26. Primera cita

469 31 3
                                    

—¿A dónde me llevas? ¿Sabes lo extraño que fue vendarme y subirme a rastras a tu auto? Seguro los del campus pensaron que es un secuestro —Dominika escuchó a David soltar una carcajada.

—Tal vez lo es.

—Eso no es reconfortante.

Después de lo que parecieron años pero en realidad fueron veinte minutos, David aparcó en algún lugar y se bajó del auto. Abrió la puerta del copiloto, la ayudó a bajar y finalmente le quitó la venda de los ojos. La chica parpadeó varias veces y abrió la boca con sorpresa cuando vio el lugar en donde estaban.

—¿Me trajiste a una feria?

—En efecto.

Mika sonrió con genuina felicidad.

—Jamás he estado en una. En San Diego nunca me dejaron ir a Vermont o lugares así.

—Bueno, yo odio estos lugares pero supongo que por ti podría aguantar esta tortura.

—Eres un romántico, Dobrik. Tu sí que sabes encantar a una chica.

[...]

David observó como la chica saboreaba con alegría el algodón de azúcar en sus manos. Señaló un juego con su dedo y el castaño casi echa a correr cuando vio lo que era.

"Death Roller"

—Uh-uh, no. Es un rotundo no. Ni loco.

—Vamos, Dave. Será divertido. Por favor.

El chico soltó un suspiro de rendición y aceptó la mano que la pelirrosa le tendía.

—No te puedo decir que no.

David podría jurar que la escuchó chillar de emoción.

[...]

Ya había oscurecido y el castaño tomó eso como una señal de que debía de llegar a su sorpresa final.

—Vamos a la rueda de la fortuna.

Dominika se giró hacia él con la ceja levantada y una mueca de burla.

—Eres tan cliché— negó con la cabeza y comenzó a caminar hacia la atracción.

Subieron a la cabina, sentando al gran pato de peluche (que David había ganado para ella en un juego hace una hora) en una esquina. El chico pasó su brazo detrás de la pelirrosa y sonrió cuando ella se acercó a él.

—¿Sabes algo? Esta ha sido una gran primera cita.

—¿Ah si? ¿Ya estoy cambiando tu forma de pensar?

La chica se sonrojó y se separó un poco de él para poder verle el rostro.

—Tu dímelo.

Lo beso con lentitud saboreando la Coca-Cola en sus labios, antes de separarse soltó un suspiro y le dio un pico. Sonrió aún con los ojos cerrados y murmuró:

—Gracias por hoy.

Se alejó de él y enfocó su vista en el paisaje. Kilómetros y kilómetros de agua y playa estaban frente a ellos, se escuchaban las risas de las personas debajo de ellos mezcladas con las olas rompiéndose. Cerró los ojos, concentrándose en la tranquilidad y el sonido del mar, amando cada segundo de ese momento.

Fool for u [david d.]Where stories live. Discover now