Te prohíbo enamorarte (MARZO)

Capítulo 6

Salgo del salón y trato de seguirla. Para mi sorpresa camina demasiado rápido, parece tener una muy buena condición física.

Dobla a la derecha y se apresura a bajar las escaleras, hago lo mismo y hago lo posible para alcanzarla. Una mano me detiene del hombro y al girar me encuentro con el rostro de Anahí. Es guapa, tiene muy buen cuerpo y su melena rubia la hace aún más sexy; sus ojos verdes me miran de pies a cabeza y se muerde el labio. Me gusta, pero me debato entre ir por la odiosa que acaba de salir huyendo o, quedarme con esta guapa rubia. Opto por quedarme.

Esta chica es de las pocas con las que ha valido la pena repetir. Es buena en la cama y nunca me ha cuestionado la forma de relacionarme sexualmente con las chicas.

—Daniel —rodea mi cuello con sus delgados brazos—. Me preguntaba si estarás en la fiesta de esta noche.

¡Demonios!

La fiesta. Lo había olvidado por completo.

—Ah, la verdad es que no lo sé —contesto como si nada—. Tengo muchas cosas por hacer. Me han dejado un reporte y tengo que hacerlo con la odiosa de una compañera —miento a medias.

Me sorprendo a mí mismo con esa respuesta. Sinceramente no tengo ganas de trabajar con esa chica y su odioso carácter, el sólo pensarlo me pone mal.

Maldito el momento en que iniciamos esa discusión y más maldito el momento en que me di cuenta de su existencia. Sólo ha traído problemas.

—Ya veo —me planta un beso y juguetea con mi oreja.

Por unos segundos le sigo el beso, pero después me aparto. Me deja manchado con su labial rojo y me limpio con el dorso de la mano.

—Tengo que irme.

Doy media vuelta y empiezo a caminar.

—Llámame cuando estés libre.

Le dedico una mirada rápida y afirmo con un movimiento de mi mano.

Voy a la cafetería y me encuentro con una escena bastante interesante. Me quedo en la entrada observando el espectáculo.

—Eres una nerd, no entiendo cómo pueden existir personas como tú que solo dan asco y repugnancia.

—Más asco das tú por ser tan prepotente y zorra.

Sonrió ante el comentario y ahora mismo saldría a aplaudirle por el hecho de haberle dicho eso a Dayana.

—Querida, eres una ingenua.

Veo como eleva un plato repleto de comida y se lo echa encima a la chica. Todos empiezan a burlarse de ella, pero no conforme, Dayana agarra un vaso lleno de soda y también se lo echa encima.

—Para que te quede claro que cuando te hable no debes cuestionarme.

Se da media vuelta y sale de la cafetería. La chica sigue parada en medio y todos se están burlando de ella. No tengo ganas de humillarla, mucho menos de reírme. Me molesta un poco el hecho de que se estén burlando y cuando estoy decidido a decir que se callen, John me da un golpe en el hombro.

—Hermano, ¿viste esa escena? —dice sin poder creerlo—. Esa chica es una tonta.

Su comentario se me hace patético y estúpido, pero también recuerdo que aún sigue aquí.

—Hey —John trata de atraer la atención de la chica— Bonita ropa —se burla.

Esos ojos azules se posan en mí. Parece que espera que diga algo al respecto.