Au-Moderno.
Habían muchas señales para saber de su engaño y aunque al principio eran leves, poco a poco se convirtieron en constantes.
Llegaba tarde, su ropa olía a la fragancia de otra persona y sus "viajes de trabajo" lo mantenían alejado de su h...
—Tal vez te deje ser parte de mi vida —WanYin respondió tímido y bebió de su jugo—. Si la próxima vez que salgamos me llevas a un buen lugar, por ejemplo, un establecimiento donde vendan postres.
—¿Hablas de pastel? —el mayor alzó una ceja con diversión—. No sabía que con tan solo llevarte a comer pastel podría ganarme un lugar en tu vida, eres tan lindo.
—Cállate —Jiang Cheng resopló y se ruborizó—. Pero llévame a comer cosas dulces.
—Nada es más dulce que tú.
WanYin casi se ahoga con el jugó.
A veces Lan XiChen era descarado, ¿no?
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Salieron del restaurante y caminaron lentamente hacia el estacionamiento. Se habían quedado largo rato platicando sobre cosas comunes como sus pasatiempos y demás datos personales. La mayor parte del tiempo XiChen hacía reír al contrario y lo ponía nervioso cuando le decía que su risa era linda.
Todo tipo de tensión había desaparecido y charlaban normal como si no hubieran tenido una aventura y eso, hasta su punto de vista, estaba bien. Conocerse paso a paso e ir poco a poco era un gran comienzo.
—Me gustaría quedarme contigo un poco más, YinYin —XiChen detuvo el paso y se dio la vuelta—. Pero hay una reunión con un extranjero y es dentro de una hora.
—Esta bien —Jiang Cheng sonrió y apretó las flores contra su pecho—. Debes ir con ese extranjero y ser bueno con él.
—La última vez que hable con ese hombre tardamos seis horas en la sala de juntas —el mayor suspiró y se rascó la nuca—. Si no hubiera sido por WangJi que me codeaba cada cinco segundos me hubiese quedado dormido.
—Pues ahora no tendrás nadie quien te mantenga despierto.
—YinYin, no me asustes.
XiChen puso una expresión llena de terror y WanYin soltó una carcajada.
—Se fuerte, XiXi —el doncel le golpeó suavemente el hombro al contrario—. Te apoyo desde las sombras.
—Definitivamente si pienso en ti no me dará sueño —XiChen le guiñó el ojo—. Pero al mismo tiempo dudo que le ponga atención al extranjero si lo hago.
—Deja de decir tonterías y ve a donde tu extranjero —Cheng refunfuñó y le dio otro golpecito.
—Esa manera de decirlo suena como si quisiera someter a ese extranjero —el pelinegro arrugó su nariz—. Es perturbador cuando te das cuenta que ese extranjero puede ser mi abuelo.
—Esta bien, deja de traumarte, es broma —WanYin dijo con diversión—. Pero no te duermas.
—Trataré de mantenerme despierto —XiChen suspiró—. Próximamente te llamaré y te invitaré a comer pastel.