GUERRERA ━━ los caballeros del zodíaco

La primera prisión

— Llegamos a la primera prisión. — pronunció Seiya. — este debe de ser el Palacio del juicio.

— Los que llegan aquí han muerto, no lo entiendo ¿que clase de juicio es el que se les hace?. — cuestionó así mismo Shun.

— Lo descubriremos. — murmuraste para al mismo tiempo, avanzar al lugar.

  Ustedes estaba apuntó de entrar, solo que algo se los había impedido y ese algo se trataba de un espectro que pedía silencio.

— Este es el palacio del juicio, el señor Lune en favor especial del señor Minos, se encuentra presidiendo la Corte el día de hoy. — explicó aquel pequeño espectro. — y el detesta los sonidos estruendoso.

  Al parecer a Seiya fue la única persona que no le había colocado ninguna atención, debido a que este dio un estornudo lo bastante ruidoso.

— Salud. — murmuraste para rodar los ojos, no tenías tiempo que perder en explicaciones tontas.

— Ay, perdón. Creo que me resfríe por haber caído en ese río.

— ¡Tonto!. — exclamó aquel espectro. — ¿que no entendieron lo que les dije?.

— Haces más escándalo que yo. — murmuro Seiya.

— Suficiente. — aquel espectro bajo la voz. — después de entrar será mejor que confiesen al señor Lune, todo sus pecados. — después de aquello se acercó a la gran puerta.

— ¿Que?. — cuestionó Seiya alzando un poco la voz.

— Dije que es hora de su juicio. — murmuro aquel espectro, un poco más alto.

— ¿Que?.

— ¡¿Que dije que es hora...

— ¡Silencio!. — exclamó alguien después de que abrieran la entrada, llamando su atención. — Arkino ¿acaso no sabes mantener silencio en la Corte?.

— Si, lo siento señor Lune. — susurro cabizbajo el antes mencionado.

— ¿Este es el espectro de la primera prisión?. — cuestionó Shun.

  Un tipo con una larga bata morada, y largos cabellos verdosos, yacía frente a nosotros, con un libro en su mano.

— Silencio, retiraté a hacer lo que te corresponde. Y si te atreves a proferir siquiera un sonido con esa voz repugnante, te mataré. — amenazó el de mayor tamaño, después de tomar asiento.

  Aquella persona se había retirado del lugar, dejándolos ahora frente al espectro que sería capaz de juzgar todos sus pecados.

— Soy Lune de Balrog la estrella celestial del talento, juez interino de esta Corte. — se presentó aquel espectro en una voz calmada, cruzando sus manos. — y estoy sustituyendo a Minos, me corresponde revisar los crímenes que cometieron en el mundo real, mandandólos al infierno que se adecue a sus pecados. Ahora díganme sus nombres.

— Soy Seiya.

— Yo me llamó Shun.

— (T/N).

— Solo quiero decirle una cosa; nosostros no hemos hecho nada malo como para ser sometidos a un juicio. — admitió el caballero de Pegaso.

— ¡Silencio!. — exclamó Lune. — no servirá de nada mentir, tan solo es cosa de revisar el archivo. — admitió el espectro. — quiero que me digan sus nombres una vez más.

— Esta bien, lo diré una vez más para que escuches fuerte y claro. — Seiya tomó un gran bocado de aire. — ¡soy un caballero de Athena, Seiya de Pegaso!. — al instante cerraste tus ojos por lo alto que había gritado. — ¡ellos son mis compañeros (T/N) de Águila y Shun de Andrómeda!. — presentó el castaño. — ¡hemos despertado el octavo sentido para llegar hasta aquí!.