Capítulo 38. Final (2ª parte).

Comenzar desde el principio
                                    

Y sin más, como por arte de magia, saca de su bolsillo una cajita cuadrada de terciopelo negro. Todos se quedan tremendamente sobrecogidos, aguantando la respiración, pero la cara de Vera es un auténtico poema. No puedo evitar sonreír ante el rostro de estupefacción de mi amiga y madre, nunca mejor dicho.

Los primeros acordes de la canción que Esteban me ha pedido que les dedique comienzan a sonar y sé que llega mi turno.

Fuiste ave de paso y no sé por qué razón,

me fui acostumbrando, cada día más a ti.

Los dos inventamos la aventura del amor.

Llenaste mi vida y después te vi partir.

Sin decirme adiós yo te vi partir”.

Esteban me ha pedido que les dedique la canción “Hoy tengo ganas de ti” ya que con esa canción de fondo formalizaron su relación, y yo encantada porque me parece preciosa, además siento cada palabra como mía, ya que también narra un poco lo que me ocurrió con Oscar. Así que aunque la canción sea para los tortolitos, yo no puedo apartar mis ojos de los de Oscar y en mi fuero interno le estoy dedicando cada palabra. Es tan intenso nuestro sentimiento que temo que de un momento a otro produzcamos una combustión espontánea.

Quiero en tus manos abiertas buscar mi camino

y que te sientas mujer solamente conmigo.

Hoy tengo ganas de ti.

Hoy tengo ganas de ti”.

Esteban clava su rodilla en tierra y queda a la altura de Vera, que reacciona abrazándose a él y escondiendo la cara en el hueco de su cuello.

-          Loco descarado… - susurra Vera. – Claro que quiero casarme contigo…

Esteban se pone en pie, tendiendo una mano a Vera que no duda en agarrarla. Mi padre colmado de felicidad, le pone el anillo y todos aplauden. Algunos se abrazan e incluso puedo llegar a advertir alguna lágrima, incluyéndome a mí misma. Oscar sigue con sus ojos fijos en mí, sin pestañear, siento su magnetismo atravesarme el alma.

Quiero apagar en tus labios la sed de mi alma

y descubrir el amor juntos cada mañana.

Hoy tengo ganas de ti.

Hoy tengo ganas de ti”.

-          ¿Me concedería el primer baile como mi prometida, señorita Cruz? – pregunta Esteban a una Vera pletórica, que no acierta a nada más que asentir con cara de tonta.

No hay nada más triste que el silencio y el dolor.

Nada más amargo que saber que te perdí.

Hoy busco en la noche el sonido de tu voz,

y donde te escondes para llenarme de ti,

llenarme de ti, llenarme de ti”.

Dani, tan galante y atento como siempre, invita a bailar a Ruth que acepta encantada. Es tan bonita y tan buena niña, puedo ver ese brillo característico en sus ojos. Oscar, sin perder contacto visual conmigo, se levanta decidido y literalmente, salta de la plataforma en la que está hasta la mía, ante el asombro de todos y del mío propio.

Nos quedamos frente a frente y le dedico las palabras de la canción, al mismo tiempo que le acaricio las mejillas, dejando mis manos en sus fuertes y marcadas mandíbulas. Él me acerca a su cuerpo y me rodea por la cintura. Bailamos muy despacio, haciendo que todo a nuestro alrededor desaparezca. Aun no entiendo cómo tenemos esta conexión tan fuerte, la intensidad entre nuestras miradas se hace sólida, inquebrantable, al igual que nuestros sentimientos.

Soy adicta al sexo Wattys 2014Donde viven las historias. Descúbrelo ahora