Capítulo 16.

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La pelirroja vio nuevamente la hora en su reloj de muñeca, eran pasadas las 12:00. Soltó un suspiro, usó la copia de la llave de la casa de Rosé para abrir y entrar al lugar, lo primero que sus ojos vieron fue a su mejor amiga sentada en el sofá comiendo helado y viendo una película, pero en cuanto notó su presencia, dejó de lado todo, poniéndose de pie y encarándola.

—Lalisa Manoban, ¿me puedes explicar qué haces llegando a estas horas? —reprochó la neozelandesa, dándole una muy mala mirada a la susodicha.

Sabía perfectamente que algo así ocurriría, por ello en todo el camino se preparó mentalmente para esa discusión.

—No exageres, tampoco es tan tarde —rodó los ojos, quitándose la chaqueta que llevaba puesta—. Pudo ser peor, no te quejes.

—Puedes llegar a la hora que tú quieras —apuntó su pecho, ganándose una mueca por parte de la tailandesa—. ¡Pero siempre y cuando me avises! Llego de mi salida con Jennie y no te encuentro por ninguna parte, ¡y tampoco tomabas mis llamadas o respondías mis mensajes!

La chica frunció su ceño ante tal declaración, llevando por inercia sus manos a los bolsillos traseros de su pantalón, sacando su móvil de aquel sitio, ni siquiera se había tomado la molestia de revisarlo en ningún momento, y lo peor, lo tenía en silencio para no interrumpir la cena.

O el casi beso con Jisoo.

Sus mejillas ardieron a más no poder al recordar tenerla tan cerca, demasiado a decir verdad, casi pudo sentir sus labios rozar contra los de Soo.

—¡Esta no es una situación para que te quedes callada y sonriendo como boba, Manoban! —reclamó en un grito su compañera, sacándola de sus pensamientos y borrando esa sonrisa de "boba".

—Rosé, no grites tanto, por favor —bufó, cruzando sus brazos sobre su pecho—. Y tú tampoco deberías de estar despierta, mañana hay clases.

—Correcto, me tenías preocupada desvelándome por tu llegada.

—Nadie te pidió que te desvelaras —murmuró Lisa, haciendo que el rostro de Rosé cambiara a un gesto completamente dolido—. Y tú tampoco me tienes muy feliz a mí, Chaeyoung.

Debía ser una mentira lo que Lisa decía, ¿cómo ella la había hecho enojar si no hizo nada malo? Se quedó desconcertada unos segundos, esperando que la contraria continuara, porque no entendía a qué se refería.

—Me abandonaste —comenzó a decir, Rosé la miraba aun confundida—. Era una invitación para las dos, pero te fuiste, ¿y con quién? ¡Oh, sorpresa! Con Jennie.

Al parecer de Rosé, no tenía motivo alguno para ponerse de esa manera, incluso lo veía ridículo.

—Lisa, te dije que Jen me invitó antes a salir, hasta mencioné que yo te acompañaría sin problema, pero estaba esa salida —ahora estaba más indignada por sus reclamos sin sentido—. Al menos yo no tardé tanto cómo tú, y hasta te enviaba mensajes avisándote cuando salía y cuando llegué.

Con el móvil aun en sus manos, lo decidió desbloquear usando su huella, confirmando así las palabras de Rosé. Le había marcado y había decenas de mensajes de ella. No podía mentir, aquello la hizo sentir un poco culpable.

—Lo siento por esto, tenía el teléfono en silencio —musitó, mordiendo su labio inferior—. Olvidé por completo enviar mínimo un mensaje.

La castaña sonrió satisfecha al escuchar aquella disculpa, era lo que esperaba, para ser honestos.

—Disculpa aceptada —Lisa le devolvió la sonrisa—. Ahora que ya es seguro que mañana estaremos en modo zombie durante clases, ¿qué tal si hablamos sobre lo que hicimos cada una?

Stay || lisoo [TERMINADA]Where stories live. Discover now