12.

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Tris.

Caleb abre la puerta y su cara expresa asombro cuando me ve, no es capaz de reaccionar, no dice nada y le tiemblan las manos.

-Has... has venido...-dice titubeando.

-Sí, pero no para quedarme-contesto friamente.

-Ah... Lo, lo entiendo, ¿quieres pasar?

-Sí, claro-noto que Tobias me coge de la mano y yo se la apreto para darle las gracias.

Entrar en el lugar donde descubrí la segunda traición de mi hermano me revuelve el estómago, me nubla la visión y me marea. Logro llegar hasta el salón sin caerme al suelo gracias a Tobias y a su apoyo. Tenerle cerca me recuerda que no estoy sola y ahora mismo es lo que más necesito.

-Beatrice, yo... Lo siento de verdad. Beatrice  vuelve, no estás segura ahí fuera...

-Te equivocas, estoy perfectamente "ahí fuera" como tú dices. No voy a volver Caleb. He venido por otro motivo.

-Ah, claro-baja la cabeza y la emoción de su rostro desaparece.

-Queremos impedir que tú y tu organización llevéis a cabo vuestro plan y nos vas a ayudar-digo con la voz tensa pero firme y segura, al menos todo lo que puedo.

-Lo siento pero no puedo ayudaros-Caleb se da la vuelta y se queda mirando por la ventana.

Miro a Tobias y le suelto la mano para acercarme a Caleb, él se acerca por detrás pero se queda a unos pasos para dejarme hablar con mi hermano. Sabe que es algo que necesito hacer por mí misma.

-Caleb, yo no te pido nada más que ayuda, no te costará ningún esfuerzo y podrás enmendar tus errores-poso mi mano sobre su hombro para decir-Mamá y papá te lo agradecerían.

-Es que no lo entiendes, ¿verdad?-me responde girándose hacia mí-No puedo hacerlo, no puedo ir contra lo que creo. Necesitamos facciones Tris y es lo que pienso así que no me pidas luchar contra eso y mucho menos me hables de papá y mamá.

-Tú sabes la verdad tan bien como yo...-me empiezo a desesperar y a hablar más alto de lo que me gustaría-No lo entiendo, sabes lo mismo que yo Caleb, ¿cómo puedes estar a favor de lo que nos ha controlado e inutilizado durante tanto tiempo?

-¡Es que esa es tu forma de verlo!-Caleb empieza a gritar y avanza hacia el otro lado del salón-¡No todos somos como tú, Beatrice! ¡No tienes la verdad de todo!

-Caleb, no es eso...

-No, no es eso, nunca ha sido eso...

-Lo que pasa es que no puedes arruinar las vidas de todos porque tú quieres, no puedes decidir el destino de los demás ni clasificarles quitándoles oportunidades.

-¡Pero quizá es lo mejor para la gente Tris!

-¡Basta ya!-Tobias grita y se acerca a Caleb que se queda en blanco-Nos vas a ayudar, nos vas a contar todo lo que sabes ahora mismo y vas a hacer algo bueno por los demás alguna vez en tu vida.

Los tres nos quedamos en silencio, Caleb respira agitadamente y se sienta en el sofá mirando al infinito. Miro a Tobias y él asiente con la cabeza para que comience el interrogatorio.

-¿Cual va a ser vuestro próximo movimiento?-es algo que ya sé pero que necesito confirmar.

-Inundar las oficinas del Gobierno-Caleb responde sin emoción, sin mirarme ni a mí ni a Tobias. Como si estuviese hipnotizado.

-¿Cómo pensáis hacerlo?-pregunto calmadamente mientras me siento cerca de él.

-Bombas de agua desde los sótanos y la azotea a través de las tuberías. Alguien se va a encargar de poner en marcha un sistema que abra los canales, como los grifos, progresivamente. Se inundará todo poco a poco sin que nadie se de cuenta-Caleb habla tranquilamente, sin afectación, como un robot.

-¿Cuándo pensáis hacerlo?

-De aquí a tres días.

Miro a Tobias preocupada y el me devuelve la mirada para calmarme. Tenemos tres días para trazar un plan y organizarlo, no es mucho tiempo y eso es lo que me preocupa.

-Gracias-cojo las manos de mi hermano entre las mías, él baja la cabeza y una lágrima resbala por su cara y cae en su regazo-Has hecho lo correcto.

-Eso espero Beatrice-Caleb me mira y suelta mis manos-eso espero.

Tobias le da las gracias y los dos nos marchamos por donde hemos venido.

Tobias.

Salimos a la calle y noto el sol en mi cara, llevamos poco máa de una hora ahí dentro pero parece que haya sido una eternidad. Ahora lo que me preocupa es si seremos capaces de frenarles.

Miro a Tris que va a mi lado, caminando a mi ritmo. Su rostro está sereno pero sus ojos desprenden un brillo triste.

-No le he dejado decidir-dice de repente.

-Tris...

-No le he dejado pensar por sí mismo, no he respetado lo que piensa, ¿no es eso contra lo que luchamos?

-Él sabe que no tenía razón.

-¿Es que no tiene derecho a equivocarse? 

-Por supuesto pero no puede llevarse por delante la vida de los demás en au equivocación. Le hemos abierto los ojos y estamos luchando contra gente capaz de matar por imponer lo que piensa.

-Pero yo también he matado Tobias-Tris se para y nos miramos a los ojos. Somos dos personas fuertes, de alma dura y afilada pero tierna y sentimental a la vez. Somos los únicos capaces de esquivar los cuchillos que se lanzan nuestros corazones mutuamente.

-No es lo mismo. Tú no mataste para imponer tu ley a los demás.

-No, eso no.

Seguimos caminando y la cojo de la mano, ella me mira y me sonríe. Su cara brilla más que el sol que nos deslumbra. Es tan fuerte y segura, tan serena e inteligente que su sonrisa me hace saber que todo va a salir bien.

Más viva que nunca.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin