I'm not the only one [XiCheng]

C U A T R O

—Demasiado —Cheng agarró las flores entres sus manos y las olfateó—. Son muy hermosas.

—Pero no tanto como tú —recalcó el mayor.

WanYin sonrió de lado y le golpeó el hombro izquierdo.

—No pensé que lo harías —Jiang Cheng hizo un pequeño puchero—. Me refiero a las flores.

—Tómalo como forma de cortejo —XiChen bromeó.

—Eres una caso, Lan  —el doncel arrugó la nariz.

Ambos tomaron asiento y se miraron por algunos segundos antes de comenzar a revisar el menú.

—Solo para aclarar —Jiang Cheng asomó la mitad de su rostro por arriba de la carta—. Es extraño que me regalen flores, no es que este tan acostumbrado a estas cosas por eso me desconcierta este tipo de presente, aun así gracias.

—Mientras tengamos citas como estas te regalare flores, ahora que sé que no te matarán tengo más confíanza —XiChen sonrió y agregó—. Creo que es agradable regalarle flores a un bello doncel.

—No es necesario que lo hagas —Cheng hizo un pequeño puchero—. Al menos no constantemente.

—Quiero suponer que con eso me estas dando a entender que nos veremos seguido, ¿verdad?  —el pelinegro ladeó la cabeza.

—No lo sé, ambos tenemos cosas que hacer —los ojos del doncel analizaron los platillos en la carta—. Tú, por ejemplo, eres el presidente de la compañía GusuLan, ¿no? Tienes menos tiempo que yo de salir a divertirte con amigos.

—Tienes razón, casi no tengo tiempo —XiChen torció los labios y después agregó sonriente—. Aún así creo que cuando tenga tiempo libre puedo pasarlo contigo.

WanYin se cubrió el rostro completamente con la carta y se sonrojó. Estaba a punto de salir corriendo por la vergüenza que su interior albergaba, pero justamente en ese momento llegó el mesero y les sonrió amable.

Los dos pidieron sus respectivos alimentos y después de que el chico se fue se quedaron un rato en silencio.

Cuando Jiang Cheng se percató de que el contrario lo miraba alejó su vista y la fijó en el ventanal. Realmente no había nada interesante que ver en el pequeño estanque que se encontraba en el pequeño jardín del lugar, pero era mejor ver a las ranas que mirar directamente a los ojos a XiChen, no porque no le gustara, ese era el problema,  a WanYin le encantaban sus ojos.

—Jamás había venido a este lugar, lo conocía pero no había tenido la oportunidad —el mayor comentó—. Parace que a ti te agrada bastante.

—Es de mis establecimientos favoritos —el doncel se volvió hacia enfrente y sonrió feliz—. Este lugar me trae buenos recuerdos, por eso jamás hable de él con nadie.

—Supongo que los recuerdos deben ser muy buenos —el pelinegro jugó con una servilleta—. Y seguramente con una persona especial.

—Lo son —WanYin asintió y relató—. Cuando cumplí seis años mis padres me trajeron aquí para celebrar mi cumpleaños. Ese día fue el mejor, mi padre abrazaba a mi madre y mi hermana sonreía a cada segundo.

—Eso es muy lindo.

—Y fue la última vez que estuvimos así —el doncel torció su boca en una mueca triste—. Poco después mis padres tuvieron problemas, empezaron a llevarse mal a tal punto que se trataban  como desconocidos a pesar de que vivían en la misma casa y su relación se quebró. Desde ese día me pregunté porqué no se separaban si ya no se querían, la respuesta puedo comprenderla ahora... La sociedad los vería mal y a las familias de clase alta eso no nos conviene, creo que comprendo todo ahora.