Ruta 1: Parte 1

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Mi nombre es Dio como todos sabrán quizás y lo primero con lo que me encuentro al despertar es un cabello rojo carmesí a mi lado, muy cerca de mi cara y con aroma a pantene.

Estaba más dormido que despierto, por lo que lo primero que se me vino a la mente eran dos personas que tenían el mismo color de cabello, mi compañera de clases Machi y la hermosísima vicepresidenta del concejo estudiantil, Tokha...ahhh, como me gustaría estar en sus brazos, un sueño imposible, pero mi deseo era tan fuerte que abracé la cabeza pelirroja y comencé a darle un beso.

- Sabía que me aceptarías...Tokhs~

"¿Eh?"

De pronto escuché una voz bastante familiar que comenzó a girarse para darme un abrazo.

¡Flash!

Y consecutivamente sentí un flasheo encegueciendo mis ojos por un instante.

- Esto será un buen momazo...

"¡Mierdaaa!"

Ahora lo recuerdo, ayer me quedé hasta muy de noche jugando videojuegos y viendo películas con mis dos amigos y a quien me estaba abrazando era nada menos que Artorias, mi amigo número uno que tenía una cara de pervertido mientras se acercaba a mí con los labios estirados estando aún dormido y mi otro amigo número dos, Sebastian nos había tomado una foto dibujando una expresión diabólica en su rostro ¡¿Qué clase de amigo es éste tipo!?

- ¡Ahhhh!

- ¿Qué pasa Dio? Quédate así un momentito, se les ve tan bien juntos.

Éste imbécil, siempre con sus comentarios innecesarios.

Diciendo esto, me levanté y tiré a un lado a Artorias que estaba a medio vestir, de entre los tres, él tenía músculos, pero jamás se le notaban porque su complexión era muy delgada y siempre iba vestido, al menos en la escuela porque éste es otro idiota que se la pasa en bóxer todo el pinche rato, es prácticamente el alma de nuestras fiestas nocturnas de solteros vírgenes otakos adictos al nopor...aunque no lo parezcamos a decir verdad.

Con furia me levanto y le quito el móvil a Sebas para borrarle la foto y sin embargo, no opuso resistencia...muy sospechoso.

- ¿Creíste que no contaría con eso? Tranquilo, no la colgaré a internet, pero ahora estás bajo mi control ¡Buajajajaja!

- Malditoooo...

- Uhmmm ¿qué es éste escándalo amigos? ¿ya es de día?- dijo nuestro amigo Artorias que finalmente se levantaba, éste tipo sí que tiene un sueño muy pesado como para no despertarse cuando lo tiré...qué envidia, yo me despierto por cualquier ruido.

- Sí...ya es de día, de hecho...son las siete y diez.

Una voz femenina responde la pregunta de mi mejor amigo desde la puerta.

De pronto los tres sentimos un aura maligna que erizó nuestras pieles y nos dejó congelados de miedo.

Era mi mamá emputada.

Para resumirlo, nos sacó a la fuerza al patio, no podíamos llevarle la contraria y nos obligó a desvestirnos dejándonos en calzoncillos y con una manguera a presión nos dio un baño de la cual ya estábamos acostumbrados, pero todavía no aceptábamos.

El agua era tan helada que nos hizo gritar como niñas. Los perros de los vecinos comenzaron a ladrarnos desde los otros patios y algunas vecinas pervertidas se aprovechaban para echar una ojeada desde las ventanas de los segundos pisos de las otras casas, una de ellas era nuestra compañera de clases Jessie, una gal con la que nos llevamos bastante bien y vive al lado de mi casa y la señor- digo, Seira que vive en la casa de la otra calle y cuyo patio está exactamente atrás de la mía. Siempre que mi mamá nos obliga a hacer esto como castigo esa mujer inmediatamente sale y finge regar las flores sólo para vernos desnudos ¡la muy depravada! Pero ¡Ahh! Cuando está su marido cerca se comporta como una ama de casa normal, una esposa ejemplar y elegida como vicepresidenta de la comitiva del vecindario cuatro años seguidos.

Divergencias del HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora