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El ambiente del club era bueno, más que bueno de hecho. 

Un local exclusivo para hombres y mujeres que gustaran de personas de su mismo sexo, con un bar surtido de bebidas alcohólicas, una amplia pista de baile con un dj de calidad y unas mesas ubicadas a los costados para la gente que iba en grupo y quería colocar sus bebidas ahí. También contaba con un segundo piso en donde habían balcones y terrazas para los fumadores.

Respecto a la gente, solía haber pocos adolescentes y más adultos entre sus veinte y cuarenta años de edad, pero eso no significaba que no ahí no hubiera diversión. Chicos y chicas adinerados iban buscando, la mayoría del tiempo, una aventura de una sola noche, alguien sexy y guapo para disfrutar sin culpa lo que tal vez no podían expresar en público, por culpa de los prejuicios y la discriminación que la sociedad ejercía en ellos.

—Hola —susurró una voz detrás de Seokjin cuando éste se encontraba pidiéndole un trago al barman.

El pelinegro se volvió lentamente, justo cuando las luces del bar cambiaban de un rosa suave a un rojo más oscuro, y grata fue su sorpresa cuando frente a él se encontraba el muchachito que había capturado su atención hace solo unos minutos.

—Hola —respondió Seokjin con una sonrisa de lado.

Él había esperado ser el que hiciera el primer movimiento, era lo que solía hacer, sin embargo, el chico se le había adelantado. El niño se sentó en un taburete al lado izquierdo de Seokjin, y se quedó callado observándolo.

—Sé que soy muy guapo —cortó el silencio el mayor, mirando de reojo cuan grandes brillantes eran los ojos del chico.

—¿Perdón?—preguntó el castaño con un deje de extrañeza, aunque no dudaba que el mayor era guapísimo no entendía porque le estaba diciendo aquello.

—Te quedaste mirándome fijamente por como... cinco minutos —Seokjin observó divertido la reacción del muchachito, quien tenía las mejillas coloreadas con un dulce rubor.

—Lo s-siento, no soy bueno iniciando conversaciones.

Seokjin encontró adorable su tartamudeo, ahora él no lucía tan osado como al principio. Uhm, tal vez cree que soy intimidante, pensó el mayor. Decidió darle una mano, pues no quería que su ligue de la noche se alejara tan rápido.

—Yo soy Seokjin, pero puedes llamarme Jin, ¿cuál es tu nombre?

—Mira Jin, seré sincero. Mi amigo, el que está sentado en el sillón de la esquina, —Jin comenzó a girar pero el chico lo detuvo— ¡no voltees, no voltees! Mi amigo insistió para que viniera a hablarte desde que te vio aparecer.

El tono del niño cambió al decir aquello, habló con más seguridad y confianza, como si confesar que su amigo prácticamente lo obligó a que le fuera a hablar a un extraño, era menos vergonzoso que ir por su cuenta.

—¿Y por qué haría algo como eso?

—Dice que eres el tipo perfecto para olvidar al imbécil de mi ex. Ah, y mi nombre es Jungkook, pero puedes llamarme Jungkook —el pelinegro lo miró con una ceja arqueada y luego le dió un trago a su bebida.

—¿Qué quieres beber?

—Nada, gracias.

—Luces bastante joven, ¿siquiera tienes edad suficiente para entrar a este club? —cuestionó Jin mientras veía como Jungkook daba un trago de su propia bebida. Al ver de cerca el rostro del niño, dudó seriamente que tuviera más de dieciocho.

—¡Por supuesto que sí!, ¿por qué lo preguntas? —respondió con otra pregunta Jungkook, curioso.

—La verdad no quisiera ir preso por acostarme con un menor de edad.

Una Pareja Moderna [Namjin x Jungkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora