Cap. 3 †

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Después de unos cuantos minutos de espera en el hall de los dormitorios Luna. Toda mi clase estaba lista para salir hacia el edificio principal.

Salimos de los dormitorios por la puerta y yo me coloqué la última, algo alejada del presidente Kaname y el vicepresidente Takuma. No quería que me relacionaran con nadie.

Caminamos hasta la salida de los jardines del dormitorio y ahí fue cuando noté la inmensa cantidad de alumnas y pocos alumnos diurnos que estaban esperando.

Yuuki me había contado que ese era uno de los motivos por el cual los prefectos eran necesarios. Había que mantener a raya a los alumnos de la clase diurna. Además de protegerlos de los vampiros.

Me parecía una gran idea lo que el director Cross trataba de conseguir con esta paz. Pero teniendo a gente mayor en el consejo o en la asociación, iba a ser algo imposible. Esa gente mayor siempre tiene una mentalidad negativa. Esperaba que todo saliese bien con este intento de paz.

Bueno, en cuanto salimos de la entrada a los dormitorios, las chicas empezaron a gritar los nombres de quienes admiraban. Pero me pareció gracioso como Aido le daba falsas esperanzas saludandolas de esa manera.

— ¿Cómo están, chicas? ~

Reí bajito viendo como Zero y Yuuki contenían a los alumnos para que no sucediese nada.

Escuchaba algunos murmullos sobre mi. Se preguntaban quién era y demás cosas de ese estilo. Pero yo solo las ignoraba.

En medio del pasillo de diurnos, una chica que trataba de observar más se subió a un árbol y como consecuencia de ello, se cayó de este. Haciéndose un corte pequeño en uno de sus brazos.

Eso fue suficiente para que todos los vampiros se girasen y la mirasen con los ojos rojos aunque se tratasen de controlar levemente. A mi también se me puso el ojo rojo pero como era cubierto por mi flequillo no se notó nada.

Como si fuera un milagro, en cuestión de segundos, Zero había ordenado a todos que se fueran a los dormitorios Sol. Y Yuuki estaba delante de la chica con su arma en frente de algunos vampiros que se trataban de acercar.

— Váyanse todos a clase

Espetó Kaname, a lo que todos excepto yo obedecieron.

Yo caminé bajo la atenta mirada de él y de los prefectos hacia la chica. Di un pequeño beso en su corte y como por arte de magia se curó enseguida. Luego coloqué mi mano derecha en su frente y borré los recuerdos de esto, provocando que se desmayase en mis brazos.

Se la acerque a Zero y se la di en brazos.

— Deja que descanse...

Sonreí y de un brinco llegué a un árbol. Me senté en la copa y vi que el presidente me había seguido.

— ¿Quieres algo, Kaname?

Le miré con cara de interrogación mientras mi pelo se ondeaba por el viento, mostrando mis ojos de dos colores distintos, el rosa y el gris.

— Pues... Me gustaría saber cómo es que eres capaz de curar con un beso.

Solté una risita recolocando mi cabello, más bien mi flequillo.

— Digamos que, durante mi estancia solitaria en mi vida... Tuve un encuentro con una persona... Que provocó que tuviera algunos poderes excepcionales que no son de vampiros...

Fue lo único que le quise contar sobre toda mi infancia y juventud solitaria que tuve sin madre ni padre.

— Me gustaría conocer más sobre eso... Eres un misterio, Hiou Mika.. Hasta hoy no sabía ni que Haruka había tenido un hija, menos aún con un cazavampiros al que luego mató...

Me encogi de hombros y bajé del árbol en un nuevo salto.

— Venga, presidente Kuran... Tenemos una clases a las que asistir,  ¿no?

Dije con cierto tono de burla. Además de que estaba esperándole de pie en medio del camanio hacia el edificio.

Una vez bajó, fuimos hasta la clase. A mi llegada, me presenté ante todos diciendo mi nombre y que era purasangre. Sin decir nada especial ni ningún detalle más tomé asiento en una de las filas delanteras.

Ese fue mi primer día de clases en la Academia Cross.

La verdad desvelada [Vampire Knight]Where stories live. Discover now