Torero 02

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-Mmmm...

Se rascó la cabeza con pereza, le dolía horrores. Giró sobre sí mismo dándose cuenta que estaba en el suelo, llevó su mano a rascar sus partes bajas y se percató de que iba desnudo. Con un brazo se cubrió de la luz tratando de abrir los ojos. Al parecer era su casa y no estaba traumatizando a ninguna viejita en el parque. Se relajó un poco más con eso estirándose. Era una resaca terrible pero sonrió divertido. No recordaba absolutamente nada.

Algo presionaba su frente y se quitó lo que tenía encima. Resultaban ser sus calzoncillos. Se encogió de hombros y se sentó despacio.

Había algo en el aire que lo hacía sonreír. Pronto reconoció el aroma de algo delicioso preparándose en la cocina y a juzgar por las especias estaba seguro que era el aroma de Romano preparando pasta.

Se estiró una vez más y se incorporó calzándose la ropa interior y recogiendo unos pantalones del suelo donde estaba todo desparramado. Examinó su alrededor. Tendría que ponerse a organizar, al parecer se habían divertido tirando todo además de las usuales botellas y sus ropas desperdigadas.

Se acomodó el cabello con las manos sonriendo de oreja a oreja al entrar en la cocina.

El italiano se encontraba de espaldas a él picando algunos vegetales con cierta intensidad apasionada. El sol brillaba, debía ser pasado el mediodía y las cortinas se mecían suavemente con la brisa, todo parecía calmo.

-¡Buenos días, mi amor..! -antes de que pudiera acercarse y abrazarlo por la cintura la hoja afilada de la cuchilla de picar rozó su mejilla clavándose en el marco de la puerta dejándolo estupefacto.

-¡Ni se te ocurra, Spagna! ¡Ni se te ocurra! -se había girado a él y había tomado otro cuchillo de la mesada donde estaban dispuestos todas las variedades de cuchillas- Spagna, sei uno stronzo di merda ¿Cómo pudiste? ¡De todas las cosas imbéciles que podrías haber hecho! Non rompere le coglione! ¡Maldición! ¿Vienes así tan contento después de lo que hiciste? Vaffanculo, fiyo della gran mignotta!

-Pero, Roma, amor... No sé qué...

-"Roma" mei coglione -se acercó apuntándolo con el cuchillo en su mano- Sta zitto che non capisci niente!

-Pero...

-Ma sei, scemo? Ti ho detto mille volte di non giocare con la mia macchina.

-¿Con el...? -retrocedió unos pasos ante el avance del filo hasta quedar apresado contra la pared.

¿El auto? Alzó las cejas preocupado. ¿Había pasado algo con su auto? Si era así estaba muerto.

-¡No me mires con esa cara como si no supieras de qué hablo, testa di cazzo! -agitaba el cuchillo muy cerca suyo y estaba rojo de ira, ver la sorpresa en su expresión lo exasperaba aún más- ¡Estabas totalmente consciente de que no debías tocarlo cuando me llamaste anoche, imbécil!

-¿Cuando te...? -trató de poner una mano en su hombro para tranquilizarlo pero él la apartó violentamente- Roma, yo no recuerdo que... -se le cerró la garganta de angustia ¿Qué había hecho?

Lo miró a los ojos ámbar de forma suplicante haciendo su mejor esfuerzo por recordar. Tenía flashes de lo que había pasado pero no venía a su memoria nada con relación al auto. Estaban tomando Francia, Prusia y él, habían cenado juntos y habían hecho una apuesta...

-¡Di algo, Spagna! ¡Ne ho per le palle!

El velo de los recuerdos de la noche anterior se desgarraba de forma perezosa y comenzó a tener una visión de lo que había sucedido.

ToreroWhere stories live. Discover now