

1: Joshie me regalaba chocolates que yo devoraba sin piedad.

2: Las fan girls locas ya ni me miraban.

3: Podía ir a buenas fiestas sin necesidad de colarme porque estaba invitada.

4: Tenía ciertos beneficios en la escuela, tales como:

A) El director ya no me trataba como si fuera una especie de ladrona.

B) Tenía acceso al único plato de pasta que no había sido escupido por la resentida cocinera.

C) Todos los profesores sabían mi nombre y me dedicaban amables sonrisas. Nunca me regañaban en clase.

Contras:

1: Tenía que cumplir con esos estúpidos "deberes de novia":

A) Debía acudir a todos los eventos deportivos en los que él estuviera incluído.

B) Debía de pasar con él el almuerzo, día por medio, así que no podía estar ni con Ellie ni con Jimmy, por no decir Marie.

C) Debía de decirle "cariño" lo que me daba escalofríos.

2: También me había topado con varias de sus ex's furiosas, que me miraban con rencor casi siempre en los almuerzos que compartía con él.

3: Lo tenía que ayudar con Historia, y realmente Josh era un cabeza dura.

Así que ahora, aquel estúpido Viernes 13 de Septiembre, día del primer partido de la temporada, me estaba congelando bajo la lluvia (porque ahora era una maldita lluvia) gracias al Contra 1, seccion A.

A todo esto, ¿a quién diablos se le ocurría hacer un partido a esa hora, y con esa tremenda lluvia? En Septiembre siempre llovía en demasía, todo el mundo estaba bien pero muy bien enterado, y a estos se le ocurría organizar un partido. ¿Que acaso todo mundo estaba mal de la cabeza? ¿o acaso era una especie de venganza a las desamparadas  falsas novias que venían a ver a sus falsos novios jugar?

Me abracé a mí misma suspirando y notando los dedos heladísimos. Estando allí iba a matarme de frío.

Dios, que este maldito partido acabe YA.

El maldito partido no terminó hasta media hora después, con un empate. No sabía si era un buen comienzo de la temporada; de fútbol americano yo no tenía ni idea. Con suerte sabía que había que empujarse para ir ganando. O quizás ni siquiera se trataba de eso y yo solamente era una tonta pensándolo...

Como sea, el partido había terminado y yo tenía un frío horrible, como ya he dicho mil veces antes, así que prácticamente me levanté como si tuviera un resorte en el trasero, bajé las gradas a saltos y corriendo me dirigí hacia el campo, del cual los jugadores salían desordenadamente. Ubiqué al alto Josh Brennan y me lancé sobre él, tomándolo del cuello e importándome poco chocar contra su duro uniforme. Él me envolvió la cintura con los brazos casi por instinto y me mantuvo alzada.

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