Table for Two [SnK AU! Moderno] [ConniexSasha/Springles] (1/4)

03: Plato Fuerte 2/2

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—¡Un brindis por Armin, nuestro futuro antropólogo! —Exclamó el chico castaño llamado Eren al subirse en el sofá, acto que fue elogiado por los presentes.

Todos alzaron sus bebidas y vitorearon antes de darles un buen trago. El chico rubio con gafas recibió una lluvia de manos revolviéndole el cabello, abrazos bruscos y golpecitos en los hombros por parte de sus amigos, haciendo que su rostro estuviera rojo como una manzana por la vergüenza y el vodka con jugo de arándano.

—Es el tercero que hacen por mí —susurró con timidez.

—¡Déjate querer, Cabeza de Coco! —Le dijo Ymir, palmeándole la espalda—. ¡Eres el rey de la noche!

—Es el último fin de semana que pasaremos juntos antes de que te mudes, Armin —añadió Christa como un recordatorio melancólico—. Quien sabe cuándo nos volveremos a ver.

—Tienen razón. —Decidido, Armin subió al sillón con dificultad ayudado por el castaño y elevó su vaso nuevamente—. Quisiera brindar por ustedes. ¡Son los mejores amigos que se podrían tener! —Comenzó a limpiarse las lágrimas furtivas de sus mejillas—. ¡Prometo regresar a verlos pronto!

Los gritos de felicidad volvieron a desbordarse en el pequeño apartamento antes de que ambos bajaran nuevamente para continuar con la plática que habían dejado pausada. Para ese entonces, Connie había perdido la cuenta de las veces en que su vaso estuvo a rebosar de una mezcla de ron con soda y mucho hielo. No era tan aficionado a las bebidas alcohólicas, pero los chicos de El Escuadrón eran una historia diferente: contaban con un vasto arsenal en el refrigerador del apartamento. Sasha le dijo que cada quien llevaba las suyas y compartían si así lo deseaban. Siendo él su invitado, le preparó lo que ella estaría tomando. No sabía mal, sin embargo deseaba mesurarse; comenzaba a sentirse mareado.

Pasada la medianoche, las cajas de pizza yacían vacías sobre la mesa del comedor y la sala era un desorden de frazadas, cojines y migajas de frituras. Ya habían jugado naipes, cantado en un karaoke improvisado y comido hasta el hartazgo. Connie estaba un tanto abrumado por la manera como los demás se llevaban, quedándose la mayoría del tiempo como observador. A diferencia de lo que pensó en un principio, Jean se había acoplado mejor a la dinámica y pronto fue acogido por los chicos del grupo, quienes no se tentaron los corazones en hacerle uno que otro comentario pesado a modo de juego. Sasha, por su parte, mantenía una plática tranquila con la chica pelinegra llamada Mikasa. Por primera vez en su vida se sintió fuera de sitio y le pesaba.

—Tú debes ser Connie. —Armin se acercó con una sonrisa de oreja a oreja hacia la pared donde se encontraba recargado—. ¿Cierto?

Asintió.

—¿Qué tal la estás pasando? —Preguntó, imitándolo al recargarse a su lado derecho en la pared—. No has hablado mucho. —Dejó salir una risita suave—. Si los demás te dieron una mala impresión, me disculpo por ellos; suelen ser un poco bruscos.