1. Curiosidades

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D. Gray-man no me pertenece.
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El joven Bookman Jr se encontraba paseando por entre los pasillos de aquella extraña edificación. Sus pasos, algo torpes por el dolor que conllevaba aquella acción, resonaban por el espacio vacio, haciéndolo sentir aún más amplio de lo que era.

Después de haber sido tomado preso junto con su abuelo por la familia Noah, había sido torturado para así lograr que el viejo Bookman revelara lo que sabía sobre el Catorceavo. Aquella parte se encontraba borrosa en su memoria, debido al inmenso dolor que nubló sus sentidos.

Cuando logró recuperarse, su abuelo ya no se encontraba con él, por lo que intuía (y temía) que Bookman haya decidido hablar con sus captores sobre el Catorceavo.

Se encontraba aún sobre aquel sofá en el que los habían retenido y sus ropas se veían bastante maltratadas. El cuerpo, en particular su cabeza, le dolía demasiado a nivel muscular. Al menos parecía que aún podía moverse y que no tenía ningún hueso roto.

En la oscura habitación no se encontraba nadie más que él. Se preguntó si aquello sería alguna clase de trampa, pero cuando logró ponerse de pie (no sin poder dejar de soltar quejidos de dolor) y llegar hasta la puerta, descubrió que realmente estaba sólo. No se veía a ningún Noah por los alrededores. Tampoco logró escuchar nada al sacar su cabeza hacia el pasillo que se encontraba tras la puerta.

Así pues, se dedicó a rondar el lugar, en busca de su abuelo. Sus sentidos se encontraban alerta por si sentía la presencia de alguno de sus enemigos. Aún llevaba consigo su arma anti-akuma, cosa que lo hacía sentir un poco más seguro en aquellas extrañas circunstancias; por si acaso ya lo tenía fuera de su funda, listo para utilizar.

Parecía tratarse de una enorme mansión donde se encontraba, a juzgar de la decoración. Enormes cuadros de personajes famosos o escenas míticas con marcos dorados un tanto extravagantes, candelabros bastante llamativos colgaban sobre su cabeza, y enormes ventanales eran cubiertos por finas cortinas al igual que las alfombras.

Aquello le parecía extrañamente familiar aunque no sabía el por qué.

"Es extraño" pensó "Normalmente se decir de que me suenan las cosas pero esto... siento como si hubiera estado aquí hace mucho y a la vez, es la primera vez que estoy en este lugar"

A paso lento, el joven Bookman empezó a realizar un mapa mental del lugar, con ayuda de su es excepcional memoria. El lugar seguía vacío y sin rastro del enemigo. Había pensado en abrir alguna de las puertas en su búsqueda de su abuelo, pero no parecía ser la opción más sensata; si había alguien adentro (algún Noah) sería descubierto y fácilmente atrapado en su condición. Esperaba que, valiéndose de sus habilidades como sucesor de Bookman, podría dar con la habitación donde se encontrara el viejo para así rescatarlo y salir de ahí, tratando de evitar una confrontación directa.

Al doblar en una esquina se topó con algo un tanto inesperado. Una enorme puerta en forma de corazón y fondo ajedrezado que Lavi conocía muy bien.

No estaba seguro si era prudente abrir aquella puerta, sobretodo por lo que había dicho el familiar de la dueña de esa puerta.

"Se supone que Road desapareció tras proteger a Allen. Su padre estaba furioso por ello pero por lo que entendí, ella no ha dado señales de vida. El que su puerta este aquí... Me da un mal presentimiento"

Tardó un poco en decidirse pero finalmente abrió la enorme puerta y se adentró al extraño mundo con que conectaba. Cuando hubo abierto su ojo tras deslumbrarse un poco por las luces, se encontró con un enorme comedor con múltiples candelabros iluminandolo. En el centro de la mesa se hallaba una gran mesa con 12 sillas alrededor.

Historias de un conejoWhere stories live. Discover now