Mis amigos

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¿Qué le diré a este pueblo

Ardido, aunque no por fuego?

Si el menos grueso de mis dedos

Es de mi padre más pesado refuego.


¿Qué sentiré en este pleito

Perdido, pero en sombra ganado?

Si el más tieso de los muertos

Es de mis huesos mayor cayado.


Mis amigos son gran bonanza,

Resguardándome a ultranza.

Mis amigos son la dimenticanza,

Zurciéndome la pujanza.


¿Qué le diré a Jerusalén?

¿Maldito? ¿De trabajo forzado?

Si yo ocupo descansar también

Y realmente nunca me vi integrado.


¿Qué sentiré si me siento bien?

¡Qué pillo! ¿Por qué me han consultado?

Si desde cuna fui de mi padre rehén

Y David jamás me ha consolado.


Mis amigos son la quitanza,

Y sólo a eso le daré importancia.

¿Qué aprovecha la esperanza,

Si mis amigos cuentan con privanza?




Nota: Dedicado específicamente a un amigo samaritano, dada su falta de juicio coherente; dedicado a grandes rasgos a aquellos cristianos que toman posturas basándose en las personas y no en Dios.

El Reino de SamariaWhere stories live. Discover now