Muérdeme | Chriserick (Terminada)

¨Capitulo 24¨

"No lo harás" dijo Christopher, y me pregunté cómo sonaba tan seguro cuando pude ver el miedo subyacente en sus ojos. "Confío en ti. Ahora es tiempo de que confíes en ti mismo".

Después de un largo momento de vacilación, asentí "Bueno".

Lentamente tomé la mano de Christopher en una de las mías y la volteé para que la muñeca mirara hacia arriba. Pude ver sus venas claramente debajo de su piel, hasta que su otra mano se movió para cubrirlas, forzándome a mirarlo.

"En mi cuello ..." respiró, luego agregó, "Por favor".

Tragándome la inquietud en mi estómago, me incliné hacia delante y tomé los labios de Christopher en los míos. La acción tuvo el efecto deseado, calmando mis nervios y resolviendo el caos dentro de mi cabeza. Podría hacer esto ... Quería hacer esto.

Besé a Christopher por un minuto, saboreando sus labios dándome la seguridad de resignarme a ellos. Entonces, cuando me sentí tan seguro como pude, comencé a besarlo a lo largo de su mandíbula, por su cuello, hasta el costado de su garganta. Disfruté del toque por un momento, amando cómo su suave piel se sentía contra mis labios y el zumbido de placer que recibí de él. Pasé una mano por su cabello y tiré, tirando de su cabeza hacia atrás para tener más acceso. Entonces, sin previo aviso o preludio, hundí mis colmillos en la piel de Christopher.

Dejó escapar un grito, amortiguado por sus dientes apretados. Casi me alejé entonces, odiando que lo lastimara.

Entonces su grito se convirtió en un gemido bajo, al mismo tiempo que el sabor de la sangre golpeaba mi lengua y casi gimo yo.

Sabía que estaba muerto, o mejor dicho, muerto viviente. Yo lo había estado durante toda mi vida. Sin embargo, mientras bebía la sangre de Christopher, me sentía más vivo de lo que creía posible. Era dulce y espesa y completamente diferente a cualquiera que haya probado alguna vez. Era energía tan caliente como la luz, y se extendió por mis venas, calentando todo mi cuerpo y dándome la cosa más cercana que había tenido en la vida.

No ayudaba que Christopher gimoteaba debajo de mí, agarrándome de la cintura y tirando de mí hacia él. Su agarre en mi piel desnuda era apretada mientras pasaba mi mano libre por su pecho esculpido. Era como si no pudiera controlarse, como si se hubiera perdido a sí mismo ante la sensación.

Y yo también. Olvidé mis inhibiciones y bebí y bebí, deseando nada más que mantener el sabor en mi lengua para siempre. El calor inundó el cuerpo de Christopher en oleadas, el sonido de su rápido latido resonó en mi cabeza y consumió mis pensamientos. En este momento, el resto del mundo ya no estaba. Solo estábamos yo, Christopher y la experiencia que compartíamos, juntos.

No quería parar. Quería continuar por siempre, incluso cuando escuché que su corazón comenzaba a latir lentamente. A pesar del calor de su cuerpo, sentí a Christopher estremecerse debajo de mí. No brindó ninguna protesta, y mi cerebro nublado lo tomó como una señal para seguir. Mis colmillos me rogaron que se quedaran como estaban, penetrando su piel firmemente.

A pesar de que Christopher me mantuvo fuerte, su respiración se volvió superficial y ronca. Debajo de mi mano, su piel estaba anormalmente caliente y húmeda, pero temblaba como si estuviera helada. El latido de su corazón era lento, demasiado lento, y tronaba ruidosamente con esfuerzo.

Lo estaba lastimando. Él no lo mostró, ni siquiera lo sabía, pero lo estaba lastimando. Lo iba a matar.

Ese pensamiento fue suficiente para hacer que me apartara bruscamente, empujando a Christopher y poniéndome de pie. Christopher siseó de dolor cuando mis colmillos rasgaron bruscamente su piel, pero apenas lo escuché. Solo podía ver lo pálida que se había puesto su piel, la delgada capa de sudor que la cubría, la subida demasiado pesada de su pecho. Yo había hecho eso.

Luego imaginé lo que debió haber visto: mis colmillos afuera, mis pupilas diluidas, mis labios goteando sangre. Me volví, odiando la idea de Christopher viéndome así, como tal vampiro o tal vez como un monstruo era una mejor palabra.

"Erick ..." La voz de Christopher sonaba distante, como si hablara desde muy lejos. No me di la vuelta, ni siquiera reconocí que lo había escuchado. Estaba muy conmocionado por lo que casi le había hecho a él. Casi lo había matado.

"¡Erick!" Christopher dijo, más bruscamente esta vez. Su voz rompió la niebla que cubría mi mente. "Erick, estoy bien. ¿Me oyes? Estoy bien".

"¿Pero y si no lo estuvieras?" Mi voz sonó estridente por la ansiedad mientras daba vueltas. Christopher ya se veía mejor; estaba de pie, el color volvía a su piel, y ahora yo era sólo un temblor andante. Los únicos signos de lo que acababa de suceder eran los dos pequeños pinchazos visibles a un lado de su cuello. "¿Sabes lo que acabo de hacer? ¿Qué podría haber hecho?".

"Pero no lo hiciste". La voz de Christopher estaba en calma.

"¡Podría haberte matado!" Lloré. "Podrías estar muerto en este momento, por mi culpa!".

Christopher se acercó y volví la cabeza, asustado de siquiera mirarlo. "Estoy aquí, Er. ¿Me puedes ver?" Suavemente tomó mi barbilla en su mano y me hizo mirarlo, sin encontrar resistencia. Asentí con la cabeza, y él sonrió alentador. "Está bien. ¿Puedes sentirme? ¿Puedes oírme?" Nuevamente, asentí. "Entonces todavía estoy aquí. Eso es todo lo que importa, Erick. Podrías haberme lastimado, pero no lo hiciste. Sabía que no lo harías. Lo dije en serio cuando dije que confiaba en ti, y lo digo en serio. Me cuidaste".

"Fue una idea tonta", murmuré amargamente.

"¿Qué tal si me dejas ser el juez de eso?" Christopher preguntó. "No me arrepiento, ya lo sabes. Lo haría de nuevo".

Cuando la conmoción finalmente comenzó a cesar en mi cerebro, no pude encontrar la voluntad de protestar contra eso. No tenía sentido. En cambio, suspiré, envolviendo mis brazos alrededor de la cintura de Christopher, solo para estar más cerca de él. "Lo disfrutaste, entonces", le dije mientras inclinaba mi cabeza contra su pecho.

Christopher no dudó. "En todo momento. Lo hice... No sé cómo describirlo, Erick. La sensación estaba fuera de este mundo".

"Yo-sí, lo sé" dije. "Lo sentí también. Pero ..."

"Pero nada" Christopher me cortó. Sus manos ahuecaron mis mejillas a cada lado. "Sucedió, y a los dos nos gustó, y eso es todo. Estoy feliz, porque estoy aquí contigo y me siento más cerca de ti, así que deja de fruncir el ceño". "No puedo" le dije en broma, finalmente empecé a sentirme como yo de nuevo.

"Es parte de mi estructura genética". Christopher había hecho lo que quería hacer; me había hecho sentir mejor. Anoté sus palabras, me olvidé de lo que podría haber sucedido y me concentré en lo que sucedió. Lo que sucedió fue algo grandioso, porque de algún modo nos había acercado aún más, podía sentirlo.

Christopher notó mi tono más ligero e hizo una sonrisa amplia. "Tendremos que trabajar en eso, entonces". Se inclinó para besarme, pero giré mi mejilla conscientemente y me lamí los labios.

"Probablemente sepa a sangre ..." dije.

Christopher ignoró mis preocupaciones y me obligó a mirarlo de nuevo para poder besarme. "Sabes a ti, Erick" dijo contra mis labios. "Y te amo".

No era la primera vez que Christopher me lo había dicho de manera tan casual, pero mi mente aún daba un giro vertiginoso. En ese momento, hubiera sido tan fácil dejar escapar las palabras, y decir el infame Te amo también.

Era cierto, después de todo. Yo amaba a Christopher. En realidad era inevitable, y no solo porque estaba destinado. Christopher y yo pasamos mucho tiempo juntos, y él fue tan bueno conmigo. Hubiera sido extraño si no me hubiera enamorado de él ahora. El hizo difícil no hacerlo.

Nunca tuve un momento de shock en el que me di cuenta, mierda, estoy enamorado de Christopher Vélez, no. Simplemente Pareció encajar con el tiempo, hasta que fue dolorosamente obvio para mí, hasta que pensé, bueno, por supuesto, estoy enamorado de él.

Sabía que tenía que decirle. Le encantaría escucharlo, estaba seguro. Por otra parte, también estaba seguro de que él ya lo sabía. Solía ​​ser un tipo de tipo de acciones sobre palabras, y había aprendido a leer mis acciones bastante bien con el tiempo.

Sin embargo, tenía que hacerlo en el momento perfecto. El momento lo era todo.