Excape [Editando]

Prólogo

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Jin era un Omega sumiso y obediente. Era el ser más lindo, puro y bello en todo el planeta.

Un pequeño lobito que tuvo que pasar por muchos problemas.

Desde sus diez años presentándose como un Omega se había ganado el completo odio de su padre, recibiendo el peor trato que pudo haber recibido por su propia familia.

Y tubo que esperar años, o al menos cuando su hermano mayor, Chanyeol. Un Alfa fuerte y generoso regresara de Italia. Lo sacase de ahí, en donde sabía, no era bien recibido por su padre.

Pero los años se le hicieron eternos.....

Y fue ahí en donde conoció a un Alfa mucho mayor que él.

SeokJin solo tenía trece años cuando conoció al Alfa de veinticuatro años. Un gran y fuerte Tigre de bengala blanco de alto rango.

La desesperación y el miedo de estar con su propio padre lo obligó a quedar en cinta de aquel Alfa, quien no hizo más que marcarlo sabiendo así que pudo haber causado daño a el cachorro que ahora permanecía en el frágil y pequeño cuerpo del Omega.

Le prometió a SeokJin que le daría una vida feliz llena de lujos y alegría.

Valla sorpresa se llevó Chanyeol, cuando al regresar a Corea, se dio cuenta que ahora su pequeño hermanito, que estaba decidido a proteger con su vida, ya se encontraba casado con un Alfa que lo había marcado y, además, lo había dejado en cinta a su muy corta edad.

Claro estaba que Chanyeol no pudo haber estado más que molesto con su hermanito por permitir aquello. Pero no pudo hacer nada, pues sabía perfectamente que cuando se marca a un Omega, no podrían separarlo del Alfa por más que lo desearan, aún así, si lo hicieran, el Omega moriría de pura tristeza al no sentir a su Alfa cerca.

Jin pensó que sus días de pena y desgracia habían acabado por fin. Pero sorpresa se llevó cuando el Alfa a su lado, quien al principio le había brindado amor, cariño, hogar y hasta dinero, lo comenzaría a tratar como la peor escoria que podría ser en éste planeta, privándole de muchos de esos privilegios.

Ese ser que antes lo trataba como a todo un rey ahora solo se encargaba de hacerle ver lo mal y repugnante que se veía cada día.

Y a pesar de darle a un hermoso cachorro de piel totalmente blanca como la nieve fría, llamado Yoongi. Ojos rasgados, nariz de botón y cabello totalmente azabache. Un pequeño pero fuerte tigre blanco que al final se presentaría como un impotente y muy alto Alfa, no hizo más que recordarle que era él un Omega, y no podía ser alguien o algo de importancia.

Entonces llegó su segundo hijo, Hoseok, un cachorrito un poco más chico que el Alfa anterior. Éste era de piel un tanto bronceada como la de su padre, castaño, su nariz era filosa, y su rostro era alargado. Era igual al padre, a comparación de que el pequeño cachorro era adorable y muy juguetón, un pequeño lobo convertido en un Alfa alto y bondadoso, lleno de ilusión y esperanzas.

Y al final los cachorros más pequeños e indefensos de la familia.

Primero, un pequeño niño redondo con ojitos dibujados en pequeñas líneas sobre su rostro, su naricita se parecía a la de su padre, era de tez ni blanca ni morena, era una mezcla de ambos padres, y su cabello era de un tono totalmente oscuro como el de su hermano mayor, éste era tímido y callado, un pequeño cachorro que pedía la atención de sus padres y de sus hermanos mayores. Jimin.

Y el último cachorrito fue un dulce y pequeño niño de cabellos castaños, su piel era igualmente bronceada y su personalidad era parecida a su hermano mayor el lobo, era valiente y temerario, aunque el más juguetón y posible escandaloso de la familia. Su sonrisa parecía ser un cuadro perfecto y sus bromas pesadas traían a veces serios problemas. Taehyung.

Los cachorros conseguían cualquier tipo de cosas por parte de su padre, dinero, juguetes, ropa, comida, pero el amor de su padre, nunca. Y Jin no, él, lo único que podía conseguir eran insultos, quejas, golpes y abusos por parte de su propio Alfa.

Ahora Yoongi tenía diecisiete años, estaba a punto de cumplir la mayoría de edad.

Y se decidiría, se llevaría a su madre lejos de ahí junto a sus hermanos, para poder vivir en paz, y lejos de ese maldito hijo de perra que maltrataba al pobre e indefenso Omega que le había dado la vida.