Parte 3

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Antes de salir de la sala, Hansol le lanzó una mirada cargada de dolor a So Ra, ella la recibió como un puñetazo en el estómago y apartó la suya, moviendo un poco la cabeza para dejar que su cabello rubio cayera sobre su rostro y la ocultara un poco. Se sentía tan indefensa pero también muy estúpida por no haberlo notado antes.

Como un cruel juego de su atormentada mente, recordó el momento en que se conocieron y como todo pareció tan sencillo en un principio, en ese entonces hasta creyó que podía llegar a ser una persona normal; tener una familia después de la universidad, un empleo decente, en otra ciudad, en otro país, lejos muy lejos.

Cerró los ojos con lentitud, dejando que la oscuridad se hiciera cargo de ella.

So Ra había terminado de ponerse su mascarilla, era domingo y como ese día era libre lo usaba para darle atención a su persona; era una chica muy interesada en su cuidado personal, por lo que le gustaba arreglar sus cejas, pintarse las uñas y tener una piel limpia que le durara el resto de la semana.

Revisó el reloj para asegurarse que la mascarilla no pasara de los veinte minutos y después se dedicó a ver vídeos en su celular, estaba demasiado entretenida hasta que un golpeteo en la puerta de su dormitorio la hizo desviar su atención del aparato.

—¡Voy!

Gritó y seguido se puso de pie, no importándole que la mascarilla siguiera sobre su piel, puesto que seguro era una de sus compañeras. Siendo un dormitorio de solo chicas todas se tenían bastante confianza.

Al abrir la puerta su rostro comenzó a acalorarse pero seguro con la mascarilla negra sobre su piel no se notó el color rojizo que comenzó a esparcirse. Frente a ella se encontraba un chico, uno demasiado apuesto, alto, delgado y con unos ojos tan preciosos que pudo jurar perderse en ellos. El chico sonrió y ocultando sus ganas de reír carraspeó, haciendo que la chica regresara de la luna.

—¿Aquí no está Haneul? O... ¿Eres Haneul? —Su rostro se acercó al de la chica y observó sus facciones, intentando descifrar quien era.

—N-no. —Titubeó y como acto reflejo se hizo para atrás.

—Pero su número es el veintitrés. —Ladeó la cabeza. —¿A caso no quieres salir conmigo, Haneul y por eso finges esto?

Por dios, ¿Qué chica no quisiera salir con él? Se preguntó So Ra y después de unos segundos, negó con la cabeza.

—Mi nombre es So Ra y quizás la chica a la que buscas se encuentre en el edificio A, éste es el B. —Habló ya un poco más relajada, queriendo parecer algo casual aunque por dentro se estaba muriendo de vergüenza.

—Oh. —El chico volteó a ver el papel que llevaba en su zurda y después de aquello asintió, dándole la razón. —Gracias. —Le dedicó una sonrisa y después de aquello se fue, dejando a la chica con el corazón latiendo demasiado fuerte, ¿Cómo es que no lo había visto antes? Desde ese momento él no pudo salir de su cabeza ni una sola vez y comenzó a notarlo, a encontrarlo en todos lados, hasta que pasó, terminaron siendo pareja.

Sora se encontró recostada sobre el frío piso, sangrando y temblando debido a lo helado de la habitación, pero aquello no le importó, es más, ni siquiera lo había notado, lo único que invadía su cabeza en esos momentos fueron las palabras del señor Chwe.

"Estás aquí para enfrentarte a Hansol"

Cerró los ojos con fuerza y dejó salir el aire exageradamente, aun no entendía la situación por completo. ¿Enfrentarse a él? ¿Cómo? Su misión era matar al mayor de la familia enemiga, no esto. Recordó la mirada del chico y lo fácil que fue para él hacerle aquellas heridas, que ahora al recordarlas, comenzaron a chillar en su piel, dolía, pero más dolía su corazón, tanto que sus ojos se llenaron de lágrimas.

Ella no era la chica que aparentaba ser con los trabajadores de sus padres, era tan vulnerable y solía ser un desastre de emociones como en esos momentos; confundida, furiosa, triste, adolorida y demás. Todo estaba mezclado a la perfección que estaba acabando con su mente poco a poco.

Y es que aún no podía creer que su querido Hansol Choi era en realidad Hansol Vernon Chwe, había sido timada y eso le molestaba de sobremanera. Haber sido engañada así. Hansol había jugado chueco desde el inicio, sólo había jugado con su corazón y la debilitó, pero no volvería a pasar porque ella ganaría ese enfrentamiento, lo haría por su familia y por ella.

Se recargó en uno de los fríos muros y observó a su alrededor, todo estaba vacío, los espectadores se habían ido hacía un par de horas junto con los anfitriones. El lugar estaba tan encerrado y oscuro que comenzaba a sofocarle, haciendo que la desesperación se apoderara de ella poco a poco.

La puerta siendo abierta la puso en alerta, alzó su cabeza y observó desde su lugar como unas botas negras bajaban las escaleras, las pisadas no eran apresuradas pero tampoco lentas así que en pocos segundos pudo notar quien era.

Hansol.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2019 ⏰

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