18. ...Ready for it?

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Y aparentemente no fui nada discreta porque la figura alta que se encontraba a unos cuantos metros de nuestra mesa gira el rostro y ahora está observándome, y me refiero a observar, no a mirar. También soy lo suficientemente estúpida como para sentir mi rostro arder pero no hacer ningún amago de ignorarlo, cómo pareciera que todos lo hacen. No es hasta que su frente se arruga en un ceño profundo y alguien patea mi pantorrilla que pareciera que todo vuelve a su lugar y soy lo suficientemente consciente de lo mal que de seguro me he visto.

—Perdón —es lo primero que digo, pero no a la persona adecuada.

—Mierda, Brook —Liam niega, ignorando mi disculpa—. ¿Te gusta romper las reglas, cierto?

Es mi turno de fruncir el ceño y mirarlo, sin comprender a qué se refiere.

—Aunque supongo que es así —continua.

—¿De qué hablas? —niego, con una sonrisa confusa.

—Ya sabes, las reglas de supervivencia si lo que quieres es graduarte sin problemas o alguna mancha en tu expediente —comienza y le da un sorbo a su café —. Uno, no hables con Morgenstern; dos, no mires a los ojos a Morgenstern; y por supuesto, la tres, no enfrentes a Morgenstern.

Mi ceño se hace aún más profundo.

—No entiendo qué tiene que ver Adrien con esto.

Sinceramente no entendía nada.

—Escúchame bien —se inclina sobre la mesa y hago lo mismo, porque parece que está a punto de contarme un secreto—. Él chico que acaba de entrar es... peculiar.

—¿A qué te refieres con "peculiar"? —imito su voz cuando dijo lo último.

—Es como Adrien.

¿Adrien peculiar?

Al principio me pienso sus palabras intentando encontrarles sentido, pero todo parece igual de absurdo y termino soltando una risa.

—Adrien puede ser un bicho raro la mayor parte del tiempo, si, también es un maldito amargado, pero aparte de eso y ser jodidamente caliente, no creo que pueda ser considerado como "peculiar".

Continuo riéndome, luego caigo en la cuenta de lo que acabo de decir y mi risa se detiene.

Abro los ojos de par en par y veo que Liam se muerde el labio para evitar reír, pero sé que lo escuchó perfectamente.

—Digo... —me aclaro la garganta—. Lo que intento decir...

—Sé lo que intentas decir —corta mi balbuceo—. Cualquiera con dos ojos sabe lo caliente que es Adrien Morgenstern, esa es probablemente su mejor cualidad.

Es mi turno de morder la parte interior de mi mejilla para contradecirlo y comenzar a enumerar sus verdaderas cualidades.

—Soy un hombre, Brook, y hasta yo sé que es "jodidamente caliente" —simula comillas con sus dedos—. Y no, antes de que siquiera lo pienses, no soy gay.

No pensaba que era gay. Puedo comprender eso de reconocer la belleza de las personas del mismo género mejor que nadie.

La mayoría del tiempo observo al resto de chicas y digo "ok, ella es realmente hermosa", o me quedo viendo lo lindo que luce su cabello o lo guapas que son, y sé perfectamente que las mujeres no me gustan. Me gusta reconocer que son hermosas, pero también estoy segura de mi orientación sexual.

Intento contradecirlo.

—Yo no...

—No importa —niega con su cabeza y luego hace un gesto hacia el chico al que vimos entrar—. Mi consejo es que no vuelvas a mirarlo, es más no te cruces en su camino.

Irremediablemente Tú y YoWhere stories live. Discover now