Dedicatoria e Introducción

68 1 1
                                    

Quisiera dedicar este libro primeramente a Dios, por otorgarme el don para poder escribir y expresarme libremente. Quiero dedicarlo también a todos mis amigos de la preparatoria, que estuvieron constantemente apoyándome en mi proceso para convertirme en el escritor que soy ahora, que escucharon una y otra vez mis dramas, y que me hicieron compañía sentándose a mi lado. Y por último, pero no menos importante, quiero dedicarlo a mis papás, que los considero ejemplos a seguir en todo ámbito; de no ser por mi mamá, respaldada por mi papá, yo no habría alcanzado la madurez espiritual necesaria para haber soportado siquiera un poco los acontecimientos descritos en este poemario. A todos ellos, gracias.

🏰     🏰     🏰

Era 29 de junio por la madrugada. Regresé de un evento con mi familia. Mi mamá me acababa de contar en completa confidencialidad que estaban sucediendo cosas en nuestra iglesia, que podría ser que se armara un escándalo a fin de conservar al pastor que habíamos tenido por dos años (y que ahora lo mandaban para otro estado).

Aunque tuve una noción a lo largo de varios meses de que había ciertos pleitillos en la congregación, el asunto era demasiado grande ahora, y peligraban las cosas como las conocía. Todos los administradores, a excepción de mi mamá, habían amenazado con abandonar sus cargos y cambiarse de iglesia si el pastor no se quedaba con nosotros.

Preocupado por el porvenir, escribí un poema para desahogarme, como siempre suelo hacer desde hace ya dos años. El título del poema, "La película", estaba inspirado en una conversación que sostuve con mi mejor amiga, a quien vi ese mismo día por la tarde.

Los jóvenes de mi iglesia nos reunimos y tuvimos la Liga. Pasaron los cantos, la clase y las dinámicas, y nos permitieron convivir. Yo pasé el rato con mi mejor amigo, otro chavo, y ocasionalmente platicaba con otros. Así hasta poder tener un momento a solas con mi mejor amiga, a quien amaba de todo corazón como si se tratase de mi hermana menor.

Ella ya sabía qué se estaba cocinando en el grupo de administradores (del cual excluyeron a mi mamá en cuanto ella rechazó formar parte de la revuelta). Mi amiga se rehusaba a decirme qué era lo que estaba pasando, pero sólo decía:

"De veras que quisiera explicarte, pero no puedo. Se cometió una injusticia, y aunque tú no lo creas, la iglesia está más unida que nunca".

A lo que respondí:

"Pero lo que planean hacer no va a ser para la gloria de Dios. Se están oponiendo a lo que decidieron nuestras autoridades".

Pero ella me daba la misma respuesta. Yo no lo captaba. Si la iglesia estaba más unida que nunca, ¿por qué todo se manejaba en secreto?

Le mostré mi poema nuevo. Ella lo disfrutó, y yo, con mi boca temblando, le reafirmé que ella era la persona con la que mejor me llevaba de la Liga (y le habría dicho que del mundo si hubiera sabido que desde esa noche no volvería a hablar con la misma chava). Ella me dijo que todo saldría bien, y que si no, es decir, que si el pastor se cambiaba de iglesia y, por ende, ella también, nos seguiríamos viendo. Nos dimos un abrazo, y yo aguanté una lágrima en cada ojo.

Al día siguiente, el culto empezó muy normal. A mí no me pidieron estar a cargo de los controles (que incluye el sonido, el proyector y la transmisión por Facebook), sino que estuvo uno de los administradores. A mi mejor amiga la citaron para participar en la alabanza (con la talentosa voz que tenía), y yo fui feliz al ver que mucha gente llegó temprano ese día. Hasta la familia de mi ex crush estaba ahí, incluyéndola a ella, pero esa historia es de ya hace un año y no importa ahora.

Lo extraño sucedió cuando la alabanza duró solamente diez minutos, el tiempo de oración fue de cinco, y para las 11:15 un señor, también administrador (sólo que este era de los principales), pasó al micrófono. Luego de un discurso con palabras pretenciosas y acusaciones directas hacia la conferencia de nuestra propia organización religiosa, junto con otro administrador, invitaron (no incitaron, porque eso ya era desde antes, en reuniones secretas) al público a levantarse todos al mismo tiempo e ir a la iglesia principal del distrito a protestar pacíficamente.

Amigos y conocidos por igual se levantaron, y al unísono silencio se marcharon. El templo quedó muy vacío y, no era una sorpresa que, ya estaba preparado quiénes iban a suplir a los de la alabanza que se largaron. Y vi partir a mi mejor amiga, con la sonrisa más bonita que alguna vez pudo dar. Los "soldados" de Cristo acababan de salir victoriosos del desierto, o eso se quiere aparentar hoy en día.

¿Y mi pastor? Haciéndose Poncio Pilato. Básicamente. Se le fueron noventa y nueve ovejas y mejor se quedó con la una que había (el que lee, entienda), hasta que las noventa y nueve regresaron en fracaso para llevárselo con ellos.

Para no hacer el cuento largo, ahora él es el aclamado héroe que luchó por defender su ministerio, dirigiendo su propia iglesia, con su "propia" gente, con sus "propios" recursos, con sus propias reglas. Este poemario abarca sucesos desde el 30 de junio hasta el 17 de agosto; y habla acerca de la división de mi iglesia, de la partida de mi mejor amiga (quien dejó de hablarme, bien que sí), y en general, del reino de Samaria.

 Este poemario abarca sucesos desde el 30 de junio hasta el 17 de agosto; y habla acerca de la división de mi iglesia, de la partida de mi mejor amiga (quien dejó de hablarme, bien que sí), y en general, del reino de Samaria

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
El Reino de SamariaWhere stories live. Discover now