3.

2.1K 103 19
                                    

Tris.

Me acerco a él tras pronunciar su nombre, mis labios han vibrado con cada sílaba. Me mira con los ojos medio cerrados, con una sonrisa débil. Como si yo fuera un sueño.

Le cojo la mano derecha y noto que se tensa todo su cuerpo. La acerco lentamente a mi cara mientras la rodeo con la mano que me queda libre. Acaricio su mano entre las mías y contra mi mejilla. Cierro los ojos y me veo en el abismo de Osadía, noto el agua salpicándome en los tobillos y veo a Tobias pidiéndome que le llame por su nombre.

-¿Eres tú?-me pregunta con la voz temblorosa.

-Sí-respondo con la voz más firme que puedo-Soy yo.

Tobias da un paso atrás y se apoya en el escritorio.

-No puede ser, es imposible, yo te vi con los ojos cerrados sobre la mesa de metal, yo supliqué al Universo que me diera más tiempo. Me he acostado cada noche desde aquella llorando en silencio, no es posible y, aún así, sé que es cierto. Sé que es verdad pero, ¿cómo?

Respiro hondo varias veces. Doy unos pasos, pocos, pero acorto las distancia entre los dos. Le miro a los ojos comprobando que siguen tan azules como siempre y comienzo a hablar.

                                                                               *       *       *

-No me puedo creer que Caleb te salvase.

-Lo hizo.

-No me fio de él.

-Pero me salvó.

Tobias se da la vuelta y se coloca detrás de su silla mirando a través de la ventana.

-Te traicionó-su voz es seca pero está llena de rabia.

-Las personas cambian.

Nos quedamos en silencio unos minutos que a mí me parecen días.

-¿No vas a decir nada?

Tobias no me mira, no habla, no dice nada. Parece que no estoy aquí.

Y recuperando la peor cara de mí (la que me hace más humana) me dejo llevar por el enfado.

-¿Sabes qué? No he venido hasta aquí para verte la espalda, ni para discutir. He venido para decirte que estoy bien porque tienes derecho a saberlo. 

Me doy la vuelta más dolida que nunca y mis ojos se llenan de lágrimas. Cojo el pomo de la puerta sintiéndome más estúpida cada segundo que pasa, cuando noto que me cogen de la mano. 

Su mano tira con tanta fuerza de mí que me da la vuelta y me obliga a mirarle a los ojos. Cuatro centímetros. Tres. Dos. Uno.

-Te quiero Tris.

Cero.

Me aprieta la boca contra la suya y un rayo cargado de electricidad recorre mi cuerpo. Como la primera vez pero mucho más fuerte e intenso.

-Gracias por haber venido.

-Tenía que hacerlo.

-¿Pensabas que te iba a dejar marchar?-sonríe mientras deja caer su mano por mi cuello y por mi costado.

-Nunca me lo creí del todo-y era totalmente verdad.

-Podría haberlo hecho.

-Eres un pésimo mentiroso Cuatro-digo mientras río con ganas.

Voy a darle otro beso pero él se aparta.

-¿Has ido a ver a los demás?-me pregunta de repente. Hay algo en su voz que me dice que no todo va bien.

-¿Te pasa algo Tobias?

Gira la cara a la derecha y cierra los ojos un instante para volver a hablar.

-Han pasado tres años, es mucho tiempo. Mi vida ha cambiado.

-Ya sé que es mucho tiempo, sé que debería haber venido antes pero... No he sido valiente.

Tobias se acerca a mí, me coge la mano y mira hacia el suelo.

-No es culpa tuya, es normal que tuvieras miedo pero lo importante es que has venido. 

-Entonces, ¿cuál es el problema?-noto que mis labios se tensan, el también se ha dado cuenta porque levanta la cara y me mira a los ojos.

-Cuando te fuiste me sentí solo, cada vez que cerraba los ojos te veía delante de mí sonriendo y tenía un vacío que me ardía en el pecho todo el tiempo. Yo... pensé en... bueno...

-¿En qué?-me tiembla la voz. Y las manos. 

-En... borrarme la memoria.

Me tapo la boca para ahogar un grito. No llores, no llores, no llores.

-No lo hice, no lo hice gracias a... a Christina. Ella estaba mal también, te echaba de menos y lloraba por las noches. Nos hicimos más amigos y se convirtió en mi apoyo.

-Y tú en el suyo.

-Y yo en el suyo.

-Me alegro.

-No Tris, hay más...

Deja de mantenerme la mirada y se aleja unos pasos de mí, yo voy detrás de él para abrazarle pero me aparta suavemente.

-Hace unos meses... Ella y yo... Estaba solo Tris y te quería, te quiero mucho, pero las cosas suceden.

-Estáis juntos.

Espero que me pellizquen, que me digan que todo ha sido un sueño. Espero levantarme en mi cama de Osadía sin ninguna guerra, sin que yo hubiese tenido que morir.

Maldito sea el momento en que me permití abandonarle.

-Sí Tris. Lo siento.

Más viva que nunca.Where stories live. Discover now