PRINCESS . . . Ben Beast | EN EDICIÓN.

O1.

SER HIJA DE REYES no es fácil, debes de aprender desde muy pequeña todo lo que tiene que ver con gobernar. Para Amelia fue así, desde los nueve años comenzó a estudiar todas y cada una de las reglas para gobernar su reino.

Su madre y padre le decían que tenía que hacerlo, para que Arendelle estuviera en buenas manos, necesitaba una líder competente.

A veces deseaba que su tía Elsa no hubiera renunciado a la corona, de ser así, la que estuviera en su lugar sería su prima Eliza, no porque le deseara lo peor, si no que Amelia quería tener un poco más de libertad, como la que tenía la rubia.

— Amelia, cariño.— le hablo su madre con una sonrisa amorosa en su rostro, Anna se caracterizaba por ser una mamá cariñosa. La menor sabía que se esforzaba para brindarles un cálido hogar a ella y a sus hermanos.— Vamos, ya casi llegarán los nuevos estudiantes.

Hoy era un día especial. Cuatro nuevos estudiantes vendrían a Auradon, lo que lo volvía especial es que los nuevos son de la isla. Una oscura y pobre isla cruzando el mar que rodea Auradon, ahí vivían todos los villanos y sus respectivos hijos, familiares, mascotas, todo lo que tuviera relación con algún villano.

A Amelia no le interesaba mucho la vida de ellos en la isla, pero Benjamín le platico toda su propuesta con tanto entusiasmo que terminó por interesarse en ellos.

Benjamín, el próximo rey de Auradon y también actual pareja de la hija de Anna, siempre resaltó por ser un chico bondadoso y de gran corazón, no le sorprendió que quisiera una vida mejor para esos pobres cuatro chicos. Así que lo apoyo.

— Chicas. La limosina está esperando.— el cabello rubio de su padre se hizo presente. Kristoff llevaba a sus dos hermanos menores en brazos. Los gemelos, Kenny y Kellen. Unos bebés de apenas tres años de edad.

La castaña se acercó a su padre y tomo a su hermano Kenny en brazos, en cuál simplemente se acurrucó al sentir el calor que le proporcionaba su hermana mayor.

—Vamos.

La familia Bjorgman - Arendelle partieron hacia la preparatoria Auradon, esperando que la llegada de esas personas de la isla no afectará la tranquilidad que rodea el reino.

• • •

El hecho de que sus padres habían abandonado a Amelia, dejándola con los dos pequeños traviesos. Solo para ir a entablar una conversación con la Reina Bella y El rey Adam, no le gustaba en lo absoluto.

Los menores jugaban entretenidamente con los instrumentos de la banda. Doug los miraba con un poco de miedo y los demás simplemente los ignoraban.

—¡Amelia! ¡Viniste!— se acercó Ben hacia ella y con una sonrisa beso la mano de la chica.

— Te lo prometí, Benjamín. Aquí estoy.— le sonrió levemente y envolvió sus brazos en el torso de su pareja, formando un tierno abrazo.

Los gemelos parecieron notar ese gesto, ya que rápidamente dejaron todo lo que hacían para correr hacia la pareja, en busca de un abrazo así de cálido.

El lindo momento fue interrumpido por el sonido de una trompeta, avisando que los nuevos se acercaban.

Amy tomo a uno de sus hermanos entre sus brazos el cual comenzó a moverse con entusiasmo, se quería bajar pero la mayor sabía que solo lo haría para causar desastres y no quería que arruinara la primera impresión de los nuevos.

Le dió una mirada aterradora que dejó paralizado al niño, su hermano gemelo se rió por eso e inmediatamente dejo de hacerlo cuando la misma mirada de Amelia choco con él.

—¡Ustedes, a sus lugares!— les reprimió el hada madrina, así que ambos se colocaron frente a la entrada. A sus lados se encontraban sus respectivos padres y en el caso de Amelia, sus hermanos.

La banda comenzó a tocar causando que el ambiente sea mucho más agradable de lo normal, la castaña le lanzó una mirada rápida a la hija de Aurora, su mejor amiga.

Tal vez la llegada de esas cuatro personas sea mucho más agradable de lo que todos piensas. ¿No lo creen?