Kakashi suspiró mientras pasaba directo a la dirección para dejar el papeleo de su transferencia a aquella institución. Le habían ofrecido un mejor pago, casa y prestaciones si aceptaba trasladarse a un lugar mucho más lejano a su ciudad natal. No tuvo que pensarlo mucho en realidad. No tenía nada por lo que quedarse,no había padres por los cuales velar y mucho menos una relación que lo atara de algún modo a permanecer ahí. Por eso en cuanto la oportunidad se presentó dijo que sí.
Kakashi miro la hora en el reloj de pared y espero paciente a qué le atendieran para presentarse como el sustituto de una de las profesoras. Aburrido miro a su alrededor y se encontró con los típicos cuadros donde posaban los profesores sentados. Los observó a todos, algunos dejaron de ser constantes en algunos cuadros y nuevos rostros se sumaban a los que iban quedando, pero uno llamo su atención.
Tenía el cabello castaño,en algunas fotografías aparecía con el cabello suelto y otras con el cabello atado, los ojos eran del color como la miel y poseía una sonrisa amplia y de dientes blancos.
Se acercó para ver mejor la cicatriz que atravesaba sus mejillas y nariz.
—Es una marca de nacimiento— Kakashi escucho aquella voz pero ni sé inmutó por qué él estaba embelesado viendo los ojos del profesor en la foto. En un inicio la intención era ver aquella mancha en su bonito rostro pero los bonitos ojos que poseía lo atraían de forma magnética
—Si eso pensé, aunque desde aquí no se aprecia bien.— respondió aún con la mirada fija en la imagen ajena.
—Bueno quizás si la ve en persona sus dudas se disipen
—Sí, esa es una buena idea, por dios este profesor debe traer a más de uno a sus pies.
—Pues no, no traigo a nadie bajo mis pies.
Kakashi abrió los ojos como dos enormes platos al entender que en todo ese tiempo estuvo hablando con ese bonito profesor. La vergüenza se tiño de rosa sobre sus mejillas. Carraspeó y se giró para confrontarlo.
Iruka tenía una mano en su cadera y lo veía con una pequeña sonrisa y un sonrojo sobre sus pómulos.
Carajo, que bonito es.
—Espero pueda disculparme, a penas voy ingresando a este lugar y ya me he comportado como un idiota. Pero aún así quiero que sepa que es lo más bonito que mis ojos han visto, soy Hatake Kakashi y es un placer conocerle, espero pronto podamos salir a tomar algo.
Iruka sonrió apenado pero aún así asintió y le devolvió el saludo — soy Umino Iruka y estoy en el grupo de primer grado.
Los días pasaron y Kakashi no dejaba pasar la oportunidad para todos los días llevarle algún detalle a Iruka. El profesor se sonrojaba y Kakashi ya estaba pensando en el siguiente detalle solo para poder ver su dulce rostro sonrojado.
—El profesor Iruka no tiene novio— Kakashi bajo la mirada y se encontró con un enano de cabellos rubios y otro enano de cabellos negros, elevó una ceja
—Yo quiero ser su novio— les respondió. Miro al pequeño azabache asentir
—Le gustan las flores y estar siempre en su casa, no le gustan las fiestas.
Kakashi se llevó una mano al mentón y se quedó pensando —¡Vaya! Es una muy buena información,se los agradezco niños.
—Como sea, solo queremos que el profesor Iruka dejé de andar en las nubes cada vez que lo mira y que usted dejé de babear cada que lo viene a ver al salón.
Kakashi negó por qué no podía creer que ese enano de cabellos negros tuviera razón. Pero el aceptar algo así sería un secreto que se llevaría a la tumba.
