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Camila se paseaba por la agencia tranquilamente, sonriendo, ya todo acabaría. Su celular vibró en sus pantalones y atendió disimuladamente la llamada.

__¿Qué?.

__La señora despertó.

Camila abrió sus ojos a tope y su corazón empezó a latir rápidamente...Lauren, había despertado.

__¿Como está? ¿Donde está? ¿Que pasó?.

__Perdió al niño, señora.

Su corazón cayó en picada y de repente se había quedado sin aire, ella lo sabía, aquello podía suceder, pero aún así...dolía.

Elena.

__Lauren no debe ser vista por nadie, casi toda la ciudad está plagada de policías, ocultala por favor. También dile, que pronto nos veremos y que la amo más que a nadie en este mundo.

Colgó sin esperar respuesta y miró a todos lados buscando una salida viable y sin que nadie lo note.

__Alex, iré por una donas ¿quieres una?.

Alex sonrió y asintió dándole dinero para que vaya y Camila salió tranquila del lugar.

__Tenemos a la esposa de Marconi...ya vendrán con ella__  Sienna salió de la oficina a toda velocidad para comunicarle aquello a su compañero y Camila sonrió

¿Debería quedarse? No, necesitaba ver a alguien de manera urgente, pensó.

__Elena.

Salió de la agencia y rápidamente llamó a uno de sus hombres, se alejó lo suficiente para no ser vista y subió a la camioneta que ya la esperaba un poco lejos de la zona, saludó a todos allí y se dirigió hacia donde Elena estaba cautiva.

__Hola Elena__  saludó con un vaso lleno de gaseosa y una bandeja con un almuerzo dentro  __¿Hambre?__  preguntó cínica

Elena subió su mirada llena de lágrimas y cerró sus ojos fuertemente al recibir una patada por parte de la morena.

__Mi hijo murió Elena. Murió y es tu maldita culpa__  pateó dos, tres y hasta cinco veces su cuerpo hasta que vislumbró sangre en sus labios

__No pienso__  tosió arrastrándose hasta la pared para ayudarse a si misma a levantarse  __Disculparme por eso Camila__  susurró en lo bajo, le dolía el cuerpo y ese sucio hombre la había manoseado, se había masturbado con su vagina pero sin penetrarla. Y para ella había sido horrible

Aún más tener la obligación de meterse ese horrendo miembro en su boca.

__Aquí huele a...¿te hizo algo?__  se alteró acercándose a ella y bajando su pantalón rápidamente junto a su ropa interior, revisó y notó que seguía virgen ¿pero porque olía a sexo ese lugar?

__Él, roza su asqueroso pene en mi...también me obliga a meterlo en mi boca__  se quebró y Camila alzó una ceja enojada

La puerta se abrió y él había entrado con su comida, pero se detuvo al ver a su jefe allí.

__Señora, ¿porque no me llamó?__  preguntó nerviosamente

__¿Para qué? ¿Para que pudieras quitar el olor a sexo que está en el aire antes de que yo llegara? ¿Sabes? Yo creí...haber sido clara contigo__  caminó hasta él y miró fijamente sus ojos

Él tragó pesado y dos hombres más entraron al lugar.

__Lo siento señora.

Susurró pero ya era tarde, Camila dio la señal y uno de ellos se acercó por detrás y colocó una navaja en su garganta.

__Lástima que a mi no me importan tús disculpas__  susurró para después girarse hacia a Elena, oyó como la navaja hizo contacto con la piel de él y sus arcadas tratando de respirar. Hasta que un silencio casi sepulcral se apoderó del lugar

Elena contuvo su aliento y Camila sacudió sus manos dejando la bandeja junto a la gaseosa en el suelo.

__Órdenes son órdenes__  susurró para si misma  __Ahora come, más tarde vendré por ti, ya llegó la hora de que pagues por lo que hiciste Elena__  murmuró seriamente, ella tragó pesado y pequeñas lágrimas se apoderaron nuevamente de sus ojos

¿Camila sería capaz de lastimarla de verdad? Ya no lo dudaba.

La morena salió del lugar y dio la orden de comprar un hermoso vestido para Elena, en la noche seria la venta especial y ella debía lucir hermosa para el mejor comprador de la ojiverde...Graham.

__Señora, es importante__  uno de sus hombres la detuvo antes de subir a la camioneta y le tendió un celular

__¿Diga?.

__¿Mi amor?.

Su corazón se detuvo y finalmente su mirada brilló.

__Lauren...¿como estás? Yo...lamento mucho lo de nuestro hijo mi amor.

Se quebró y la ojiverde al otro lado de la línea no pudo evitar soltar algunas lágrimas al recordar que ya su bebé no estaba ahí.

__No Camz...yo lo lamento, fui una idiota y. Él ya no está.

__Lo vamos a superar juntas ¿no es así?.

__Lo haremos mi amor....juntas, así será y quizá. Intentemos nuevamente.

Vaciló y la morena sonrió grandemente.

__No hay nada que quiera más Lolo, una familia contigo sin nadie que nos moleste__  lloró  __Por eso estoy haciendo esto bebé, para que podamos vivir tranquilas como lo merecemos.

Lauren sonrió y su corazón latió con fuerza.

__Gracias Camila...gracias por existir mi amor. Te amo, te amo como nunca ame a nadie en mi vida.

__Te amo Lauren Jauregui, te amo y juro por todo lo bueno de éste mundo que estaremos juntos y en paz para toda la eternidad.

__Lo sé.

Y colgaron sin decir nada más, ya todo estaba dicho...finalmente, finalmente estarían juntas para siempre.

Pero no todo podía salir bien.

Elena estaba conteniendo sus lágrimas con todo lo que tenía, o más bien, con lo poco que le quedaba de cordura hasta que sintió unas llaves caer en sus pies.

Eran las que la mantenían atada a una cadena y también las de la puerta que la privaba de su libertad.

__Aca-acaba con ella__  levantó la mirada y vio al hombre que la torturó, se estaba muriendo y se preguntó ¿como seguía con vida si cortaron su cuello?

Entonces lo miró bien, él había alcanzado a colocar su mano para evitar un corte profundo, pero aún así, no se salvaría.

__Debería cortar tu miembro por ser un hijo de puta__  él sonrió débilmente

__Éste hijo de puta acaba de liberarte__  tosió y tapó como pudo su cuello sangrante  __Lo lamen-lamento niña, ahor-ahora vete...huye__  susurró perdiendo el brillo característico que se nota al estar con vida

Y cerró sus ojos para toda la eternidad...Elena soltó sus ataduras y se acercó a la puerta de metal, suspiró largamente y la abrió con lentitud.

__Ahora sí. Veremos quien hunde a quien...Camila__  susurró cerrando la puerta tras de si y alejándose del aquel lúgubre lugar

Acabaría con todos. Y está vez, no fallaria.

StopWhere stories live. Discover now