El escudo

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Lena se encontraba en la casa de Sam, después de lo que sucedió con los niños en el hospital sabia que estaría destrozada, solo quería estar ahí para ella, ayudarla a enfrentar sus demonios y salir adelante.

Toque la puerta un par de veces, al ver que ella no pensaba abrirme recargue mi frente en la puerta y le hable.

- Vamos Lena, abre la puerta soy yo - dije en voz alta, no abrió

Pasaron unos minutos mas y la puerta seguía cerrada, suspire con desespero.

- Lennnnna!!! Abre la puerta, te lo pido - arrastre mis palabras resignada

Espere...

Y espere...

Seguí esperando...

Por fin abrió, dejo la puerta entre abierta y fue a sentarse a la isla sin mencionar palabra.

La mire, realmente no era la Lena que conocía de siempre, tan dura, fría e implacable, no esta no era esa Lena.

Su cabello estaba suelto, sus ojos hinchados y rojos - ¿Has estado llorando? - Le dije, que estúpida pregunta, en su mano descansaba una copa de vino medio vacía y frente a ella un botella del mismo vino aun mas vacía.

Lena no respondió mi pregunta, solo me miro y rápidamente desvió su mirada, que triste se veían esos ojos esmeraldas bañados del rojo llenos de dolor, me senté junto a ella y tome su hombro acariciándolo lentamente.

No salían palabras de mi boca, verla tan frágil me carcomía el corazón, sentía un deseo inmenso dentro de mi de abrazarla y nunca soltarla, coloque algunos de sus cabellos rebeldes detrás de su oreja, ella me miro profundamente, poso sus ojos en los míos, sentía como nos decíamos tantas cosas sin soltar una sola palabra, me levante y tome su cabeza entre mis brazos y el envolví en un abrazo.

No se cuanto tiempo duramos así, pero empece a escucharla sollozar.

- Lena - Puse mis manos en su barbilla y la hice mirarme - No llores, por favor, eres la persona mas maravillosa que conozco, no te preocupes, lo solucionaremos - Le di una sonrisa cálida y coloque mis labios en su frente para darle un pequeño beso.

Ella me miro nuevamente de manera tan profunda, podía desarmarme con esos ojos.

- Kara ¿Confías en mi? - dijo apenas en un susurro, bajando sus ojos nuevamente buscando respuesta en sus pies descalzos.

- Con mi vida - Le respondí corto pero con dulzura, que mentirosa me sentía cuando aun no había sido capaz de confesarle mi alter ego.

- Creo que eres el único ser humano que lo hace - dijo con sus ojos llenos de lagrimas, con rencor en sus palabras.

Humano...

Humano . . .

H U M A N O . . .

Solo pude sonreirle con ternura, no era capaz de decirle nada sin esconder la verdad.

- Muchas personas te quieren Lena, esto es una simple equivocación, veras - sonreí- todo volverá a la normalidad en la mañana.

- Estoy cansada Kara, cansada de esperar a que las aguas se calmen y no poder salir a luchar por mi verdad como lo haría Supergirl - Me miro exasperada

Oh por Rao - me taladraba en la cabeza

- No tienes que ser como ella, eres mucho mejor, no necesitas super poderes para ser una heroína para Ciudad Nacional - No podía evitar seguir hundiéndome en el fango de la mentira

- Ella lo hace ver todo tan sencillo, en verdad siento que no podre seguir sacando la cara por mi apellido - bufo

- Lena no es necesario que saques la cara por nadie, lo haces perfecto, no eches todo a la basura por este insignificante momento - Ella quería responderme pero la calle con un abrazo, si la dejaba seguir hablando, no iba a encontrar la manera de subirle el animo.

- Ven Lena - La tome de la mano y la lleve hacia el sofá - me siguió sin refutarme nada, parecía un alma sin vida, nunca nadie me creería si les contará lo frágil que podía ser la menor de Los Luthor's, me senté y ella recostó su cabeza en mi pecho, yo solo podía acariciarla, tenia ganas de cantarle una canción de cuna kriptoniana, pero seria demasiado revelador.

Nos quedamos en silencio por mucho tiempo, pensé que se había quedado dormida, pero la oí suspirar cuando volví a besar su cabeza.

Ella se levanto y me miro, sus ojos seguían rojos y como me dolía eso.

Nuestras miradas no se separaron ni un momento, vi como su rostro se acercaba al mio lentamente, no podía dejar de mirarla sus ojos me hipnotizaban, solo cerré mis ojos cuando su respiración se sentía en mis labios, sabia lo que pasaría después, sin darme cuenta quizá lo que siempre estuve esperando.

Ni siquiera me sorprendí cuando sentí sus labios ¿Se supone que debería sorprenderme? sus labios eran suaves, sus labios era todo lo que un día imagine.

Correspondí inmediatamente el beso, era lento casto, con ternura y hasta con amor creo, el alcohol terrícola nunca tendría una efecto en mi, pero el vino en los labios de Lena lograba embriagarme.

El beso no se detuvo, Lena solo se alejaba por un segundo para tomar aire y continuamos en la danza de nuestros labios, experimentaba que el calor subía por todo mi cuerpo y empece a intensificar el beso, Lena no se negó, me permitió la entrada a su boca y nuestras lenguas empezaron a pelear para tener el control, ella gano, me rendiría mil veces a ella, quería conocer cada espacio de su boca, al parece Lena quería mas, empezó a desabrochar cada uno de los botones de mi camisa.

Solo quería dejarme llevar por lo que estaba experimentando pero en un momento sentí como se aparto bruscamente y lo recordé, recordé quien era y que llevaba bajo mi ropa.

- Mierda - dije en un susurro, no quería abrir los ojos, porque carajo no me quite el traje.

- Kara! - dijo en un susurro pero lleno de rabia - MÍRAME KARA, ABRE LOS OJOS - Me grito

Abrí los ojos lentamente y la vi, sus labios rojos por el largo beso y sus ojos llenos de rabia.

- ERES LA MALDITA SUPERGIRL


Me encantaría que me contaran que les pareció. ⚡

PerdónameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora