Eso pareció animar al chico, puesto que rápidamente se levantó.

- tú cuida la puerta, yo iré por las cintas.

Negué con la cabeza mientras me sentaba en el sillón donde antes estaba mi hermano. Seguía siendo un niño pequeño.

- No digas nada.

Dijo George llegando con su guitarra y sentándose a mi lado. Comenzó a afinarla mientras evitaba mirar a una zona del estudio.

- ¿Qué le hiciste a McCartney?

- ¿Qué? Yo no...

- shhh, nos está mirando.

Susurró sin despegar la vista de sus cuerdas. Miré disimuladamente en dirección donde George evitaba mirar, haciendo que el menor riera.

- solo míralo, parece que vendrá a golpearme en cualquier momento.

- George no creo que...

- shhhh

Volvió a callarme, está vez dejando su guitarra de lado y pasando un brazo sobre mis hombros, mirando descaradamente a Paul.

- ¿Qué? ¿Qué McCartney ya no es competencia? Eso es excelente Annie, ahora podremos salir juntos y ser felices por siempre.

George prácticamente lo había gritado, pero el único que pareció oírlo fue a quien exactamente iba dirigido el mensaje.

- ¿Qué? ¿Qué me case contigo, Ann? Claro, me haces el hombre más feliz del mundo.

Volvió a decir con el mismo tono, quizás hubiera seguido gritando más cosas si no fuera porque Paul había llegado a nuestro lado y me había alejado del guitarrista tan rápido como le era posible.

- No es lo que parece.

Me atreví a decir cuando llegamos al otro extremo de la habitación dónde él se encontraba anteriormente.

- maldito Harrison.

Murmuró aún sin mirarme por lo que comencé a reír.

- ¿por qué te ríes?

Preguntó molesto mirándome por primera vez en semanas.

- ¿Me traes aquí pero sigues sin hablarme?

No me respondió, simplemente desvío la vista nuevamente.

- quizás debería volver con George.

Miré al guitarrista quién nos miraba divertido, por lo que le lancé un beso que enseguida recibió guardándolo en el bolsillo dentro de su chaqueta. Volví a ver a Paul, quién estaba rojo de furia, aún así siguió ignorandome.

- como quieras.

Comencé a caminar en dirección al sillón, pero no había dado ni dos pasos cuando el castaño ya tenía mi mano secuestrada, haciendo que una sonrisa triunfal apareciera en mis labios.

- me estás tocando ¿Eso significa que no soy invisible para ti?

- por favor no te vayas con George.

Sus ojos parecían suplicarme, transformando mi sonrisa triunfal en una mueca triste.

- Dios Paul.

Miré un segundo a John, asegurándome que seguía concentrado en lo que quiera que le estuviera haciendo a esas canciones, para luego colocar mis manos en su rostro.

- no puedo creer que seas tan celoso.

Acerqué mis labios a los suyos, apenas rozandolos.

- me das razones para estarlo.

In my life (The Beatles)Where stories live. Discover now