olvidado

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⠀⠀Hace un tiempo, cuando MinSeok habló entre algunos gritos, un «dejémoslo, será mejor para ambos» fue dicho con algo de pesadumbre; la voz de JongDae solo soltó un «sí, es mejor» en vez de negarse.
⠀⠀Ambos borraron los contactos del contrario, también dejaron de ser mutuals que se daban favoritos y dejaban comentarios lindos en el perfil del otro, en pocas palabras, MinSeok y JongDae esa vez lo habían dejado de verdad; no fue una pelea como las anteriores, de las cuales uno terminaba pidiendo perdón, en esta nadie se disculpó y nadie contactó con el otro nunca más.

⠀⠀Pensándolo bien, esa pelea fue la más tonta que quizás pudieron llegar a tener, y aún así fue la que los separó.
JongDae se quejaba de que MinSeok no se cuidaba lo suficiente. Cuando el primero se preocupaba del segundo, este le decía que dejara de ponerse dramático por tonterías.
⠀⠀Quizás era porque la manera de pensar de ambos era algo diferente.
JongDae se preocupaba demasiado por cada detalle, si MinSeok tenía un mínimo síntoma de mal estar JongDae ya lo quería llevar al hospital inmediatamente.
⠀⠀Y MinSeok era lo contrario, aún cuando tenía 39° de fiebre nunca se ponía histérico.

⠀⠀Esa noche de otoño sin querer de los labios de JongDae salió un «no me comprendes, nunca lo haces», como respuesta un «no, a veces realmente es difícil comprenderte» fue dicho, y entre algunos gritos todo terminó; esa misma noche MinSeok se fue del apartamento en donde vivían, a la noche siguiente las cosas del mayor desaparecieron mientras JongDae se encontraba en su turno de tarde en el trabajo, lo único que quedó fue la llave del lugar que anteriormente le perteneció a ambos.

⠀⠀Nadie los separó, fueron ellos mismos.

⠀⠀El día de hoy, cuando JongDae vuelve a su casa aún se le escapa el «he vuelto» que solía decir para que MinSeok supiera que ya estaba de vuelta, pero cuando no recibe la bienvenida ríe triste y recuerda que está solo.

⠀⠀Ha pasado un tiempo largo desde que no sabe nada de MinSeok, cuatro años para ser exactos.

⠀⠀En los dos primeros años nunca sintió que algo estaba mal, sin embargo, en el tercero empezó a recordar a MinSeok cuando fue a una fiesta con sus compañeros de trabajo y la mayoría tenían pareja; ahí recordó que él también la tuvo y lo amó en su momento más que a nada en la vida.

⠀⠀Cuatro años, dieciséis estaciones, cuarenta y ocho meses; ha pasado un largo tiempo y en la vida de JongDae aún existen leves rastros de Kim Min Seok.
El olor a café, los lugares excesivamente limpios, los hámsters, colores y canciones concretas le hacían recordar a MinSeok.
⠀⠀También había hábitos que heredó de MinSeok cuando estaban juntos y que a pesar del tiempo nunca pudo dejarlos; como por ejemplo la manera de colgar las camisetas, la manera de preparar el desayuno, el orden de la colocación de los platos, escuchar una canción antes de dormirse y sobre todo el «he vuelto» que nunca tuvo respuesta en los últimos años.
⠀⠀No sabía cómo llegó a ser como es ahora, si en ese entonces no estuvo en desacuerdo con la separación y tampoco lo buscó en los primeros dos años.
Ahora, cada vez que veía una silueta parecida a la de MinSeok corría hacia ella, una vez veía el perfil de la persona y se daba cuenta de que no era él un suspiro salía de sus labios; no sabía si era de alivio o desilusión.

⠀⠀Algunas noches, tumbado en su cama, seguía acordándose de MinSeok y lo felices que llegaron a ser en alguna época; ahí JongDae se daba cuenta de que realmente MinSeok era la persona que más lo comprendía, ya que muchas veces, sin que él dijera nada, el mayor de los dos se le acercaba y lo abrazaba, «todo está bien, me tienes a mí» eran unas palabras que le hacían estar estable en muchas situaciones difíciles. Sin duda no existía persona que lo comprendiera mejor que MinSeok.
⠀⠀Y de nuevo se preguntaba cómo es que todo terminó de manera tan funesta.

⠀⠀Y no, JongDae no tuvo el valor de buscarlo, porque tenía miedo, miedo a que MinSeok ya tuviera a otra persona a su lado, miedo a descubrir que era el único de los dos que aún no olvidaba.

⠀⠀Porque quizás el antónimo de amar no es odiar, sino ser olvidado.