Ruta 2: Arco de Ceres

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- ¿P-Por qué?...no lo entiendo ¿por qué quieres estar con una don nadie como yo?

- ¿Por qué?...¿acaso no es obvio?... Te amo y esa es la única verdad, Ceres...¿tú me amas?

- Yo...también te amo, Dio.

En el armario del conserje del instituto, un chico alto y flacucho llamado Dio, con total osadía masajeaba los senos de su novia desde atrás. Su nombre era Ceres y al igual que su novio, tienen dieciocho años y van a tercer año de preparatoria.

A diferencia de las otras chicas, Ceres tenía un tono de piel más moreno, lo cual eso la hacía sentirse como poca cosa...sí, Ceres tenía muy baja autoestima y la sigue teniendo. No es que otros le hayan hecho creer que es fea por ser morena...

Simplemente ella solita se lo cree, así de tonta era ella. Pero a su novio Dio no parecía importarle mucho su condición psicológica, simplemente quería sólo una cosa de ella...

El calor se apoderó del pequeño espacio en el que estaba. El uniforme de la chica que tenía una buena estatura se había desordenado y sus bragas blancas estaban ya a la altura de sus rodillas.

El chico que se mantenía aferrada a ella deslizó suavemente su mano derecha hacia abajo de su falda y comenzó a frotar comenzando desde arriba. Su vello púbico estaba muy presente, aunque no era abundante.

- D-Dio...

A estas alturas ella apenas podía respirar de forma correcta, sus jadeos eran constantes y se habían vuelto más pronunciados cuando ella sintió que su novio la tocaba en sus partes más íntimas.

"Ceres, no dejes que ningún hombre te toque indecorosamente"

Los recuerdos de su madre en algún momento afloraron en ese instante.

"Lo siento, mamá...si es mi n-novio...no importa ¿verdad?"

Con total gentileza él paseaba las yemas de sus dedos sobre sus vellos, la sensación de saber de dónde eran los pelitos era muy estimulante.

- ¿Así que eres de las chicas que no se depilan sus partes?- le susurró él al oído con cierto tono de burla a lo que Ceres se estremece con sólo sentir su aliento acariciar su cuello.

- N-No es así...y-yo lo hago, pero m-me vuelve a...crecer.

- Oh, eso es un problemas...a mí me gustan las chicas depiladas, pero tampoco me molesta que estés así.

- C-Cuando me duche en la noche yo...m-me depilaré para ti.

¡Dung Dung Dong!

En ese momento suena la campana del instituto y aunque Ceres quería ignorarlo y seguir sintiendo que su novio la manoseara, él en cambio se separa de ella dándole un beso en la mejilla con una sonrisa casi malvada.

- Lo siento, debo de ir a clases o la delegada me echará la bronca de nuevo ¡nos vemos, Ceres!

- ...A-Adiós- respondió ella con cierta desilusión mientras veía a su novio abrir la puerta para luego desaparecer.

***

¡Piiiiii!

Un drible muy bien ejecutado, Ceres entra al área.

- ¡Aquí!

Una chica pelirroja que estaba completamente sola se la pide, sin embargo Ceres pensó:

"Si se la paso, Lyth lo interceptará"

Así que ella optó por una jugada individual a pesar que estaba siendo doblemente marcada. Con una finta Ceres preparó sus brazos para lanzar saltando unos diez centímetros sobre el suelo.

Divergencias del HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora