Una flecha se desplaza a la velocidad de la luz y se incrusta en el antebrazo del rey que sostenía la espada con la cual cortaría la cabeza de Artemis.
Los guardias se pusieron alerta, pues la flecha llegó a una velocidad tan impresionante que nadie pudo percatarse de la dirección en la que vino.
Solo una persona se iguala a Artemis en lanzar flechas.
Arthurius.
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Las flechas caen hiriendo a los escoltas del rey.
Artemis se levanta del suelo de donde yacía debido a la cachetada que le había propinado Demetrius, y Arthurius sale de la oscuridad que los arbustos y árboles le proporcionan sosteniendo a Artemis del brazo.
-Vamos, no tenemos tiempo.-Arthur sube a Artemis a uno de los caballos y luego se sube el.
-¡PERSIGANLOS!-Grita Demetrius desde el suelo.-Y MATENLOS.
Arthur cabalga lo más rápido posible para escapar del bosque, no sólo deben de cuidarse de los guardias que los persiguen, sino que también de los paganos.
Los paganos son personas que le sirven a los dioses sacrificios y sangre humana, viven en aldeas a lo profundo del bosque y no tienen lengua. Su Dios es mudo, por eso, ellos le cortan las lenguas a sus crías al nacer.
-Arthurius, nos están alcanzando.-Dice Artemis.
El miedo es tan inoportuno.
-Ya casi llegamos...-Dice Arthur.
-¡Cambia de dirección!-Sugiere Artemis.
-¿Quieres que los paganos nos maten?-Responde el joven de veinticuatro años.
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Maximus, Diarmid, Herrick y Aran van en sus caballos directo al palacio de Sirona.
-Herrick y Diarmid, vayan por afuera del bosque, rodéenlo. Maximus y yo iremos por dentro.
