—Tch. Nunca dije que pastel directamente —el doncel resopló y le quitó el seguro a su auto—. Pero aceptaré ir a donde quieras.

El mayor lo agarró del brazo y lo atrajó hacia él y le dio un abrazo cálido.

Jiang Cheng se dejó envolver por aquellos brazos y cerró los ojos mientras aspiraba el rico aroma a jazmín del traje de aquel hombre apuesto. Estar en sus brazos era dulce como la vez anterior, se sentía tan protegido al estas así y anhelaba que ese momento fuera eterno.

—Nos vemos, YinYin —XiChen se inclinó y le besó la mejilla.

Cheng sintió su mejilla quemarse con ese simple toque y su corazón golpeó contra su pecho de manera salvaje.

Los besos de Lan XiChen quemaban de manera dulce y eso le encantaba.

—Maneja con precaución —el pelinegro abrió la puerta del auto—. Respeta los límites de velocidad y...

—No eres mi maestro de manejo, XiXi —el doncel se subió al auto y dejó las flores en el asiento del acompañante para poder ponerse el cinturón—. ¿Te dije que eres paranoico?

—Son sugerencias para no perderte —XiChen sonrió divertido y se inclinó cuando la ventanilla fue bajada—. Prevención de accidentes.

—Idiota —canturreó el menor y observó al contrario—. Gracias por hoy, me divertí y también gracias por las flores. Fue lindo pasar un rato contigo.

—También me gusta tu compañia —el pelinegro soltó.

Jiang Cheng apretó el volante y se mordió el labio inferior, tomó valor y se estiró, agarró al mayor de la corbata y le dio un corto beso en la comisura de los labios.

—Nos vemos —el doncel bajó rápidamente la ventanilla y arrancó.

Se sentía a nada de golpear el volante del auto con su cabeza y hacer esa acción hasta olvidar quién era.

Ardía en pena, nunca había sido tan atrevido, pero desde que había conocido a Lan XiChen pasaba todo lo contrario.

Lan XiChen se sentía igual, pues tocando la comisura de sus labios sonrió y vio a aquel automóvil salir del estacionamiento.

Ambos corazones estaban eufóricos.

. . .

Jiang Cheng acomodó las flores dentro de aquel florero de color zafiro y olfateó suavemente. Con una sonrisa en el rostro dejó aquel florero sobre la mesa del pequeño salón de estar y después se sentó en el sillón.

Miró el florero y se perdió entre aquellos bellos pétalos blancos.

Se sentía estúpido por estar feliz con unas flores, él no era cursi y esas cosas, pero en ese momento era como si se quisiera morir por el simple hecho de que le habían dado un presente tan bello como aquel.

Tal vez era porque se lo dio XiChen, ese chico guapo y dulce.

—Tonterías —WanYin sacudió la cabeza—. Solo son flores.

No sabía cómo había quedado prendado de aquel chico, no pensó que después de pasar esa noche tan maravillosa con él su cerebro hiciera corto circuito e hiciera que la imagen del pelinegro apareciera una y otra vez.

Justo en el momento en que WanYin se volvió a perder en aquellas bellas flores su celular vibró y rápidamente atendió la llegada de aquel mensaje.

El jarras Wei Ying 🍶

Jiang Cheng!!!!!!

Aiudaaaaaaa!

I'm not the only one [XiCheng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora