A dos cuadras.

dieciocho.

—Ya deja de esconder ese tercer ojo—golpeó la frente de Jihyo con sus dedos, a lo que la otra trató de devolverle el golpe.—No tengo nada planeado en realidad, además de presumir los pocos abdominales que logré formar y emborracharme, mi objetivo es darle su espacio a Tzuyu con Sana, y de hecho creo que vamos mal. Quisiera pasar tiempo con Momo como antes sin sentir que Mina va a atravesar mi cabeza con una flecha.

—No quiero asustarte, pero en la sala hay un arco colgando. No ví flechas pero...espera, ¿en serio crees que Mina va a asesinarte?

—Sólo si Momo no está aquí, y para mi suerte, estaremos dos días enteros en la misma casa.

—¿No lo hace más sencillo todo para ella?—Jihyo miraba sus pies descalzos, moviendo sus dedos.—Ya sabes, la carretera más cercana de aquí está como a dos kilómetros, y de todas formas no es mucho, pero lo más seguro es que salgas sin alguna extremidad y no podrás correr, además de que no ví muchas casas cerca, no sé si pueda escucharte, además de que casi no hay señal y tú no sabes manejar.

—Hyo, cariño, escucha...—la mayor tomó las manos de su amiga con calma, tenía una sonrisa y hablaba con tranquilidad.—Si Mina llega a matarme, juro que lo primero que haré como fantasma es ir a tu cuarto y jalarte de los pies.

—Sólo decía—finalmente salieron del cuarto con sus cosas, al bajar estaban todas listas en la sala, Tzuyu peleaba con Jeongyeon pues ella había descubierto donde guardaba el alcohol la familia Zhou. Dahyun intentaba inflar unos flotadores con forma de tortuga, pero casi se desmaya en el intento. Independientemente de todo, sería un buen día.

La playa estaba a unos metros de ahí, el viento soplaba pero afortunadamente había sol.—Tomemos una foto antes—dijo Momo, le gustaba mucho tomar fotos y videos de sus amigas, cada que iba a dormir antes veía todo lo que capturó durante su día. Estaban todas en una fila, mirando hacia Momo quien era la que tomaría la foto, con sus manos sobre la cintura, justo en el momento en el que Momo presionó el botón, Chaeyoung perdió el equilibrio y cayó.—Otra vez...¡Jeongyeon! ¡No hagas esas caras!—habían sido muchos intentos, desesperada, tomó varias fotos, unas sin siquiera enfocar, otras donde sólo se veían los pies de ella cubiertos por la arena y después unas únicamente de ella.

Todas habían entrado al agua menos Sana y Tzuyu, Nayeon miraba disimuladamente lo que hacían, sentadas juntas bajo una sombrilla, pequeños intentos de Tzuyu para sujetar la mano de Sana, sonrisas demasiado tímidas, a la coreana le causaba risa como había cambiado la actitud de Tzuyu con tan solo haber tenido una oportunidad con Sana, si es que eso se le podía llamar una oportunidad. Lo había pensado, y tal vez sí había un futuro entre ellas dos. Sana siendo una chica que desde siempre huía del compromiso, pateando al romanticismo en el momento exacto y así correr lejos, sólo para encontrarse con la siguiente participante. Tzuyu no era tan diferente, sólo que ella no le daba una oportunidad a cualquiera, era selectiva, un milagro si ella sabía tu nombre, más si lograbas caminar a su lado y tener un poco de su atención. Esa era una enorme diferencia entre las dos, su amabilidad y toque al tratar a la gente. Nayeon al principio creía que sería un fracaso, que a pesar de que Tzuyu esta vez buscara algo distinto, algo formal, y que Sana tuviera mayor paciencia, no ocurriría nada, después de todo el espectáculo sería el mismo relato,   de como dos seres legendarios lograron coincidir sus historias, y nada más.

Pero ahí estaban, esforzándose para hacer esto al menos flotar, jugando un mismo juego con reglas más humanas.—Hey—Nayeon llamó a Jihyo, la cual jugaba con Dahyun; señaló con su cabeza hacia la pareja, Sana tenía sus ojos cerrados, descansando su cabeza sobre el hombro de Tzuyu, la cual miraba a sus dos amigas, si es que con todo lo ocurrido ya se podía decir eso, totalmente estática, se podía ver su emoción desde el otro lado del continente. Jihyo levantó su pulgar y luego miró a Nayeon, ambas sonriendo orgullosamente, como si Tzuyu aprendiera a andar en bicicleta o si les hubiera pagado una fianza. Era raro que las siguiera observando, pero en serio le emocionaba como poco a poco avanzaban en su relación, o lo que sea que ellas tuvieran. En ese momento, la imagen de Jennie golpeó su mente, así como una ola que logró que cayera. Había dejado un problema en casa y se había llevado otro en su maleta, se distrajo al escuchar como Momo lloraba infantilmente, al parecer Jeongyeon la había molestado. La japonesa estaba a punto de llegar a la arena, se dirigía hacia a Sana, por alguna razón quiso ser útil, pues Tzuyu y ella estaban teniendo un momento totalmente romántico, y Momo lo iba a interrumpir. Nadó hacia ella, sujetando su brazo, pero una ola un poco más grande hizo que ambas cayeran al agua.—Nabongs, Jeongyeon casi me ahoga—abrazó a la mayor al levantarse, no estaban demasiado lejos de la orilla, aún así el agua les llegaba a las rodillas, pero Sana y Tzuyu seguían en su mundo.—y luego algo tocó mi pie.