3. UNA PARTE DE MÍ [SEGUNDA PARTE]

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[Nota: Esta historia es de mi completa autoría, cualquier copia o reproducción está prohibida.]

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—Son dos, tendrán gemelos.

Ambos padres abrieron la boca sorprendidos y luego un enorme brillo resplandeció en todo su rostro.

—¡¿Estás hablando en serio?! —preguntó Natasha con las emociones a flor de piel.

—Si Nat, son dos bebés.

—Gracias amor mío, muchas gracias de verdad —dijo Steve tomándola de las manos y besándolas con devoción.

Ninguno de los dos pudo evitar llorar de felicidad.

Betty carraspeó un poco haciendo una sonrisa conmovida.

—Tomaré medidas exactas, pero puedo asegurar que sus bebés se encuentran en perfectas condiciones.

—¿Estás segura Betty? —preguntó el soldado con repentina angustia.

—Sí Steve, ambos embriones ya están bien implantados en el útero.

—¿No tienen problemas, verdad? —fue el turno de Natasha en preguntar.

—Tienen buen tamaño para bebés de tres semanas. No hay ningún problema visible. Me parece que están un poco adelantados a su tiempo, pero sin atreverme a nada, tu embarazo es normal.

Natasha sonrió feliz y Steve la imitó.

Betty movió algunos botones más antes de imprimir la ecografía y terminar el trabajo.

—Bien, relájate ya hemos terminado; por favor vístete y te espero aquí afuera para volver donde Bruce.

La pelirroja asintió y con ayuda del soldado bajó de la camilla para después colocarse su ropa.

Una vez de vuelta en el laboratorio de Bruce, la pareja se sentó frente a los científicos esperando por el veredicto final.

—¿Cómo lo viste? ¿Hay algún problema visible? —preguntó Bruce a Betty.

—Ve por ti mismo.

—¡¿Son dos?! ¡Vaya! —exclamó sorprendido— Bien, no hay ningún problema, ambos embriones están en perfecto estado.

—Es lo mismo que ya les dije, creo que solo están algo adelantados a su tiempo pero nada que sea de preocuparse.

—Perdón por la insistencia —Steve nervioso golpeaba el pie contra el suelo.

—No te disculpes, es su derecho de estar preocupados por la salud de sus hijos —Bruce le sonrió con amabilidad.

—Entonces, ¿Mis bebés son normales como cualquier otro niño? —preguntó Natasha con cierta duda.

—El embarazo va por buen camino, en cuanto a los bebés, mi teoría es que son portadores del suero del súper soldado...

—¿Es peligroso? —preguntó Steve.

—No lo creo, en realidad tal vez sea por eso mismo que están en perfectas condiciones. Mi teoría completa es que el suero los protege como a ti —contestó el científico con una pequeña sonrisa — Si lo que digo es cierto, tus hijos gozarán de excelente salud.

El rubio soltó el aire que estaba reteniendo en los pulmones y miró a Natasha con una gran sonrisa.

—La ecografía nos dio más información de la que creen —intervino Betty— Como médico he visto muchos embarazos y este no es diferente a ninguno de ellos, sino supiera que está adelantado ni siquiera lo habría notado.