Notas de un dedicado detective

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El cielo, al igual que como solía estar en otras mañanas, era pálido como el frío, con el suave viento tocando todos los rostros de los madrugadores que, como buenos seres humanos, tenían responsabilidades por atender, trabajadores de empresas con trajes absolutamente iguales, soñadores estudiantes que con recelo miraban su alrededor, su mundo, y también estaban quienes simplemente vivían sin propósito, ellos también existían.

Era un nuevo amanecer, fui el primero en aparecer por el perímetro alrededor de las seis de la mañana o quizá un poco antes, nuestra ceremonia de entrada como iniciados estudiantes en la prestigiosa Hope's Peak Academy iniciaba alrededor de las ocho, por lo que tendría mucha ventaja para hacer mis investigaciones.

Siempre he sido muy curioso, por lo que aproveché la mejor oportunidad que tendría en mi vida para observar a mis nuevos compañeros por primera vez y poder estar preparado a ellos, además, ¿Quién sabe? Puede que estén ocultando secretos realmente interesantes, que me lleven a mejores descubrimientos que me galardonen con muchos más premios de los que poseo... Bueno, siendo sincero me da algo de miedo conocerles.

El viento de la mañana cruzó por mi escondite, dejando de paso hojas en mi cabello y rostro, las cuales sacudí torpemente, estando más concentrado por quienes cruzaban la puerta que por mí mismo.

Pasaron varios minutos, bastantes de hecho, en los que el universo se burló de mí como pudo, pájaros usándome de baño, tierra volando a mis atentos y lindos ojos de tono purpúreo, hojas por mi uniforme y todo lo que a alguien tan desgraciado como yo le pueda suceder.

Como ventaja y único consuelo tenía que había hurgado la internet lo mejor que pude hasta dar con un desconocido blog de 4chan que siempre y sin falta discutía la información conocida de los nuevos integrantes de HPA hasta el momento, me daba algo de miedo, especialmente porque había mucha información mía, pero había mucha más de los demás. Todo lo que encontré lo imprimí y lo archivé en una carpeta, la que me sería muy útil en este preciso instante.

Se hicieron alrededor de las siete y cinco cuando llegó la primera persona, y no me sentí decepcionado con nada de lo que vi, hasta era como un premio por mi paciencia y esfuerzo.

Era una chica, tenía más o menos mi altura y también la misma edad que yo, pero éramos mundos totalmente diferentes. Entró al perímetro de la escuela dando alegres galopes, ondeando su falda escolar de alocadas decoraciones pintadas, dejando caer sin querer mientras pasaba algo de brillantina que seguramente se había derramado dentro de su aburrida mochila blanca. Su cabello de un color naranja eléctrico estaba mal peinado, y el maquillaje alrededor de sus ojos rosáceos estaba algo raro, pero supongo que quedaba con su look.

Ella era Mimiko Horisaki, y de lo que más se hablaba era que tenía un talento innato para no mostrarse completamente ante el resto, una mentirosa profesional, siempre con algo bajo sus mangas.

Antes de terminar su paseo por la pasarela que formaba el camino de grava hasta dentro de las instalaciones principales apareció alguien más, otra chica, pero esta era mucho más cuidadosa que la anterior.

Afortunadamente le conocía de primera mano, habíamos trabajado juntos en muchos casos y sabía perfectamente cómo era – o por lo menos cómo era conmigo, porque su archivo también dice cosas muy interesantes sobre ella, las cuales no comparto.

Siempre fue familiar, la estaba acompañando su padre, parecían hacer una competencia de sonrisas y de miradas llenas de esperanzas, nunca había visto a Mika Sasaki tan feliz, a su padre mucho menos, era un médico forense que trabajaba con la policía, y a este paso parecía que su hija terminaría siendo lo mismo.

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